¿Cuánto falta para el 6 de noviembre? Unos días pareciera no haber suficiente tiempo y otros que hay una eternidad entre una hora y otra. No importa cuánto se prepare uno, el último estirón es donde la voluntad se pone a prueba. Sacamos la casta y cargamos todos los pesos: el nuestro y el muerto. Así son todos los ciclos electorales: extenuantes.
Este año ha sido en especial desafiante. Elecciones en México, Venezuela, Estados Unidos, y unos 70 países más eligieron gobiernos; hemos visto los contrastes de la democracia y la falta de ella. También sentimos la influencia de las diásporas. ¿Quién vota por qué y en contra de quién? Lo que pasa en nuestras tierras lo sentimos en estas. A veces votamos aquí por lo que no queremos allá, ¿será?
La contienda presidencial, que es la que se ha robado los reflectores internacionales, está muy cerrada. Arizona es un estado indeciso, péndulo nos dicen, que pesa 11 votos electorales y que está en el punto de quiebre; el margen de error es tan pequeño y la diferencia tan mínima, que es aún imposible -con buena consciencia- declarar una tendencia para tal o cual partido.
Lo importante es que aquí en la frontera, el voto latino será el decisivo. Todos nos voltean a ver. Los candidatos han visitado Arizona más veces en un mes que lo que hicieron en todo su mandato. Por fin entendieron que sin nosotros nada.
Los hispanos representamos un tercio de la población de Arizona, según el censo poblacional. De acuerdo con la organización NALEO, uno de cada cuatro votantes es latino, ¿se notará el poder en las urnas? Los temas que nos importan son los mismos que los demás: economía, salud, seguridad, vivienda, cambio climático, justicia social y la lista continúa… somos mucho más que el estandarte de migración.
De acuerdo con el Instituto Pew Research Center, 36.2 millones de latinos son elegibles para votar en estos comicios y la cifra sigue en aumento. Aun así, solo se proyecta que 17.5 millones ejerzan su derecho; existen aún muchas trabas para el acceso al voto, ataques e intimidación, desinformación al por mayor y una lucha contra el sistema que nos viene por generaciones que merma el deseo o coarta el derecho de votar. Pero este ascenso no es poco, es un aumento de 6.5% si lo comparamos con las elecciones de 2020, según NALEO.
Cada año, 1.4 millones de latinos se convierten en ciudadanos elegibles para votar en Estados Unidos, ya sea por edad, requisitos o naturalización; con este crecimiento, los hispanos podrían representar casi el 15% del total de los votos en las presidenciales y en Arizona, en específico, podrían llegar a superar el 25%. En este estado fronterizo, se calcula que serán unos 855,000 los que cumplan con su obligación cívica de elegir a sus gobernantes.
Además, la mayoría de los sondeos, encuestas y análisis cívicos demuestran que el voto latino en este 2024 es más joven y educado… y la tendencia continuaría así para los próximos ciclos democráticos.
En cuanto a la composición política, según un sondeo de Univisión, la mayoría de los votantes latinos en Arizona están afiliados al Partido Demócrata, seguido muy de cerca por los electores independientes.
El voto latino es más rico, diverso, poderoso… y complicado que nunca. Ahora somos nosotros mismos nuestro mejor postor.