En una decisión dividida, la Corte Suprema de Justicia bloqueó los esfuerzos de la Administración Trump de eliminar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Este programa, que fuera implementado durante la presidencia de Barack Obama, tiene el objetivo de proteger a alrededor de 650,000 jóvenes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños.
La decisión implica que quienes estén registrados en el programa no podrán ser deportados y pueden renovar la registración para continuar con protecciones que les permite estudiar y trabajar en el país.
¿Puede Trump contar con la corte?
El dictamen de 5 votos a favor y 4 en contra, nuevamente refleja una Corte Suprema de Justicia que si bien cuenta con una mayoría conservadora, no le garantiza al presidente Donald Trump la confirmación judicial de todos sus proyectos.
A Ruth Bader Ginsburg, Elena Kagan, Stephen Breyer y Sonia Sotomayor, quienes componen el ala progresista de la corte, se les sumó el conservador John Roberts, que preside el organismo y quien redactó la decisión.
Esta no es la primera sorpresa judicial para el presidente Trump. En los últimos días, la Corte Suprema también mantuvo en vigencia la declaración de California como estado santuario que limita la colaboración de las autoridades del estado con las agencias federales que persiguen a inmigrantes indocumentados. Y en otro traspié para la Administración Trump y sus aliados evangelistas y de la derecha ultraconservadora, la corte dictaminó a favor de los derechos laborales de la comunidad LGBTQ.
El peligro continúa
En el dictamen, Roberts escribe que la Corte no está juzgando el mérito de DACA sino que cuestiona el procedimiento que siguió Administración. Indica que al cancelarse el programa, no se considera el daño que causa a quienes se benefician del mismo.
Al cuestionar solo el procedimiento, se deja la puerta abierta para que el Departamento de Seguridad (DHS) vuelva a presentar otro proyecto con las modificaciones apropiadas.
Las elecciones
A poco más de cuatro meses de las elecciones nacionales, la decisión es un balde de agua fría a un presidente que siempre ha utilizado a los inmigrantes indocumentados como chivos expiatorios de todos los males que aquejan al país.
Lo significativo es que Donald Trump no solo ha estado del lado perdedor en tres decisiones judiciales recientes de considerable relevancia política, sino que seguramente se le debe haber creado la duda si realmente puede contar con la Corte Suprema en caso de una crisis (como algunos esperan que ocurra) en la elección presidencial de noviembre.
