La Migra libera a madre embarazada

Luego de más de dos meses de encierro, quebrantos de salud, temor constante por el estado del bebé que espera y una enorme angustia al saber que en cualquier momento podría ser separada para siempre de sus dos hijos mayores si llegaba a ser deportada a Guatemala, la inmigrante Alma Sofía Centeno fue liberada el fin de semana, tras cumplirse una orden de un juez que puso freno a su salida del país. Tenía casi un pie en el avión.

La madrugada del sábado 6 se dio el emotivo reencuentro de la madre de 33 años con su familia en Nueva York, tras un vuelo proveniente de Luisiana, donde había sido llevada para ser enviada a su país natal. El aeropuerto John F. Kennedy fue el lugar donde la mujer sintió que le volvió el alma al cuerpo.

Vestida con un suéter negro y una blusa color rosa con la frase “disfruta”, Alma caminó hacia la salida, custodiada por dos agentes de ICE, y aunque su mayor deseo era poder sumirse en un solo abrazo con su hijita de 11 años y su hijo de 3, confiesa que fue tal la emoción que el cuerpo no le respondió.

“Yo quería apretarlos, pero se me aguadaron las manos, se me aguadó el cuerpo y no podía ni moverme. Solo lloraba, pero mis lágrimas eran de felicidad, porque llegué a pensar que nunca más iba a volver a verlos”, dijo la guatemalteca, quien fue recibida además por su madre, sus hermanas y más de una docena de amigos.

El fin de semana, Alma, quien tiene casi cuatro meses de embarazo, la pasó tranquila en su casa, disfrutando del calor de su hogar y, ya más tranquila, asegura estar lista para dar la próxima batalla, pues ahora deberá comparecer ante la Corte de Inmigración el 25 de julio próximo, o quizá en otra fecha en agosto si el tribunal así lo determina, para pelear su caso.

“Me siento más fuerte, más confiada, más positiva y muy agradecida con Dios por darme la oportunidad de estar con mis hijos, y aunque no puedo negar que me preocupa lo que venga, tengo fe puesta en Dios y confianza en mis abogados para poder quedarme aquí. Me quiero quedar, es lo único que tengo claro en este momento”, dijo la centroamericana.

Tras su liberación, Centeno aprovechó para enviarle un mensaje al presidente Trump, quien ha amenazado con intensificar las deportaciones este mes: “Yo le digo a ese señor que no separe familias, que nos dé la oportunidad de demostrar que somos gente buena, que entienda que es muy horrible estar lejos de los hijos”.

La madre indicó, además, que se ha hecho el firme propósito de seguir la lección que aprendió en el encierro. “Tenemos que disfrutar cada momento al máximo y yo, por eso, voy a tratar de recuperar estos meses perdidos con mis niños. Quiero sacarlos a pasear y luego quiero seguir trabajando y luchando por ellos, que son mi motor. Sé que la pesadilla todavía no ha terminado, pero también entiendo que Dios siempre nos va a poner pruebas y situaciones duras, pero de la mano de él vamos a seguir adelante y salir victoriosos”.

Jennifer Pacheco, amiga de la guatemalteca, aseguró que a pesar de los duros momentos que la madre de familia vivió en el encierro, especialmente después de denunciar los malos tratos que estaba recibiendo y la falta de atención debido a su embarazo, la ve más fuerte que antes.

“Ella está muy tranquila y lista para seguir adelante. Nosotros somos personas de fe y sabemos que con la ayuda de Dios y de toda la gente que nos rodea, esta batalla la vamos a ganar, porque somos gente buena”, dijo la dominicana, quien hizo una dura crítica al Gobierno. “Los últimos meses sin Alma han sido abrumadoramente tristes y atemorizantes. Hemos vivido la pesadilla que todas las familias inmigrantes temen. Tener a Alma de vuelta es una bendición. Lo que experimentó bajo la detención de ICE fue traumático y muestra que nuestro sistema de inmigración está perjudicando a personas reales, familias reales con niños ciudadanos”, agregó la mujer.

