Venezuela es un misterio. ¿Quién puede decir, a ciencia cierta, lo que pasa y lo que no pasa “país adentro”? Hay muchas versiones desde el exterior sobre su actualidad política y social. Algunos comunicadores no dudan en afirmar que allí se vive una dictadura disfrazada de izquierda. Otros, que Venezuela es el último bastión anti-imperialista de Latinoamérica y que su presidente, Nicolás Maduro, es el único líder del continente que le planta batalla a los Estados Unidos. Para buena parte de los medios, quienes se van del país son “burgueses pro-capitalistas”. Pero para la otra, es simplemente gente cansada de los atropellos a la libertad y que, por cierto, suman varios millones en este éxodo del siglo veintiuno.
Sí, Venezuela es un misterio. ¿Cuál es su actualidad? ¿Hacia dónde va como país y, sobre todo, cuál es su “realidad primera y última”? Pocas personas puedan dar un diagnóstico competente como Vladimir Villegas Poljak. No sólo porque vive y trabaja en Caracas sino porque fue parte del gobierno de Hugo Chávez (como vice ministro y embajador en México y Brasil) pero ya no es parte del gobierno de Maduro. Y su visión es mucho más crítica que indulgente para con la cúpula del poder.
Villegas inició su ponencia comentando un video que fuera proyectado en el “zoom”, y donde el presidente Maduro pidió que le “guardaran el secreto sobre la fecha de las elecciones”.
“Al igual que Maduro, yo también les voy a pedir que me guarden un secreto: en Venezuela no hay independencia de poderes –dijo Villegas- No es al presidente de la república a quien le corresponde anunciar cuando son las elecciones sino al poder electoral. Ese es uno de los problemas de Venezuela; el de la disolución institucional. Porque si de algo carecemos hoy, es de la ausencia de la constitución”.
Y Vladimir mostró un ejemplar de la carta magna de su país. “Como la ven, tiene tapas negras. Y yo quisiera creer que es porque la institucionalidad en Venezuela está de luto”.
Villegas comentó, acto seguido, su deserción de las filas chavistas. “Me salí del gobierno en el 2007, precisamente porque me opuse a la reforma constitucional. Creo que el presidente Chávez cometió un grave error en el ´99, y fue colocarse por encima de las instituciones en vez de someterse a las que se habían creado. Ese fue, a mi modo de ver, el origen de todos los males que arrastramos hasta hoy. Porque hemos ido desde el mesianismo al caudillismo, pero con un autoritarismo permanente. Como se puede ver, son males muy latinoamericanos que en nuestro país se han exacerbado. Sin embargo y a pesar de todo, hoy extrañamos la figura de Hugo Chávez, que tiene un 55% de aceptación popular; y es el líder político más reconocido en el país tras su muerte en 2013”.
Oficialismo y oposición
-¿Qué papel juega la oposición en Venezuela?
-Tenemos una oposición que ha estado jugando a dos aguas, involucrándose en conspiraciones contra la soberanía de Venezuela o creyendo que cualquier camino es válido para volver a ocupar poder. La oposición actual es un sector que tiene sed de venganza y pasa factura. Y todos sabemos el peligro que significa reemplazar la justicia por la venganza.
-¿Cómo definirías el gobierno actual?
-En su segundo mandato en diez años, el gobierno de Nicolás Maduro es un gobierno con un discurso de izquierda que reivindica el anti-imperialismo, pero que en la práctica ha tenido muchas medidas muy antipopulares. Una de esas medidas fue sobre el salario de los trabajadores.
Pidió la palabra el politólogo brasileño Bruno Lima Rocha, preguntando más precisiones acerca del salario mínimo en Venezuela.
“El salario, hoy, está en el mínimo histórico y es el más bajo de América Latina. Sumándole los bonos, no llega a 30 dólares por mes, siendo que el básico oficial es de apenas 6 dólares. El único aumento que dio Maduro fueron bonificaciones al sector público y privado. Pero estas bonificaciones no tienen incidencia en las prestaciones sociales. Lo curioso es que Maduro predicó durante años que una de las prioridades del gobierno era la protección del salario. Hoy, los trabajadores necesitan dos o tres empleos para sobrevivir.
-¿Qué pasa con los sindicatos?
-Hoy en Venezuela, está limitada la libertad sindical. De hecho, hay trabajadores presos por protestar contra el gobierno, ya que existe una criminalización de la protesta. Hubo un dirigente que estuvo once años preso, acusado de un crimen que no cometió. Otros han tenido boleta de excarcelación pero el gobierno no las hizo cumplir; como pasó con los trabajadores de la empresa Prevesa, que denunciaron la corrupción y fueron condenados por supuesta traición a la patria. Uno de esos trabajadores fue torturado.
-¿Y la justicia?
