Millones de estadounidenses de bajos ingresos o con discapacidad tienen cobertura médica a través de Medicaid, o MediCal como es denominado en California. Pero con la revisión que se va a implementar, 15 millones corren el riesgo de perder este crucial beneficio.
El pasado 17 de enero Ethnic Media Services (EMS) organizó una conferencia de prensa titulada “Evitemos la gran revisión o desarme (´unwinding´): 15 millones de personas en riesgo de perder Medicaid”, en la que cuatro expertos en la materia analizaron las posibles consecuencias de la revisión del programa.
“El 1 de abril, Estados Unidos volverá a evaluar la legitimidad de los 86.7 millones de seguros médicos desde que empezó la pandemia; y van a terminar con la cobertura para quienes no califiquen», explicó Sandy Clore, fundadora y directora de EMS al abrir la conferencia de prensa. «Este proceso, llamado “unwinding”, podría dejar como resultado hasta 15 millones de personas fuera del programa. Se trata, sobre todo, de personas de color y muchos inmigrantes. Para no perder este beneficio, habrá obstáculos administrativos que estas personas deberán superar».
Podrían perder su cobertura
La primer disertante fue Farah Erzouki, analista del Center on Budget and Policy Priorities.
“Durante la pandemia se crearon leyes que permitieron que los estados financiaran la cobertura de Medicaid. Pero esa medida se está terminando el 31 de marzo; razón por la cual los estados continuarán con sus procesos regulares a partir del 1 de abril. Así, el “unwinding” (la revisión del programa) será el evento de salud más importante desde la implementación del acta de cuidado accesible. Los expertos estiman que unos 15 millones de personas podrían perder su cobertura de Medicaid, por más que muchos califiquen. Como podemos ver, esta revisión pone a muchas personas en riesgo, y tenemos que saber lo que se puede hacer para evitarlo”, dijo Erzouki.
También subrayó que “desde marzo de 2020, los estados han mantenido Medicaid sin interrupción. Esta política, conocida como “requisito de cobertura continua”, permitió que millones de personas tuvieran servicio durante la crisis de salud pública. De hecho, la matriculación creció más de un 30% desde el inicio de la pandemia. Pero mucha gente se mudó durante la pandemia y, ahora, sus direcciones cambiaron. Eso conlleva un riesgo a la hora de enviar los avisos de renovación por correo. Por otro lado, la situación médica ha ido empeorando en los últimos tiempos, debido a la crisis de personal que está teniendo Medicaid, ya que las agencias están colapsadas. Y estos dos ítems podrían traducirse en grandes pérdidas de coberturas”.
Erzouki explicó que hay estudios que estiman que un 17 por ciento de los matriculados blancos podrían perder su cobertura, al igual que un 64 por ciento de latinos, 51 por ciento de asiáticos y un 40 por ciento de personas de raza negra. Evidentemente, cifras que destacan la vulnerabilidad de estas comunidades y sugieren evidencia de las consecuencias de un racismo institucional.
El “hueco de Medicaid” y el “racismo sistémico”
La analista expuso, además, que “el proyecto de ley de gastos de fin de año en el Congreso fue aprobado, y estableció que el 31 de marzo será el fin de este programa, en el modo en que se venía implementando. Cada estado ahora considerarán los casos y podrán demorar entre 60 y 90 días para completar una eventual renovación. Pero seguramente veremos caídas de coberturas, desde el próximo mes de abril hasta 2024. A pesar de los riesgos, la buena noticia es que no es inevitable la pérdida. Las agencias estatales pueden y deben actuar ahora para que todas las comunidades tengan la información necesaria y permanezcan con Medicaid, o hagan la transición hacia otra forma de cobertura. De hecho, los estados pueden usar estas circunstancias para hacer mejoras en sus sistemas y reducir la burocracia; sobre todo, teniendo una lista actualizada de los matriculados. Sin embargo, la mayoría de quienes atraviesen estas circunstancias en estados que no expandieron el programa, tendrán cobertura dependiendo de sus ingresos, y es muy probable que muchos caigan en eso que hemos denominado el “hueco de Medicaid”; donde claramente perderán beneficio las comunidades negras o latinas, en lo que es un claro ejemplo de racismo sistémico”.
Erzouki explicó que hay estudios que estiman que un 17 por ciento de los matriculados blancos podrían perder su cobertura, al igual que un 64 por ciento de latinos, 51 por ciento de asiáticos y un 40 por ciento de personas de raza negra.
La “cobertura continua” para niños
Kristen Testa, directora del The Children´s Partnership, abordó el efecto del cese del programa en los niños, especificando lo que podría pasar en el estado.
