A la película la veo una y otra vez cada vez que una mujer ucraniana cruza un puente hasta Polonia llevándose de la mano a un jardín de infantes. En ese éxodo de escritores que en el ´17 huyeron de Lenin, en esos rusos que en los ´30 huyeron de las purgas de Stalin y en ese abuelo que a los veinte años se escapó con pasaporte polaco de un servicio militar que duraba diez años.