Bajo el título “El cambio climático cambia nuestras vidas”, Ethnic Media Services (EMS) organizó el sábado 11 de septiembre una conferencia de prensa para tratar el tema con varios especialistas. Hablaron del impacto social y sanitario del fenómeno, y deslizaron pronósticos alarmantes para mediados de siglo veintiuno.
Dos meses de infierno en la Florida del futuro
Abrió Hanna Hess, directora asociada de Climate Impacte Lab, comentando la génesis de la asociación. “Nacimos en 2016 con el fin de concientizar sobre el modo en que el cambio climático impacta en la vida de las personas. Pero también para aportar investigaciones que nos ayuden a diseñar políticas para disminuir las emisiones de gas y mejorar nuestra resiliencia”.
-¿Qué acciones deberíamos tomar?
-Estamos mirando posibles futuros dependiendo de lo que hagamos a partir de ahora. Debemos bajar 1.5 grados Celsius la temperatura del planeta y es crucial que eso se consiga. Para eso, los políticos deberán cambiar sus prioridades y poner por encima la educación y la vivienda asequible, haciendo hincapié en la alfabetización ambiental de la población.
-Habló de las emisiones de gas…
-Sí, y eso nos lleva a un ítem muy importante que es el “costo social” del carbón. Manejar cada vez más autos, aumenta ese costo que no sólo se traduce en economía sino en una baja en la salud pública. Estimamos el costo social como DSCIM (“Modelo de impacto climático basado en datos”) y estamos estudiando ese número a nivel global, recolectando información sobre electricidad y gastos de carbón para optimizar la energía. Pero sin dudas, amén de los precios y el daño ambiental, el costo social más alto que estamos pagando es el aumento en la mortalidad de seres humanos por temperaturas extremas.
-¿Dónde se pueden leer los resultados de las investigaciones?
-En otoño, lanzamos una plataforma para que toda nuestra información sea asequible. Se llama horizons.hdr.undp.org y allí se pueden supervisar los efectos del cambio climático en el mundo. Incluso podemos determinar el número de días calientes que va a ocurrir cada año en los distintos condados y ciudades.
-¿Un ejemplo?
-De seguir la proyección actual, para mediados de siglo habrá 55 días de calor extremo en Orlando. Como decíamos, el efecto más importante se va a operar en salud, ya que esa temperatura durante tantos días puede generar problemas respiratorios o interactuar con las medicinas.
“ESTAMOS MIRANDO POSIBLES FUTUROS DEPENDIENDO DE LO QUE HAGAMOS A PARTIR DE AHORA. DEBEMOS BAJAR 1.5 GRADOS CELSIUS LA TEMPERATURA DEL PLANETA Y ES CRUCIAL QUE ESO SE CONSIGA. LOS POLÍTICOS DEBERÁN CAMBIAR SUS PRIORIDADES TAMBIÉN Y PONER POR ENCIMA LA EDUCACIÓN Y LA VIVIENDA ASEQUIBLE, HACIENDO HINCAPIÉ EN LA ALFABETIZACIÓN AMBIENTAL DE LA POBLACIÓN”.
HANNA HESS
Historias resilientes
Jon Christensen, profesor en el Institute of the Environment and Sustainability, de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), dijo que “el modo de narrar lo que sucede con el cambio climático es lo que constituye nuestras identidades. Un resumen histórico entre la naturaleza y el desastre, nos dice que ese modo de narrar fue cambiando con el tiempo desde los relatos de la segunda guerra mundial a las catástrofes ambientales o los atentados. De acuerdo a la cosmovisión de cada comunidad, el cambio climático será tomado como una consecuencia natural debido a los actos para nuestra especie, o una penalidad divina a causa de nuestros pecados”.
-¿Conclusión?
-Me gustaría que pensemos el cambio climático no sólo como un problema para resolver sino también como un recurso para pensar cómo contamos esas historias que nos configuran en tanto comunidad. Esto incluye materias que van desde física a la geografía, y desde la historia a la literatura… todo eso incluye el cambio climático. A él están subordinados tanto la salud como la política, la justicia… Si lo pensamos como un recurso para entendernos a nosotros mismos y al mundo, el cambio climático puede ser un hilo conductor de nuevas y fascinantes historias. Como dijo Jerry Brown ex gobernador de California, “somos un oasis en medio del apocalipsis”.
-¿Qué historias recomendaría para las comunidades de la diáspora?
-Un hilo que puedes seguir y explorar sobre inmigración, salud y la resiliencia de tu grupo, o sea, contar el modo en que sobrellevaste la adversidad y cuáles son los factores que pueden mejorar o bajar esa resiliencia… Estas son las historias que piden salir.
“ME GUSTARÍA QUE PENSEMOS EL CAMBIO CLIMÁTICO NO SÓLO COMO UN PROBLEMA PARA RESOLVER SINO TAMBIÉN COMO UN RECURSO PARA CONTAR ESAS HISTORIAS QUE NOS CONFIGURAN. ALGUNAS COMUNIDADES LO TOMARÁN COMO UNA CONSECUENCIA NATURAL DE NUESTROS ACTOS Y OTRAS, COMO UNA PENALIDAD DIVINA A CAUSA DE NUESTROS PECADOS”.
