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HispanicLA apoya a Bernie Sanders

New hampshire: un partido demócrata fragmentado

Bernie Sanders. FOTO: Flickr

El Super Martes es en pocas horas y muchos ciudadanos se preparan a votar en las primarias de California. Es una consulta crucial para el partido demócrata de este estado y de otros 13 en los que se elegirán a más de un tercio de todos los delegados del partido. Un proceso que probablemente aclarará el todavía impreciso panorama de la interna demócrata.

FOTO: Pixabay

Aunque habría que aceptar que el panorama ya comenzó a aclararse con la partida de varios candidatos después del rotundo triunfo del ex vicepresidente Joe Biden en Carolina del Sur. Atrás quedaron Tom Steyer, Pete Buttigieg y Amy Klobuchar.

Estas deserciones definitivamente favorecen las aspiraciones de Biden que, de esta manera, podría atraer y consolidar el voto del ala moderada del partido.

No hay que olvidar a Mike Bloomberg, otro candidato moderado. Pero sus posibilidades han disminuido después de un mediocre debate y contundentes ataques a la política racial de cuando era alcalde de Nueva York.

En el otro lado de la vereda ideológica, Elizabeth Warren continúa en la contienda disminuyendo los potenciales números de Bernie Sanders. Aún así, ya no queda la menor duda que el senador de Vermont es el representante indisputable del ala progresista del partido.

Eso lleva a la conclusión, aunque en política nada es definitivo, que la contienda por la nominación presidencial en el partido demócrata es entre Bernie Sanders y Joe Biden.

Biden o Sanders

Las diferencias entre Biden, el demócrata de toda la vida, y Sanders, un socialdemócrata que está registrado como independiente, son claras.

Biden trae más de tres décadas de experiencia en el Senado Nacional y ocho como vicepresidente de Barack Obama. Pero junto a la experiencia está el desgaste de no haber logrado cambios substanciales en la realidad política, económica y social estadounidense.

El ex vicepresidente es un internacionalista que considera fundamental mantener aceitados los engranajes de las fuerzas armadas. En 2003, no tuvo ningún problema en votar a favor de invadir Irak. Y, recientemente, cuando un comandante iraní fue muerto en un ataque de un dron ordenado por el Presidente Donald Trump, Biden volvió a mostrar su predisposición militarista al resaltar la importancia de estar preparados para la guerra.

Sanders, por el contrario, tiene prioridades diferentes. Piensa que es fundamental reconfigurar el presupuesto nacional y redirigir más recursos a necesidades domésticas como la educación, la salud, el medioambiente. Y cuando se dio la votación sobre Irak, fue uno de los pocos senadores que votó en contra de este descabellado plan de George W. Bush.

En materia doméstica no cabe duda de que una de las preocupaciones fundamentales del electorado es el tema de los planes de salud. Biden se siente orgulloso de haber sido parte del esfuerzo que en 2010 logró la aprobación de Obamacare. Su posición actual es que a la ley, que ha sido restringida y boicoteada por Trump y los republicanos, hay que mejorarla y ampliarla. Entre sus propuestas se incluye agregar una opción pública que compita con los planes privados.

Sanders nos recuerda que, aún con Obamacare, casi 30 millones de estadounidenses siguen sin cobertura médica y, debido a esto, alrededor de 40,000 mueren todos los años. Su propuesta es de deshacernos del sistema privado. Medicare Para Todos sería un sistema de medicina socializada como el que, de una manera u otras, existe en casi todo el mundo industrializado. Sus oponentes se centran en los altísimos costos que esto implicaría. Pero un reciente estudio de la Universidad de Yale sugiere ahorros de más de $400 mil millones por año.

Aunque los beneficios económicos y sociales para la mayoría de los estadounidenses de lo propuesto por Sanders es evidente, algunos dudan de las posibilidades electorales de un socialdemócrata  en la muy capitalista Estados Unidos.

Pero fue el ´establishment´ defensor de ese capitalismo salvaje, con desregularizaciones que favorecieron la avaricia de empresas hambrientas por incrementar desmedidamente sus ganancias, lo que provocó la recesión de 2008-09 y el incremento de las profundas desigualdades entre el 1% y el resto de la población trabajadora que, desde 2009, sigue teniendo un salario mínimo federal de $7.25 por hora.

Biden, Bloomberg y otros representantes o defensores de ese ´establishment´ no tienen la credibilidad necesaria para poder liderar cambios profundos que redefinan la ecuación de esta sociedad capitalista-democrática que clama por reformas.

Para los que todavía creen en la mayoría de las encuestas, Sanders es el mejor posicionado de todos los demócratas para derrotar a Trump en la consulta nacional de noviembre. De manera creciente, como quedó claro en las elecciones intermedias de 2018, el centro político, los moderados e independientes están hartos de este presidente.

Por su honestidad y una agenda política llena de desafíos que promueve un mejor futuro para la mayoría de los estadounidenses, hispanicla.com apoya a Bernie Sanders en esta elección en la que se juega el futuro del partido y de la nación como nunca antes.

Podemos seguir siendo testigos de la profundización de las desigualdades económicas, el surgimiento del nacionalismo extremo y su ideología racista y la erosión sistemática de nuestras instituciones democráticas o, por otro lado, elegir a un Bernie Sanders que nos propone ser imaginativos y dar un salto paradigmático para construir un Estados Unidos de inclusión, más justo y con una prosperidad que alcance a todos. Como dijo Franklin Delano Roosevelt, que casi un siglo atrás confrontó dilemas similares: “Lo único que debemos temer es el temor mismo”.

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