“Las consecuencias de esta revisión de coberturas es algo que va a afectarnos a todos; iglesias y sinagogas, pequeñas empresas y familias, hombres y mujeres. Incluso va a afectar a personas que no estén cubiertas por Medicaid. En California tenemos 15 millones de personas cubiertas por Medicaid, es decir, un tercio del estado. Hemos hecho el gran trabajo de cubrir a las personas independientemente del estatus migratorio. Y un tercio de esa población utiliza el servicio. Y esa baja o revisión del programa tendrá un efecto tremendo en cada uno de esos inmigrantes. Los números que hemos escuchado acerca de la gente que perdería la cobertura, encierra una paradoja; ya que la enorme mayoría continúa calificando. Pero la razón por la cual la perderá es porque cometieron un error en los formularios o nunca recibieron la notificación para renovar. Lo importante es que todos ayudemos en nuestra comunidad a las personas involucradas, ya sea en las dependencias municipales, mediante las organizaciones comunitarias o planes de salud. California está trabajando para tratar de cambiar esta dirección y necesitamos un esfuerzo colectivo. La “cobertura continua” es algo que valoramos muchísimo, y este último presupuesto aprobó una ley para niños pequeños, porque en esos momentos de sus vidas donde el desarrollo del cerebro es crucial, queremos que no pierdan el servicio médico. Desafortunadamente, las políticas de “cobertura continua” no se volverán a repensar hasta 2025. Y no podemos perder ese tiempo precioso. Queremos que se implementen políticas públicas permanentes para esos niños”.
Respecto a la “cobertura continua”, Kristen Testa expresó que “la concebimos como una política de equidad de salud; y porque es una parte esencial en el desarrollo de la infancia. Los que tenemos el privilegio de tener cobertura de nuestros empleadores, no tenemos que estar llenando papeles todos los años. El ideal es que la “cobertura continua” sea permanente en Medicaid en toda California, ya que cubrimos a todos los niños sin importar su estado inmigratorio”.
“EN CALIFORNIA TENEMOS 15 MILLONES DE PERSONAS CUBIERTAS POR MEDICAID, ES DECIR, UN TERCIO DEL ESTADO. HEMOS HECHO EL GRAN TRABAJO DE CUBRIR A LAS PERSONAS INDEPENDIENTEMENTE DEL ESTATUS MIGRATORIO Y UN TERCIO DE ESA POBLACIÓN UTILIZA EL SERVICIO. LA “COBERTURA CONTINUA” ES ALGO QUE VALORAMOS MUCHÍSIMO, Y ESTE ÚLTIMO PRESUPUESTO APROBÓ UNA LEY PARA NIÑOS PEQUEÑOS, PORQUE EN ESOS MOMENTOS DE SUS VIDAS, DONDE EL DESARROLLO DEL CEREBRO ES CRUCIAL, QUEREMOS QUE NO PIERDAN EL SERVICIO. QUEREMOS QUE SE IMPLEMENTEN POLÍTICAS PÚBLICAS PERMANENTES PARA ESOS NIÑOS”.
KRISTEN TESTA, THE CHILDREN´S PARTNERSHIP
Quedarse sin nada
Por último, Laura Guerra-Cardus, directora de Estrategia Estatal de Medicaid del Center on Budget and Policy Priorities afirmó que “como país, deberíamos sentirnos orgullosos de mantener a tanta gente conectada con una cobertura médica durante una pandemia global, y en un tiempo donde hubo una crisis económica tan grande”.
Luego, refiriéndose a los estados como Texas, que no expandieron el programa Medicaid, la directora aseguró que “en Texas, donde hay tantas personas de color, es un momento en que vamos a sufrir diferencias drásticas en el servicio. Pero esto impactará también en todo el sur, y en los once estados en donde la cobertura no ha sido expandida. Será trágico para muchas personas que tuvieron años de cobertura de salud, de un momento a otro, quedarse sin nada. Sobre todo para las flamantes mamás, los padres mayores y los niños pequeños. Muchas mujeres que acaban de ser mamás, podrían perder la cobertura entre 60 días y seis meses después del embarazo. Y una madre de Texas, para seguir recibiendo el beneficio, debería pasar a ganar seis veces más para calificar y tener una opción digna de cobertura. Este es el momento para que los legisladores utilicen los medios necesarios y faciliten el proceso de renovación. En estos tiempos hemos escuchado historias terribles de gente que no ha podido renovar, y lamentablemente las seguiremos escuchando a lo largo del año”.
Como conclusión, Guerra-Cardus dijo que “este proceso de revisión o desarmamiento del programa Medicaid, es el más importante a nivel salud y habrá un altísimo número de personas impactadas; tantas como no hemos visto en mucho tiempo. Esto hace que las consecuencias puedan ser críticas. Se hace absolutamente necesario que las familias reciban información ágil y actualizada sobre su estado de cobertura y el de su familia. Hay que alentar a que ese mensaje llegue ahora y hacer planes para continuar hablando sobre esto durante todo el año. Es inmediato el ayudar a la gente a reconectarse con recursos locales, lo que los ayudará a tener una cobertura asequible”.
«Será trágico para muchas personas que tuvieron años de cobertura de salud, de un momento a otro, quedarse sin nada. Sobre todo para las flamantes mamás, los padres mayores y los niños pequeños».
LAURA GUERRA-CARDUS, Center on Budget and Policy