El empresario inmobiliario y coleccionista argentino Eduardo Costantini, acaba de ganar la subasta por la adquisición de la obra “Diego y yo”, por la que pago 34.8 millones de dólares más comisión y gastos.
Lo curioso es que Constantino nunca vio la obra en persona, sólo en libros y catálogos de la casa de subastas Sotheby’s.
La pintura de Frida Kahlo es un autorretrato con lágrimas en los ojos, que tiene un retrato su esposo, el pintor Diego Rivera, en su entrecejo, con un tercer ojo.
Demostrando su angustia y enojo hacia su esposo, para quien sus cejas sirven de plataforma, y el tercer ojo, alude a la agudeza mental y visual prevaleciente de Rivera.
Es importante señalar que los tres ojos de Diego y los dos de Frida forman una pirámide, donde solo los ojos de Frida miran al presente, los dos ojos de Diego miran al pasado y el tercer ojo mira al infinito, donde está la creatividad del artista.
Podemos agregar que, en esta pintura, Frida tiene el cabello suelto arremolinado alrededor de su cuello, indicando que algo la estrangula emocionalmente.
La obra fue realizada en 1949, año en que Rivera hizo un sensual retrato de la diva mexicana María Félix, que desencadenó una crisis entre Frida y Diego. Por esa razón se supone que Frida pinta este retrato compuesto para demostrar su dolor, cinco años antes de su muerte en 1954.
El empresario argentino Eduardo Costantini es el fundador del Museo de la Fundación Malba, adonde irá la obra. Este lugar cuenta ya con «Baile en Tehuantepec» de Diego Rivera, comprada por 15,7 millones de dólares, el “Autorretrato con chango y loro”, de Frida Kahlo por el que pago 3,1 millones de dólares, más obras de Wifredo Lam y Remedios Varo, que también marcaron en los últimos años récords de precios.
Como vemos, la inflación mundial lleva a los grandes capitales a invertir en obras de arte, antes que en proyectos digitales como el Bitcoin, re-cotizando pinturas y esculturas, a medida que el valor de dólar y el euro bajan.