Dos finales

A y B

Ana huérfana de padres llega del Viejo San Juan a casa del tío, cerca del parque de Brooklyn. Allí conoce a Vicente, hijo de boricuas del cual  se enamora a los doce años de edad. Ana recuerda claramente el día del flechazo. Vicente le explicaba unas fórmulas algebráicas  para detectar cuántos CDs podía colocar en un MP3 de 4 gigas.

Pero en las historias de amor, los Inconvenientes no faltan. Ahí se da el conflicto. Vicente es  inteligentísimo y habla y habla como un niño que todo lo sabe, que lo que no sabe lo inventa. P

ero el tiene un problema que a Ana le parece exponencial, no le gustan las fiestas, las bachatas  ni la jarana, cosa que a Ana le encanta y sin lo cual no puede vivir.

Final A

Ana se busca un trabajo de mesera y se entretiene con el pianista del bar mientras trabaja medio tiempo y estudia en la universidad.  Queda embarazada tres veces y se hace dos abortos. El último hijo, se lo deja.

Vicente se consigue una beca en MIT y se va de la ciudad, se casa con una licenciada en lógica y latín. Paren cinco hijos. Ana vuelve a ver a Vicente en cinco años con cinco nenes a cuesta. Atormentado por lo que no pudo ser, Vicente  cae en una depresión y con tanta responsabilidad a cuestas, desilusión y sueños fallidos con Ana, se suicida tirándose de un sexto piso de su departamento. Al enterarse, Ana se dedica a la tecata y se prostituye. La  licenciada en lógica termina criando seis hijos.

Final B

Ana se aguanta las ganas de bailar bachata y se casa con Vicente. Juntos se van a vivir cerca del MIT en Massachussets hasta que Ana, un día aburrida de que Vicente estudie y estudie y no salga con ella, no aprenda a bailar, sale a un bar, se empata con el mejor bailarín del piso, un estudiante internacional de teatro, tipo Joaquín Cortés, que se la lleva a su departamento y la coge justo en el momento exacto del mes.

Ana queda demasiado preñada del bailarín cuyo nombre ni siquiera sabe. No se atreve a decírselo a Vicente. Su hija, Vicentita nace al tiempo, es notablemente articulada, inteligente y dócil, parecidísima a la ayudante de Lógica que trabaja con Vicente en la Universidad.

Ana queda traumada, decide que el silencio es un castigo divino y se dedica exclusivamente a criar a la nena. Vicente asciende y llega a ser rector de la Universidad. La estudiante de lógica se convierte en Vice Rectora. Ana llega a ser la mejor dueña de casa de la colonia universitaria y abre un restaurante de comida gourmet.

Profesora chilena (Valparaíso, 1970). Reside en Nueva York (EUA) desde hace doce años. Ha colaborado para el periódico literario Puente Latino, Hoy de Nueva York. Forma parte del Espacio de Escritores del Bronx Writer’s Corps. Cuentos suyos han aparecido en las revistas Hybrido y Conciencia. Sus poemas, ensayos, artículos y cuentos han sido publicados por la Revista virtual Letralia de Venezuela. Sus poemas aparecen en las publicaciones mexicanas La Mujer Rota y la Revista Virtual Letrambulario además de Centro Poetico, publicación virtual española. Actualmente se desempeña como profesora de español de segunda lengua en Frederick Douglass Academy II de Harlem y realiza estudios de Doctorado en Literatura Hispánica y Luso Brasileña en Graduate Center, City University of New York.

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