Faltando cinco días para que culminen las elecciones se vislumbran los contornos del mayor asalto contra la democracia en la historia de Estados Unidos. El ataque pretende asegurar que Donald Trump sea el próximo presidente independientemente de los votos.
Entre otras acciones fraudulentas o violentas notamos el propósito de Trump de declarar victoria el mismo día de las elecciones, antes de que se cuenten los votos, la preparación de asalto a los recintos de votación por parte de contingentes armados para aterrorizar a los “sospechosos” de votar por Kamala Harris, la organización de grupos de funcionarios electorales condales a quienes se ha instruido no certificar resultados desfavorables aunque ello viole leyes federales y estatales.
Uno de los blancos de esta ofensiva es el voto adelantado y por correo. Desde 2020, gobiernos republicanos lo prohibieron en seis estados: Arkansas, Mississippi, Missouri, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Dakota del Sur. Ohio y Iowa permiten una sola urna por condado.
El nuevo elemento de terrorismo doméstico es la quema de urnas de votación que ya contienen votos por correo de ciudadanos, para prevenir su conteo.
El lunes 28 se detonaron dispositivos incendiarios y dañado papeletas en dos urnas, una en el condado Multnomah de Oregon, donde el mecanismo de protección de incendios del contenedor logró proteger la mayoría de las papeletas y solo tres de 412 se quemaron, y otra en la localidad de Vancouver, estado de Washington, donde el mecanismo falló y centenares de votos se perdieron. Las autoridades dicen que ambos incidentes podrían ser obra de una sola persona o grupo.
Los ciudadanos que depositaron sus votos adelantados en aquellos contenedores pueden verificar en línea si su boleta fue marcada como devuelta y de no ser así podrían imprimir boletas de reemplazo.
La semana pasada la policía de la ciudad de Phoenix, Arizona, arrestó a un hombre que confesó haber prendido fuego a una urna del Correo con votos.
En septiembre, el Departamento de Seguridad Interna había circulado un informe de inteligencia según el cual “varios usuarios de las redes sociales están discutiendo y alentando métodos para sabotear las urnas y evitar ser detectados, lo que probablemente aumenta el potencial de atacar esta infraestructura electoral durante el ciclo de 2024”.
El voto de los latinos resulta particularmente vulnerable, ya que 37% votaron por correo en 2022, un aumento de 38% respecto a 2020. Esto se agrega a otras ideas circulantes sobre cómo prevenir que los latinos voten y que se van a ir desarrollando en los próximos días.
Estos deplorables eventos pretenden intimidar a los ciudadanos, mostrando la naturaleza del ataque contra la democracia. Los responsables ideológicos de los mismos, con Trump a la cabeza, han incitado, insultado, amenazado y difamado a sus rivales políticos, logrando que otros cometan las acciones que ellos desean de manera supuestamente espontánea. Esto se agrega por un lado a las maquinaciones de milicias fascistas armadas y por el otro a las amenazas a la integridad electoral por gobiernos extranjeros hostiles.
En el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 Trump pretendió dar un autogolpe de estado para quedarse en el poder tras perder las elecciones, con un saldo de seis muertos y 174 policías heridos. Pero esto parecería sólo el ensayo general de lo que nos espera si no se toman las medidas preventivas necesarias.
Es urgente que se incrementen los esfuerzos para proteger al voto y a los votantes. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) debe coordinar sus acciones con las autoridades locales para identificar a los autores y llevarlos ante la justicia.
Quien esté en poder de información que ayude a la investigación puede contactar la oficina local del FBI, proveer información via tips.fbi.gov o llamar al 1-800-CALL FBI (1-800-225-5324).
Es necesario que notemos la creciente dificultad de denunciar ante la decadencia de algunos medios de comunicación, desde FoxNews que vuelve a ser un portavoz del movimiento MAGA hasta medios respetables como el Washington Post y el Los Ángeles Times, cuyos propietarios multimillonarios han forzado a sus juntas editoriales a abstenerse de endorsar a Kamala Harris. Es como si hubiese una red encima de la prensa escrita que se va ajustando y cerrando.
En los pocos días que quedan los ciudadanos se deben sentir bienvenidos para votar en los próximos días, porque el miedo a la violencia o a la interferencia podría disuadir a la gente de votar.
En adelante, los gobiernos – demócratas y republicanos a la par – deben actuar con valentía y decisión para prevenir actos de violencia extremista que podrían culminar con la pérdida de vidas.
Pero la comunidad no puede permitir que estos incidentes minen su confianza en los métodos de votación adelantada y por correo, que generalmente son extremadamente seguros. No dejemos que los terroristas domésticos nos intimiden. Votemos, pese a todo.