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El racismo entre nosotros: latinos contra latinos

El inmigrante latino a Estados Unidos es hoy, en 2023, el principal actor en un mundo distorsionado, imaginado por los supremacistas blancos. Es el enemigo en la “guerra”, así, entre comillas, que están imaginando y que comparte una importante parte del caudal electoral del partido Republicano. Es un mundo cuya atmósfera es el racismo.

El racismo de siempre, el mortal

Es un racismo que crece, se retuerce, adopta nuevas formas pero siempre para peor, y que puede desembocar, como desembocó en diferentes épocas, en holocaustos, carnicerías, campañas de exterminio, matanzas y destierros. 

Es también un racismo no limitado al odio por parte de la población blanca cristiana a los inmigrantes latinos. 

Este racismo existe y perdura dentro mismo de la comunidad, y se dirige especialmente contra los inmigrantes. Esto, como se sabe, salió a relucir el 9 de octubre de 2022, cuando el Los Ángeles Times hizo público que tres concejales angelinos y un líder sindical, todos latinos, habían proferido en una reunión privada insultos a otros “miembros” de “la raza”. Específicamente, contra los inmigrantes oaxaqueños, a quienes Nury Martínez llamó “chaparritos” y “tan feos”, y otros provenientes del sur de México y pertenecientes a etnias indígenas. 

La conversación tuvo lugar casi un año antes, y trató de los efectos que la reciente redistribución de distritos electorales tendrían para sus probabilidades de reelección. Se desbordó y causó un desastre. Para ellos y para la perspectiva de colaboración entre hispanos y afroamericanos en esta ciudad, hasta el día de hoy. 

Como se sabe, la publicación devino en la renuncia de la entonces presidenta del Concejo Martínez y la del dirigente sindical Ron Herrera y un boicot generalizado contra el todavía concejal Kevin de León.

Martínez se lamentó públicamente, se disculpó. Igual su salida de la vida política fue de escarnio. Así dijo: “Como alguien que cree profundamente en el empoderamiento de las comunidades de color, reconozco que mis comentarios socavan ese objetivo”,

También llevó a la triste pérdida de prestigio y popularidad de Gil Cedillo, que fue un importante legislador para la comunidad. Es él quien a fuerza de insistencia logró que la Legislatura aprobara y el gobernador firmara la ley que creó licencias de conducir para indocumentados desde el 1 de enero de 2015.

La tragedia de Kevin De León

En cuanto a De León, perdió sus asignaciones en comités, le retiraron fondos discrecionales para repartir en su distrito y es desde entonces abucheado y a veces agredido físicamente en numerosas ocasiones por un gentío insistente e indignado. No perdonan. Y es una lástima. Por esas palabras discriminatorias y racistas probablemente ha perdido su mundo pese a sus contribuciones a la comunidad durante muchos años. 

“Tenemos un mensaje para los concejales Cedillo y De León: si no muestran su rostro y renuncian a sus puestos, seguiremos protestando hasta que lo hagan”, dijo uno de los participantes de las marchas de 5,000 personas frente a la Municipalidad el 15 de octubre a César Arredondo para el San Fernando Sun.

 

Inmigrantes Oaxaqueños Condenan Grabación Racista de Concejales de Los Ángeles y Exigen más Rendición de Cuentas

Cierto, el racismo contra inmigrantes va casi siempre en otra dirección. Y no es castigado con el ostracismo y la revancha, lamentablemente. Es más, ya es una parte integral, orgánica del tejido ideológico del partido Republicano. Muchos lo consideran como una consecuencia natural de la existencia. Pero no lo es. 

Está en todas partes, empezando por la rabia física que sienten y expresan sus activistas contra latinos en general e inmigrantes en particular. Especialmente si son indocumentados, lo que los lleva a imaginar que son la personificación de la maldad, de la desgracia que se cierne sobre ellos, o más específicamente sobre los blancos, porque están condenados a convertirse en minoría en 2045.

No somos un grupo homogéneo; al contrario

Pero no es posible ocultar que los latinos no somos un grupo homogéneo, de un solo origen. Al contrario. No solamente porque venimos de diferentes países. México, El Salvador, todos los países de Sudamérica. Las diferencias raciales se plasmaron entre las comunidades durante siglos, el color de la piel como importante elemento en la determinación de la discriminación. El racismo (el concepto correcto es “colorismo”), desde la Conquista se ha enquistado de manera orgánica contra las comunidades indígenas. El mestizaje histórico no solucionó el problema. Lo complicó, pero no demasiado. Y aquí, donde casi todos somos inmigrantes, en este país al que llegamos con una mano adelante y otra mano atrás, se traduce en una subcultura de latinos contra latinos.

