Los valores familiares de los políticos conservadores

En los ultimos años el tema de los valores familiares dejó de ser personal -o familiar- para convertirse en asunto político estadounidense.
Sectores conservadores de la sociedad, agrupados en la llamada «derecha cristiana» -cuya expresión política se encuentra principalmente en el Partido Republicano- incorporaron con decisión y empeño elementos morales de su arsenal en el corazón de su agenda politica.
El objetivo, naturalmente, es ganar el apoyo de amplios sectores de la población para sus intereses políticos.
Así, además de proponer recortes de impuestos, expansión por medio de la fuerza, imposición del modelo neoliberal de capitalismo, reducción de los gastos sociales y de la participación de sindicatos en asuntos políticos, los conservadores proponen prohibir el aborto, imponer la religión en las escuelas y dar más poder a las iglesias y sus valores familiares -incluyendo, claro, el repudio a la homosexualidad.
Estos conservadores, que critican el «fundamentalismo» islámico, quieren imponer su propio fundamentalismo, eliminando el principo de separación iglesia-estado.
La mayoría de los políticos conservadores profesan «valores familiares», lo gritan a todos los costados, critican el divorcio y juzgan a los demás con base en  estos valores. Aseguran que dichos valores se encuentran en la Biblia y citan partes de dicho libro.
En realidad, la interpretación de lo escrito en la Biblia varía según la ideología de cada persona. Y gran parte de la misma contiene larga descripciones de patriarcas cambiando de mujeres -incluyendo hermanas y parientes de sus esposas- y asesinando a sus opositores.
Precisamente, se trata del nacimiento de la ideolgía patriarchal. Por eso es tan venerada por la derecha cristiana de hoy.
En cuanto al matrimonio, no recuerdo haber encontrado en la Biblia una seria descripción sobre esta institución. En el terreno del derecho civil tardaría muchos siglos en definirse.
Pero si bien esta es una discusión interminable, lo cierto es que imponer al conjunto de la sociedad valores basados en la interpretación de un texto histórico-religioso por parte de un sector social, es mas bien a una acción propia de una dictadura.
Y no cualquier dictadura, sino una dictadura patriarcal.
Pero dejemos ese análisis para otra oportunidad.
Lo que me llamó la atención en los últimos meses son los «tropiezos» de algunos de estos moralistas. Políticos todos, naturalemente.
El mismo día del funeral de Michael Jackson, el diputado de Nueva York, Peter King, no perdió tiempo en disparar con munición pesada: llamó a Jackson «pervertido» y pedófilo -cosa que jamás fue probado en el caso del cantante fallecido.
Pero un caso más divertido fue el del gobernador de Carolina del Sur, Mark Sanford, quien el pasado 24 de junio reconoció públicamente haber tenido una aventura amorosa… ¡En Buenos Aires! Si, nada de irse a un hotel cercano o de alguna ciudad aledaña. No. El gober tomó el avión y viajó unos 8.000 kilómetros para pasarse unos días con su amante. Para esto, dejó acéfalo el poder del estado durante cinco dias, y sin avisar a nadie.
Para colmo, el Sr. Sanford habló a la prensa sobre ese y otros amores (según él algo más platónicos). Justo él, defensor de los valores morales familiares, como el matrimonio y la fidelidad.
Como era de esperarse, derramó lágrimas y pidió perdón a su esposa, cuatro hijos y a la ciudadanía del estado -no faltó nadie en la lista.
Todo indica que si bien su futuro político no es tan brillante como se esperaba, Sanford será perdonado por muchos -incluyendo su esposa- por que en esta clase de valores familiares lo que cuenta principalmente son los derechos… patriarcales.
Cabe destacar que Sanford, además de moralista, es un conservador muy particular. Después de criticar al presidente Obama por su plan de estímulo económico, fue el único gobernador que rechazó una partida de $700 millones destinados a combatir la pobreza de su estado, que tiene uno de lo niveles más altos de desempleo en la nación.
Pero quizá el campeón de los valores familiares es el senador de Nevada, John Ensign, quien el 16 de junio reconoció haber tenido una aventura de casi un año con una de sus empleadas, esposa de un miembro de su equipo de trabajo y «amigos de familia», según sus propias declaraciones.
Ensign, quien durante unos meses también contrató al hijo de su amante, es miembro del movimiento cristiano Promise Keepers, que busca fortalecer la institución del matrimonio en base a los principios de la Biblia.
Este senador, casado y padre de tres hijos, fue uno de los tantos moralistas que exigió la renuncia del entonces presidente Clinton cuando este reconoció haber tenido relaciones con una voluntaria de la Casa Blanca.
Ensign tampoco dudó en exigir la renuncia de su colega Larry Craig después que aquel fuera detenido en el baño de un aeropuerto en 2007 por «actos lascivos».
De más está decir que Ensign se opone al aborto y apoya el derecho a la tenencia de armas.
Creo que a diferencia de Peter King, el gobernador Sanford y el senador Ensign tienen mucho que agradecer a Michael Jackson -o a su muerte-: gracias el él, los medios de comunicación y la audiencia dejaron de ocuparse de sus hipocresías.
Pero seguramente pronto volverán al ruedo a propagar los valores familiares (patriarcales), usando sus experiencias a manera de confesión y mea culpa interminables, lo que les dará, según ellos, mayor autoridad moral. Se nota.