-En Venezuela hay una ausencia absoluta de estado de derecho. Para que se den una idea, el fiscal general de la república fue militante del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) hasta un día antes de su nombramiento; igual que el contralor del general de la república y el defensor del pueblo. No hay independencia de poderes porque todas las instituciones están dirigidas por el partido oficial.
-¿Qué futuro imaginas para Venezuela?
-Hay varias posibilidades y las enumero en forma de preguntas: ¿Una transición que nazca del chavismo? ¿Una oposición que tome el poder por la vía electoral y que no persiga al que piensa distinto? ¿Qué continúe Maduro? ¿Que tome el poder una fuerza extremista y haga, una vez más, un cambio de escenario para que los perseguidores de hoy sean los perseguidores de mañana? Tenemos que romper ese ciclo histórico de perseguidos-perseguidores en Venezuela; y que las víctimas no se conviertan en represores.
“TENEMOS QUE ROMPER ESE CICLO HISTÓRICO DE PERSEGUIDOS-PERSEGUIDORES EN VENEZUELA…”
Periodismo y libertad
-¿Hay libertad de expresión en Venezuela?
-Mira, yo tengo un programa de radio desde hace más de veinte años y puedo decir que en Venezuela, los periodistas conocen más la autocensura que la libertad de expresión, ya que todo el tiempo tienes que andarte con mucho cuidado si dices algo público. Acá hay mucha más censura que posibilidad de hacer denuncias, y no hay acceso a las fuentes del estado. En esto, nos estamos pareciendo más a Nicaragua.
-¿Cómo es eso?
-Durante mi juventud, yo defendí la revolución sandinista. Pero hoy miro Nicaragua con toda la vergüenza latinoamericana. Ya que se parece más al somocismo que al sandinismo, con todas sus consabidas persecuciones y faltas de libertad. Y lo mismo pasa aquí. Hoy, Venezuela se parece más a esa derecha que Maduro dice combatir que a un país de izquierda. Yo quisiera que el gobierno de Maduro se pareciera más al de Lula en Brasil que al de Daniel Ortega en Nicaragua. Esta llamada “lucha contra la corrupción” y la “operación caiga quien caiga”, tiene más visos de “vendetta” que de justicia.
“YO QUISIERA QUE EL GOBIERNO DE MADURO SE PARECIERA MÁS AL DE LULA EN BRASIL QUE AL DE DANIEL ORTEGA EN NICARAGUA. ESTA LLAMADA “LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN” Y LA “OPERACIÓN CAIGA QUIEN CAIGA”, TIENE MÁS VISOS DE “VENDETTA” QUE DE JUSTICIA”.
Política internacional y socialismo
-Venezuela ha recibido sanciones internacionales ¿Cómo han influido?
-A las sanciones las he cuestionado intensamente porque violan la soberanía del país. Y así, ningún estado puede tomar sus propias decisiones. El problema es que a las sanciones las termina pagando el pueblo; porque el presidente Maduro y sus ministros comen completo cada día pero mucha gente del pueblo tiene hambre. Sin embargo y a pesar de las sanciones, siguen llegando bienes lujosos o vehículos de alta gama a Venezuela. Como contrapartida, se aprobó una ley antibloqueo. Y eso tiene sus contras, porque profundiza la falta de control institucional y le da mayor secretismo a los gastos del estado y las partidas presupuestarias. De hecho, el monto del presupuesto no se conoce en el país, ya que es discrecional.
Uno de los panelistas, el político venezolano Ricardo Corzo Moreno, hizo un aporte muy importante.
“Yo he sido ex director en el despacho de América del Norte para la cancillería venezolana, en tiempos de Obama. Y debo decir que Estados Unidos ha jugado un rol muy importante en los destinos de Venezuela, no sólo ahora sino en tiempos de Chávez, inmiscuyéndose en nuestra toma de decisiones. Y en este sentido, las sanciones impuestas a nuestro país por los Estados Unidos, como dijo Vladimir, afectan no sólo nuestra soberanía sino al pueblo humilde, que en su inmensa mayoría se inclinó por el chavismo y por el socialismo”
-¿No hay control del gasto público?
-Hay una asamblea nacional que no cumple con su rol, ya que sólo hay una representación y es la del PSUV, sin participación alguna de los partidos minoritarios. Hay un cuadro de desajuste institucional en todo el país y eso produce una gran angustia.
Pidió la palabra el escritor y periodista argentino radicado en los Estados Unidos, César Leo Marcus. “Muchas veces, las segundas partes no fueron buenas. En Nicaragua, la revolución sandinista al principio funcionó, pero ahora se convirtió en una dictadura. En Venezuela, Chávez fue un buen presidente y ahora Maduro destrozó todo. En Argentina, Néstor Kirchner fue un muy buen presidente y lo que vino después no sirvió. ¿Qué pasa con la izquierda en América Latina, que al principio funciona y luego se destroza?