Existen comunidades enteras de inmigrantes latinos que no hablan español, sino una de las muchas lenguas indígenas de la etnia a la que pertenecen. Son quienes están en el sótano en la escala racial latina. 

Como especifica Miriam Jordan en el New York Times: “muchas personas son mestizas, pero la gente de piel más clara continúa en la cima de la jerarquía socioeconómica, mientras que quienes tienen una piel más morena, ya sean indígenas o negros, a menudo tienden a ser más pobres y a quedar excluidos de los círculos sociales y políticos de las élites”.

Un estudio del Pew Research de mayo pasado arroja, tal como lo expresa el título en su sitio de Internet, que “los latinos sienten discriminación de otros latinos tanto como de los no latinos”. 

Las víctimas de racismo por parte de otros latinos estudiadas por la institución llegan al 41% del total, y se concentran entre los de piel oscura que son también indocumentados. Sorprendentemente, casi el mismo porcentaje se quejó de conducta racista similar por parte de no hispanos. Es como si hubieran absorbido, entre los valores de la sociedad estadounidense, uno de los peores.

Y el 48% del total afirma que el racismo en Estados Unidos ha llegado a ser un grave problema. Constituye un problema que va más allá de la comunidad, porque se trata de ya 62 millones de latinos en todo el país, según datos de 2021, un 50% más que en 2010. 

Racismo contra afroamericanos

De la misma manera, existe el racismo y los prejuicios dentro de la comunidad latina contra los afroamericanos, que como se sabe han estado asentados en Estados Unidos desde hace varios siglos. En Los Ángeles los primeros son la mitad de la población, y los segundos, el 8%. La ya mencionada Nury Martínez dijo en la grabación que el hijo adoptivo afroamericano de un colega (blanco) “parece changuito”, es decir, un mono. Además, se usa frecuentemente, y es popular, un término derogatorio y humillante que compara esta comunidad a un insecto. 

Dentro de la comunidad, los oaxaqueños, nuevamente, tienden a ser despreciados con el epíteto de “oaxaquita” – un equivalente local de “indito”- una palabra que no habían oído jamás en sus tierras de origen. Tanto, que existe una organización dedicada a erradicar el uso del término, y el Distrito Escolar de Oxnard prohibió su uso ya en 2012. Nuevamente, son los inmigrantes los principales blancos de hostilidad. Los Oaxaqueños se sienten traicionados, pero no sorprendidos. Para ellos el concepto de latinos contra latinos es personal. 

Cada vez que esta gente me miró a la cara, todos me estaban mintiendo…. no deberíamos permitir que esta gente nos mienta y nos diga que somos menos, o que somos feos, o permitir que se rían de nosotros.

Así se expresó la propietaria del popular restaurante oaxaquense al Chicago Tribune.

No es aislado; es representativo

No podemos ver las expresiones racistas de los concejales de Los Ángeles como un caso aislado, extraordinario., porque no lo es. Tampoco es aislado. Es representativo de una parte importante de nuestra población. 

Pero los políticos a quienes aludí al principio no son racistas declarados, reconocidos. No actúan políticamente para confirmar su racismo. Es casi folclórico, aunque pernicioso. Al mismo tiempo actúan, legislan, reparten recursos, defienden políticamente a los mismos que denigraron.

Los que sí lo hacen son los racistas profesionales, declarados. Sus características son bastante uniformes: tienden a votar por los republicanos y muchos afirman que “Trump tiene razón”. Hablan inglés. Sus familias son inmigrantes, pero de larga data, quizás tercera o cuarta generación. He encontrado, en Nuevo México, donde para «latino» se dice «español», a quien cuenta que su famlia llegó allí antes de 1650. Su piel es más clara y se pueden definir como blancos. Y su país de procedencia puede ser Cuba, Nicaragua o Venezuela, aunque esto no es totalmente determinante. Pueden ser de todas partes del continente. 

El racismo es de latinos contra latinos; está entre nosotros.


Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This resource is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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