Por tercer año «continúa» la investigación del Departamento de Justicia federal contra el controversial Sheriff del condado de Maricopa en Arizona, Joe Arpaio, y éste por toda respuesta intensifica las redadas antiinmigrantes. Es una campaña mucho más política que destinada al cumplimiento de la ley.
La investigación se ramificó a la persecución ordenada por Arpaio contra sus oponentes políticos, sean miembros de la junta de Supervisores de su condado o jueces opuestos a sus iniciativas. Por fuerza, esta actitud debía llevar a una sensación, entre Arpaio y sus agentes, de que están por encima de la ley. Que la pueden ignorar, sea para fines políticos o personales.
Tres policías de Maricopa contrabandearon drogas y personas y lavaron dinero para un grupo de narco traficantes, «todo bajo la nariz de quien se proclamó el Sheriff más duro de América», nos dicen ahora los titulares.
Son Alfredo Navarrette, agente del Sheriff que llevaba 10 años trabajando para Arpaio, y dos agentes carceleros, Silvia Nájera, de 25 y Marcela Hernández, de 12. Nueve personas más fueron arrestadas en un operativo policial el martes por la madrugada. La sospecha: el grupo estaba encargado de transportar grandes cantidades de heroína a la zona al oeste de Phoenix.
Durante la búsqueda de evidencias en el departamento de Navarrete se encontraron – oh, horror de horrores para el «duro» Arpaio – dos inmigrantes indocumentados.
En conferencia de prensa, Arpaio anunció truculentamente que Hernández está embarazada, en su octavo mes, con quien será el hijo del jefe de la operación de drogas, Francisco Arce-Torres, criminal ligado al cartel de Sinaloa en México.
Al ser arrestada en el trabajo, Hernández llevaba sobre sí casi 20 mil dólares, algo que podría indicar un reciente pago o una sospecha y preparativos de huida.
Navarrete instaló, según la investigación, cámaras para la protección de la casa donde se operaba el tráfico ilegal. Los otros dos establecieron una empresa con el objeto de lavar el dinero de la droga.
Independientemente de que los sospechosos estaban bajo el mando del tristemente famoso Arpaio, quien obviamente condenó sus presuntas actividades, el arresto señala una ampliación de las tácticas utilizadas por el narco en México a Estados Unidos. O al menos, da a conocer esa ampliación al ser arrestados los presuntos cómplices.