Eduardo Stanley se graduó de la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Realizó estudios de post grado en Semiótica en la Universidad de Bucarest, Rumanía, y trabajó tres años como profesor de Logica y Teoría del Lenguaje en la Universidad Autónoma de Sinaloa, México. En Estados Unidos desarrolló una amplia carrera periodística, incluyendo Univisión, Telemundo, varias publicaciones comunitarias del Valle Central de California, y también como free lance para publicaciones nacionales e internacionales, como La Opinión (Los Angeles) y La Insignia (España). Actualmente es editor del periódico mensual Community Alliance y produce in show radial en español en KFCF 88.1FM, de Fresno. 

6 comentarios

  1. Muy bueno este artículo Edi. Hasta hoy no lo he podido leer y me parede excelente porque siempre es buen momento para recordar el daño que hacen los fundamentalismos y más cuando se trata de hipocrecías patriarcales arcaicas y rancias. Saludos

  2. Felicidades por tu artículo Eduardo, no te cono cía el lado político y es excelente. Justo en el blanco.

  3. Agradezco mucho el artículo de Eduardo Stanley. Muy pocos son los que se ocupan de este tema al que yo quiero re-titular por mi cuenta y como mío: La desmoralización de la nación. ¿Por cuántos escandalos -y algunos resueltos a puerta cerrada- no ha pasado la escuela pública? Y cuando se hacen públicos es porque los políticos, o algunso periodistas, necesitan usarlos. Maestros que educan a niños o adolescentes parecen perder la cabeza, sin recordarse que ellos fueron niños y que ellos los tienen y viven en casita, que es peor. Y los coaches de deporte que se vuelven locos con «los cuerpitos» jóvenes.

    En mi escuela se resolvieron problemas a puertas cerradas, no obviar que hubo muchos casos de maestros con maestros y la infedelidad estaba ganando terreno, pero, bueno, sobre este tema que los adultos se las arrreglen con sus conyuges.

    Añadiendo a esto, están los curitas de catedrales y de iglesias parroquiales.
    Y los politicones de rango o sin rango social, que de adulteros pasan a las drogas también, y saben, algunos han sido re-electos. Ahora, una pregunta tonta: ¿Cuál es la moral detrás del ataque continuo a los homosexuales? Parece que hay que atacar a un grupo para sentirse bien o mejor.

    En fin, el Sr,. Stanley lo dice todo bien y concienzudamente. Debe leerse por todos. Margarita Noguera.

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