JON CHRISTENSEN
Demócratas preocupados versus republicanos negacionistas
Megan Mullin es la directora facultativa de Luskin Center for Innovation, de UCLA, y así lo describió. “Este es un centro de innovación en políticas públicas ambientales e incluye también políticas equitativas para ayudar a las comunidades de cara al cambio climático; es decir, a pensar estrategias para reducir sus efectos. Desde hace una década, estudio las políticas respecto al cambio climático en los Estados Unidos. Lo más importante a la hora de pensar esas políticas, ha sido la división porque todo está muy polarizado en los partidos. No hay nada que divida tanto a los demócratas y republicanos como el cambio climático, ahora más que nunca”.
-¿Cómo describiría las políticas públicas de ambos partidos?
-Los demócratas están muy preocupados por el costo humano del cambio climático, y de hecho en todos sus gobiernos han tomado medidas al respecto. Los republicanos, lo tienen al final de sus prioridades, ellos están más preocupados por la seguridad. Sin embargo, las implicaciones del cambio climático han empezado a modificar la sociedad.
Lamentablemente, no ha habido una unión entre demócratas y republicanos para actuar de forma conjunta.
-¿Algún ejemplo?
-Hemos visto niveles históricos de inversión en estos temas de parte de los demócratas, tanto en acción como en información. De hecho, tomaron medidas sobre inundaciones, calor extremo y aumentos del nivel del mar. La paradoja es que, mientras los republicanos continúan negando lo severo del cambio climático, la mayor energía limpia se produce en los estados históricamente republicanos como Iowa, Kansas, Oklahoma y Texas. Los republicanos se resisten a la transición de los combustibles, pero eso está sucediendo de todos modos.
-¿Algo está cambiando?
-Por suerte, las divisiones partidarias se están suavizando un poco en los últimos años y esa es la buena noticia. El cambio climático entró en la agenda política en el cambio de siglo, pero hay implicaciones reales a corto plazo si no se toman medidas a tiempo.
“LOS DEMÓCRATAS ESTÁN MUY PREOCUPADOS POR EL COSTO HUMANO DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y EN TODOS SUS GOBIERNOS HAN TOMADO MEDIDAS. LOS REPUBLICANOS, EN CAMBIO, LO TIENEN AL FINAL DE SUS PRIORIDADES. ELLOS ESTÁN MÁS PREOCUPADOS POR LA SEGURIDAD. LAMENTABLEMENTE, NO HA HABIDO UNA UNIÓN PARA ACTUAR DE FORMA CONJUNTA”.
MEGAN MULLIN
Museo del Clima en Manhattan
La última ponencia estuvo a cargo de Anais Reyes, fundadora y directora del Climate Museum, de Nueva York: “Somos el primer museo enfocado en el cambio climático pero también en acciones concretas, como muestras interactivas y programas culturales», explicó.
«No sólo hablamos de cambio climático sino que nos enfocamos en las humanidades, las artes y los impactos sociales del clima. Hemos trazado programas públicos desde 2017 y en octubre 2022 hicimos una exhibición llamada “Algún día todo esto” (“Someday, all this”), acá en Manhattan, del fotógrafo David Opdyke. Se trata de una historia ficcional del cambio climático hecha con postales. Es un mix entre concientización y arte para que el público sienta un impacto artístico y sensible. Nos importa mucho el modo en que nos relacionamos con nuestros visitantes, para que las personas cambien la desesperanza por la motivación”.
-¿Cuál fue la reacción del público ante las últimas muestras?
-Fue muy positiva. De hecho, vimos personas de ambos partidos políticos muy sensibilizadas. Por lo tanto, no es cierto que sólo una facción es la que se preocupa, tenemos que desarmar ese mito. Muchas veces se cree que el cambio climático es una realidad falsa y nos alejamos de la acción o de la implementación de políticas públicas. Al margen de los demócratas y republicanos, hay un alto porcentaje de la población quiere trabajar a favor del clima, en contrapartida al mínimo porcentaje que lo niega.
-Habló de muestras interactivas…
-Sí, de hecho pusimos una pared donde la gente ponía notas a mano y mensajes. Queremos que esto sea una participación cívica y no sólo de individuos. Buscamos un cambio sistemático de paradigma y compromiso, una forma divertida de que las personas se involucren y se encuentren. Hay un poder en trabajar juntos. De hecho, vamos a abrir otro espacio en Manhattan sobre cambio climático y equidad social. Y tenemos el museo en formato “on line” para que todas las personas del mundo puedan participar: climatemuseum.org.
-¿Qué se viene en el museo?
-Es muy importante que las injusticias ambientales no recaigan sobre las personas que no produjeron nada negativo en el cambio climático. Y de eso se tratará nuestra propia muestra.
“VIMOS PERSONAS DE AMBOS PARTIDOS POLÍTICOS MUY SENSIBILIZADAS. POR LO TANTO, NO ES CIERTO QUE SÓLO UNA FACCIÓN ES LA QUE SE PREOCUPA. TENEMOS QUE DESARMAR ESE MITO. AL MARGEN DE LOS DEMÓCRATAS Y REPUBLICANOS, HAY UN ALTO PORCENTAJE DE LA POBLACIÓN QUIERE TRABAJAR A FAVOR DEL CLIMA, EN CONTRAPARTIDA AL MÍNIMO PORCENTAJE QUE LO NIEGA”.
ANAIS REYES