A pesar de tenerla de regreso en su casa de Queens Village, Naomi Santiago, sobrina de Alma, asegura que no es justo que su tía haya pasado por tantos sufrimientos, lo que muestra que la actual Administración federal carece de humanidad.

“Ellos la trataron como si fuera una criminal y no tuvieron en cuenta su estado. Además después la aislaron por exigir sus derechos. Tengo fe en que las cosas van a salir bien, pero tristemente lo que ella vivió en estos meses la van a marcar para siempre, al igual que a sus niños, especialmente a la mayorcita”, dijo la joven.

La organización New York Legal Assistance Group (NYLAG), que lleva el caso de la madre guatemalteca, se mostró complacida con el regreso de la inmigrante a su hogar y destacó que su historia demuestra el calvario al que son sometidas miles de familias en el país.

“El caso de Alma resalta cómo los derechos de los inmigrantes son violados con demasiada frecuencia. Argumentamos que mientras estaba detenida, Alma abogó por su salud y la de su hijo por nacer y, en represalia, fue puesta en deportación inmediata. También argumentamos que a Alma se le negó el debido proceso legal porque nunca tuvo la oportunidad de buscar el alivio migratorio al que creemos que tiene derecho”, dijo Melissa Chua, directora asociada de la Unidad de Protección al Inmigrante de NYLAG. “Nos complace que Alma se haya reunido con su familia, y ahora podamos obtener la atención médica necesaria para ella y para su hijo por nacer, mientras la ayudamos a buscar ese alivio. NYLAG siempre defenderá los derechos de todos, sin importar su estatus migratorio”.

Jodi Ziesemer, directora de Protección de NYLAG, denunció que mientras la inmigrante estuvo bajo la custodia de ICE, le fueron negados derechos básicos como la comida y la atención médica adecuada. “En lugar de proporcionarle la nutrición y la atención médica adecuadas, ICE aisló a Alma, siguió negando su atención básica y se mostró indiferente ante su sufrimiento y el sufrimiento de su familia, que incluye a dos niños ciudadanos de los Estados Unidos”, dijo la activista. “ICE habitualmente inflige maltrato y abuso a los inmigrantes detenidos que han huido de la violencia y la persecución en sus países de origen. Pero Alma y otros como ella no son ‘ilegales’ o ‘criminales’ y merecen un trato justo. Alma no representa ningún riesgo para la comunidad”.

Alma, quien ingresó al país en 2004 y no sabía que tenía una orden de deportación en ausencia en su contra, fue detenida en abril pasado afuera de una corte de familia en Queens.

Rachael Yong Yow, vocera de la oficina de ICE en Nueva York, confirmó que la suspensión de la deportación de la centroamericana, quien se ganaba la vida trabajando en un restaurante, no tuvo nada que ver con esa agencia sino con el juez de distrito que le concedió el beneficio y defendió la decisión de enviarla a su país por su historial.

“Alma Centeno Santiago es una ciudadana guatemalteca presente (en Estados Unidos) ilegalmente, quien tiene dos condenas penales en los Estados Unidos derivadas de arrestos en septiembre de 2018 y abril de 2019. Al momento de ambos arrestos, se presentó un recurso de detención ante las autoridades locales, sin embargo, la policía local no colaboró con quienes la detuvieron y la liberó en ambas ocasiones sin notificación a ICE”, aseguró la funcionaria de ICE, al tiempo que explicó detalles del caso contra Alma. “El 28 de diciembre de 2004, un juez de inmigración ordenó que se retirara a Centeno-Santiago en ausencia, después de que ella no se presentara a los procedimientos judiciales de inmigración. Los oficiales de las Operaciones de Ejecución y Remoción (ERO, por sus siglas en inglés) de ICE arrestaron a Centeno-Santiago”.

Este artículo fue originalmente publicado en Impremedia.

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