“Esa es una muy buena pregunta. Y tiene que ver profundamente con el proyecto político para América Latina. Los proyectos autoritarios y de la derecha no nos han servido, eso está claro. Pero tampoco están sirviendo los gobiernos de la llamada “izquierda popular”. Los cambios profundos no deben hacerse sin el respeto a las instituciones democráticas. Y en Venezuela, se han cometido muchos atropellos en nombre de la revolución o de la transformación radical. Y resulta que lo que hemos visto, ha sido una sustitución de élites. Los cambios sólo han favorecido a una nueva oligarquía”.
Entonces pidió la palabra el periodista argentino Mariano Saravia. “Con respecto a las posibilidades de la oposición que ves como alternativa, hay que reconocer que esa oposición está conformada por esa clase oligárquica que mantuvo a Venezuela en la sumisión y la miseria durante cuarenta años, desde el ´58 al ´98, esa misma que hacía votar a la gente con tarjetas de colores ¿Realmente pensás que los procesos revolucionarios no han servido? Hay mucha gente que conoció la salud pública o comieron bien por primera vez con el chavismo…”
“Totalmente de acuerdo contigo en ese último punto –comentó Villegas- Pero no te olvides que esa cúpula revolucionaria ha entrado en un pozo de corrupción. Y que el sueño de construir algo nuevo en Venezuela, sigue más vivo que nunca. Pienso que el dilema real y el que más tenemos que defender, no es izquierda versus derecha sino democracia versus autoritarismo; o sea, cambio con democracia versus cambio sin democracia. Muchos presidentes tienden al cambio, como Lula en Brasil; pero respetan la institucionalidad. Debemos distanciarnos de la tibieza pero también del autoritarismo.
-¿La izquierda no es la salida, entonces?
-El punto es que hay muchas izquierdas en América Latina. Creo que la izquierda no ha podido superar el trauma de los modelos autoritarios pero tampoco ha podido superar el discurso neoliberal. Hemos sido sometidos al chantaje de que si cuestionas a Cuba eres pro norteamericano, pero si cuestionas al mercado y su modelo eres un atrasado y un populista. Y no hemos logrado armar una propuesta de izquierda que se aleje del autoritarismo pero que, a la vez, reivindique su contenido social.
“CREO QUE LA IZQUIERDA DE AMÉRICA LATINA NO HA PODIDO SUPERAR EL TRAUMA DE LOS MODELOS AUTORITARIOS. PERO TAMPOCO HA PODIDO SUPERAR EL DISCURSO NEOLIBERAL. HEMOS SIDO SOMETIDOS AL CHANTAJE DE QUE SI CUESTIONAS A CUBA ERES PRO NORTEAMERICANO, PERO SI CUESTIONAS AL MERCADO Y SU MODELO ERES UN ATRASADO Y UN POPULISTA”.
Pidió la palabra el docente argentino radicado en México, Máximo Cargnelutti. Y tras aportar que “comparto el miedo de Mariano, que Venezuela se encamine hacia una alternativa de derecha represiva y con derramamiento de sangre”. Y acto seguido preguntó por las relaciones del país con las potencias asiáticas.
“En general, yo comparto buena parte de la política internacional de Venezuela, sobre todo de intensificar relaciones en un mundo multipolar. Pero ha habido muchas obras paradas porque se dejó de cumplir con las deudas. Con China se paralizaron muchos proyectos porque Venezuela no cumplió su parte. Y respecto a las relaciones con Rusia, el conflicto con Ucrania ha impedido que el gobierno ruso haya podido ayudar más a Venezuela.
La última intervención estuvo a cargo del moderador del “zoom”, el sociólogo argentino Néstor Fantini. “Dijiste que te gustaría que lo que viniera para Venezuela se pareciera a lo de Brasil, o sea, que en vez de una izquierda más dura existiera una social-democracia. Pero si vemos lo que le pasó a Brasil, el modo antidemocrático en que fue apartada de su cargo la presidenta Dilma Rousseff y fue condenado Lula, no vemos que esa social democracia, con sus agendas reformistas, dejen de ser asfixiadas o intervenidas por intereses económicos, como pasa cada vez que un país quiere distribuir de forma justa las riquezas” .
“Seguro que sí, Néstor. Pero al desafío de cambiar, lo tenemos muy vivo en Venezuela. Acaso porque en Latinoamérica no hemos sido capaces de construir una propuesta de izquierda superadora; o sea, un modelo latinoamericano con perspectivas al socialismo. Pero no me vengan a decir que en Venezuela hay socialismo porque no es así. En Venezuela no toda la izquierda está en el gobierno ni toda la oposición está en la derecha… Necesitamos volver urgente a las instituciones».