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La destitución de Newsom es un esfuerzo oportunista e ilegítimo

Destitución de Gavin Newsom anuncia recursos para inquilinos

Gavin Newsom

«Debemos destituir al gobernador Gavin Newsom porque no ha permitido la apertura de las escuelas y los negocios, nuestros hijos se están atrasando  académicamente y se están enfermando en el hogar…

«Tenemos que derrocarlo, además, porque los negocios están perdiendo y cerrando sus puertas; incluso, muchos hasta están abandonando el estado; Newsom se tiene que ir…

«Hay que destituir a Newsom porque ha permitido la apertura de la economía demasiado pronto, ahora nuestros hijos y nuestras familias estarán más en riesgo porque la pandemia no ha terminado del todo, la mayoría no se vacunó; cedió a las corporaciones para ya regresar a la normalidad».

«Newsom debe de ser destituido por hacer esto y esto; y por no hacerlo».

Estas son algunas de las principales razones de los grupos que apoyan la destitución del gobernador para propiciar un cambio de gobierno. Las respuestas son frecuentemente contradictorias y sin un argumento legítimo.

No se puede sostener el argumento de que estamos viviendo los horrores de la pandemia por su culpa.

La mayoría de los gobiernos a nivel mundial no supieron cómo responder, o no quisieron hacerlo. Pero sí se sostiene que Newsom siempre estuvo dando la cara con continuas comparecencias y entrevista, ordenando, disponiendo, proponiendo o corrigiendo las medidas necesarias para controlar el virus.

Es que no hay para dónde correr: si los políticos abren la economía pondrán en riesgo a la población, pero si la mantienen cerrada, aunque salven vidas, la economía sufrirá. No importa lo que hagan, siempre habrá motivo para la crítica y eso es bueno. Pero una cosa es criticar y otra causar una nueva crisis que afecta a todos.

Y afecta a todos porque de acuerdo al Los Angeles Times, el proceso de destitución costaría unos $100,000,000. Y sería un año previo al final del mandato de Newsom. ¿Por qué no esperarnos?

Estamos viviendo una crisis sin precedentes en cuestión de salud y de economía. Y me desilusiona ver que hay grupos que tratan de sacar beneficio político de la tragedia.

El mismo rotativo subraya que quienes iniciaron el movimiento son grupos simpatizantes de Trump. Estamos hablando del expresidente que dio un pésimo manejo a la pandemia. Esos simpatizantes nunca trataron de destituirlo por tal motivo. Ni mucho menos. Como se sabe, ni siquiera lo criticaron.

En otras palabras, los organizadores que aparentemente ya recaudaron el 1.5 millón de firmas –las necesarias para iniciar el proceso- y se acercan a los dos millones, lejos de mantener un argumento sólido y legítimo para destituir a un funcionario, son meramente políticos.

Afortunadamente  poco a poco la economía está regresando a la normalidad. Los alumnos a sus clases. Y más californianos reciben su vacuna y con ello recuperan la confianza de volver a salir.

Estoy seguro que en estos momentos, la mayoría de los californianos preferiría gastar esos millones en áreas como la vivienda, la salud o los pequeños negocios, que en unas elecciones que claramente se ve que tienen más tinte político que real.

El esfuerzo de derrocar al gobernador es solo un intento por parte de los republicanos de realidad su sueño de regresar al poder.

Agustín Durán es editor de Metro del periódico La Opinión y es originario de CdMx, pero vive en Los Ángeles desde 1992.

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