Cruzando líneas: Los latinos que se sientan en la mesa

Los latinos pro trumpistas se radicalizan y condenan a inmigrantes. Y así, en medio de una multitud que finge aceptarlos en Phoenix, materializan su sueño americano de sentarse a la mesa a la que nadie los invitó antes.

ARIZONA – Las cabelleras rubias encandilaban en el evento de Latinos por Trump en Phoenix. Eran muchas, las más, pero las cámaras se enfocaban en los pocos rostros morenos que celebraban la llegada del presidente. Al fin y al cabo, era un evento para celebrar el mes de la Herencia Hispana en un estado decisivo en las próximas elecciones y necesitaban diversidad. La tuvieron.

Latinos por Trump

Pero incluso ahí, en un evento organizado por ellos y para ellos, los latinos eran minoría. Los hispanos se perdían entre los fanáticos de hueso colorado de Trump que lo siguen fielmente en cada visita presidencial. Aun así se sentían como si fueran los elegidos. Para ellos, estar en el mismo salón que el presidente era ya un hecho histórico… lo que se hablaría les importaría después, si acaso.

Esos latinos han demostrado un apoyo incondicional a un presidente que ataca una y otra vez a los que llegaron después que ellos. Así funciona la migración en Estados Unidos y el mundo: los que están contra los que vienen; los que pertenecen contra los que quieren pertenecer; los que se asentaron contra los que se mueven; los que “se blanquearon” contra los que llegan con la piel ardida por la travesía.

Los de abajo siempre son los recién llegados y, bueno, ellos no votan… es más, los botan. Y así se arrancan las raíces, para que no crezcan ni florezcan, porque ya son muchos y no quieren más.

Se han adaptado – ¿domesticado?- y vociferan para que los vean. Trump les ha dado la oportunidad de ser y ser vistos, de colarse en ese escaparate  en el que antes no tenían sitio y mucho menos rostro. Se sienten vistos.

Se radicalizan para sentirse identificados. Y así, en medio de una multitud que finge aceptarlos, materializan su sueño americano al sentarse en la mesa a la que nadie los invitó antes.

Arrebatar la palabra

Pero no basta con jalar una silla, hacerse campo en la mesa y escuchar. No, que nos hayan invitado a la conversación no es un privilegio, es un derecho. No es suficiente cruzar las piernas y entrelazar las manos agradecidos por el momento, por estar ahí, por ser parte de la historia, porque somos los elegidos para llenar la cuota.

Hay que pelear por la palabra, arrebatarla si es necesario. Que se acaben los aplausos por compromiso y que empiece el diálogo.

Entendamos, si nos voltean a ver, no nos están haciendo un favor. Tampoco ha sido de a gratis. Alguien quiere algo.

Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años.
Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al
Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra.
En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona.
Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

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