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A la juventud las elecciones le importan un rábano

A la juventud estas elecciones le importaron un rábano

Es hora de dejar atrás las elecciones nacionales del martes, sin penas ni olvido. Pero antes es fuerza señalar un dato que quedó relegado entre montañas de resultados y comentarios.

El voto del martes generó vencedores y vencidos. Pero también generó tristeza, porque en la fiesta de la democracia faltó el voto juvenil.

Sólo uno de cada diez votos en California perteneció a una persona de entre 18 y 29 años de edad. ¡Un miserable diez por ciento!

La juventud se negó a salir. Estas elecciones le importaron un rábano.

Años atrás, en 2008, cuando el porcentaje de votantes jóvenes fue del 20% del total, cuando el 51.1% de los jóvenes votaron, la satisfacción fue inmensa. Vimos chicos en manifestaciones y marchas, muchachones de secundaria corriendo puerta por puerta para registrar a sus mayores para la votación. Nos esperanzamos. Esperábamos que por una maravilla de la inercia, una vez despertado su interés en la cosa pública, los jóvenes de California seguirían por esa senda.

No fue así. ¿Por qué?

Quizás porque el gobierno nacional, en el que abrigaban tantas esperanzas, los desilusionó. Dedujeron entonces, como 39 millones de otros votantes estadounidenses, que no hay por quien votar y se quedaron en casa.

Quizás porque una vez más no hicieron la conexión entre su actividad pública y lo que les pasa en la vida.

Quizás porque estaban tan preocupados por la desocupación, el creciente costo de la educación pública, por su servicio militar, por la falta de oportunidades… aunque todos esos motivos sean en realidad motivos para mayor, y no menor, tasa de votación.

Algo similar sucedió en todo el país.

“Las encuestas de salida mostraron que los votantes de 18 a 29 años fueron un 11% del electorado; una fuerte caída del 18% hace cuatro años», dice el Washington Post, “y el menor porcentaje en dos décadas”.

Según el Centro de Información e Investigación de la Universidad Tufts, sólo el 20.4% de los ciudadanos jóvenes votaron el martes contra 23.5% en las últimas elecciones de medio término.

Este marzo, una encuesta encargada por el Endowment for California Leadership entre la gente joven arrojó como común denominador una profunda desconfianza. “No se puede confiar en las promesas de los políticos” – cualquiera sea su afiliación partidaria – dijo el 63% de los encuestados. El 81% dijo que el estado está en mal camino.

“[Alarma] su falta de confianza en las instituciones gubernamentales clave es un claro reflejo de lo que sus padres y otros adultos mayores están diciendo”, expresó en aquel entonces Gary Hart, exsecretario de Educación de California.

Se dirá que los encuestados no eran gente preparada.

Pero el sondeo se hizo entre estudiantes políticamente comprometidos, que asisten a reuniones de su concejo municipal o al menos del escolar. Si ellos no confían en el proceso, ¿por qué ilusionarnos con que lo apoyen los demás?

“Los candidatos de ambos partidos fracasaron en atraer a los jóvenes en sus campañas”, dijo  Heather Smith, presidenta del grupo activista juvenil Rock the Vote.

Y si bien a mayor votación juvenil mejores resultados para uno de los partidos, del silencio de la juventud sufre toda la sociedad. En este caso, más los latinos. Para los hispanos, es crucial que los jóvenes voten.

Una encuesta de USC College/Los Angeles Times de abril arroja que mientras que la mayoría de los votantes de 65+ años quiere negar a los indocumentados todos los servicios sociales por un márgen de 12 puntos, los californianos de 18 a 29 se oponen a ello por una diferencia de 20 puntos.

Y en octubre, el 75% de ellos favorecieron el camino del inmigrante a la ciudadanía mientras que sólo el 17% apoyó la deportación. Aquí está la respuesta.

La tasa de votación entre nuestros jóvenes ha sido históricamente baja.

Votar en nuestro país no es fácil. No alcanza con ser cuidadano: hay que registrarse para hacerlo. Y contrariamente a la mayoría del resto del mundo, se vota un martes, y no un fin de semana.

Pero si los jóvenes, que simbolizan la esperanza, la solidaridad, la pasión y la entrega, no votan hasta que lleguen a la madurez estando desilusionados, egocéntricos y desconfiados, lo harán siempre por los candidatos de la desilusión, el egoísmo y la desconfianza. Eso alarma.

[bctt tweet=»Si los jóvenes no votan ahora, si se repliegan ante la desilusión, el conformismo y la apatía, hemos fracasado. » username=»hispanicla»]

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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