Se estima que diariamente de El Salvador emigran hacia Estados Unidos entre 500 y 700 salvadoreños en busca de una mejor estabilidad económica y personal, debido a que en su país de origen no tienen las condiciones para vivir dignamente.
La necesidad de una mejor vida los lleva a emprende ese trayecto hacia el llamado sueño americano, sin importar que en el camino pueden sufrir asaltos, violaciones e incluso encontrar la muerte, como los 13 salvadoreños que perecieron en la masacre de Tamaulipas, México, en agosto pasado.
La migración es un fenómeno complejo que a través del tiempo ha ido variando sustancialmente, pero que prácticamente sigue teniendo como causa principal la falta de buenas condiciones económicas y sociales.
“La migración en El Salvador es un fenómeno histórico que viene desde el siglo XIX, ha tenido diferentes manifestaciones con la migración salvadoreña a resto de países centroamericanos, especialmente a Honduras, por los altos niveles de pobreza y concentración de la tierra”, dijo a ContraPunto Oscar Morales, autor del estudio “Impactos económicos y sociodemográficos de la migración internacional. Un análisis comparativo a nivel local”.
Según ese estudio a partir de la década de los 70 se da un giro en el principal destino de las migraciones, ya que pasó a ser Estados Unidos el lugar principal de destino.
De acuerdo a Morales este fenómeno se ha masificado a nivel nacional y rebasa la estructuración territorial del país, se da en los 14 departamentos de El Salvador y afecta a todos los estratos sociales del país.
Por su parte, Laura Ruiz, autora de la investigación “El Salvador 1989 –2009: Estudios sobre Migraciones y Salvadoreños en Estados Unidos desde las categorías de Segundo Montes”, señaló que al menos uno de cada cuatro salvadoreños vive en EE.UU, y que además constituyen el cuarto grupo poblacional más grande de origen latino en dicho país.
De acuerdo a datos oficiales en EE.UU viven aproximadamente 2.700.000 salvadoreños.
El antes y el hoy de las migraciones
“Nos permite constatar que las migraciones en estos últimos años lejos de disminuir han aumentado, y sin importar el endurecimiento de las leyes migratorias y todos los obstáculos que las personas tienen que enfrentar en el camino los salvadoreños y salvadoreñas siguen y seguirán migrando”, dice Ruiz.
Según datos preliminares del estudio realizado por Ruiz en la actualidad emigran personas de estratos socioeconómicos más bajos que las que partían hace 23 años. Cuentan con un menor nivel educativo, pero que tienen un mejor dominio del idioma inglés que las generaciones pasadas.
A pesar de que se han dado algunas diferencias en la migración, todavía se mantiene algunas características de las personas que emigran.
Ruiz sostiene que la mayoría de personas que parten rumbo a EE.UU se siguen concentrando en puestos laborales dentro del sector servicio; la edad media de los que se vas sigue siendo de 29 años; y que además son los hombres los que mayoritariamente salen rumbo a EE.UU, aunque reconoce que en la actualidad hay un aumento de la migración femenina en relación al pasado.
Morales afirmó que si no se cambia la “debilidad estructural de generar empleo en los municipios, sobre todo en este momento de crisis que necesitamos políticas económicas específicas, este proceso – de la migración- no se va revertir”.
Por su parte, Doris Rivas, Directora de Política Migratoria del Viceministerio de Salvadoreños en Exterior, reconoció que el gobierno debe de apostarle mucho a proyectos de desarrollo local para evitar la migración.
“Hay que estimular quedarse y eso es aportarle a un desarrollo local, de fuentes de trabajos, a una educación más inclusiva, a un sistema de salud donde todas y todos tengamos espacio”, dijo Rivas.
También agregó “Hemos encontrado población al sur de México que ellos han expresado que no se querían ir, que nunca habían pensando en irse; pero que se van por falta de trabajo, porque no les alcanza – el dinero-, por eso hay que estimular quedarse”, recalcó.
Además Rivas destacó que muchas veces el “tráfico ilícito” o migración ilegal se cruza con la trata de personas. Es decir que algunas de las mujeres, principalmente las jovencitas, son vendidas por los “coyotes” para ser comercializadas por sexo.
“En el marco de la migración se vuelven mercancía. Con el tema de la reunificación familiar de mandar a traer a los hijos a las hijas hay que tener muchísimo cuidado porque no es cierto que ese coyote quiera realmente a esa niña y a ese niño, y que lo va entregar íntegro, y que va hacer lo que sea por defender a ese niño o niña. Jamás, ese es su negocio, sabemos que ellos siempre se van librar ellos primero antes que las personas que llevan”, dijo Rivas.
A pesar de las dificultades por las que pueden pasar en los países de tránsito hacia el norte los deseos de tener una mejor vida son más fuertes que cualquier otra cosa. Pues aunque las constantes noticias reflejan los peligros de la travesía, aún la población se sigue yendo hacia el norte, y no sólo los salvadoreños.
De acuerdo al informe de 2009 del Programa de las Naciones Unidas (PNUD) denominado “Superando Barrera: Movilidad y Desarrollo Humano” estima que al menos 7.5 millones de latinoamericanos y caribeños tomarán la opción de migrar de su país de origen.
Remesas un factor vital
De acuerdo a Ruiz gracias a las remesas en El Salvador muchas personas no hay caído en pobreza extrema. Según los datos preliminares de su estudio la pobreza extrema se incrementaría de 5.7 a nivel nacional a 37.3 si no existieran las remesas. En conclusión, los envíos han ayudado a evitar que muchas familias caigan en la pobreza absoluta.
Sin embargo, Morales sostiene que si bien el ingreso de remesas ha permitido que muchas familias superen el umbral de la pobreza, también “este fenómeno de la ocurrencia de migración y remesas a posibilitado procesos de diferenciación social, las desigualdades son marcadas de forma más abrupta en los municipios”.
“Por ejemplo hay diferenciación en términos de acceso a los servicios de salud, educación, posibilidad de poder adquirir tierras, invertir en ganado vacuno, y sobre todo ante un escenario de poco desarrollo productivo en los municipios”, indicó Morales.
A través de los años las remesas han venido aumentando en la medida que la población salvadoreña en el exterior, principalmente en EE.UU, ha ido creciendo. En 1970 únicamente se recibieron $5 millones en remesas; en 2000 se captaron $1750.7 millones; 2009, un total de $2584.1 millones y hasta septiembre de este año $2645.3 millones.
Actualmente las remesas constituyen la principal fuente de divisas en el país, a tal punto que han llegado a representar el 18% del Producto Interno Bruto (PIB).
“No es posible trasladar la responsabilidad de inversión y desarrollo a los migrantes. El Estado es el que debe promover y coordinar el desarrollo nacional”, reflexionó Morales con relación a que mucha responsabilidad se les está cargando a los migrantes, los cuales una vez partieron de este país porque no tenían las mínimas condiciones de vida y ahora constituyen una de las fuentes principales de ingresos para el país.
Noviembre de 2010
Por Magdalena Flores
Tomado con licencia de Prensa Digital Contrapunto, El Salvador.