Mineros chilenos atrapados sin salida

Avanza la tarde del quinto día, desde que un gran derrumbe dejó atrapados a 34 mineros bajo un yacimiento de oro y cobre en el desierto chileno.

Ningún contacto se ha podido establecer con ellos. No se sabe si están vivos o muertos, si están heridos o intactos. Las horas siguen pasando y el conjunto del país se mantiene en vilo. Se han desplegado todos los esfuerzos humanos y tecnológicos existentes, pero ninguno ha surtido efecto. Hoy se empezó a perforar por los costados. Se pretende hacerles llegar agua, oxígeno y alimentos a través del sondaje. Pero nadie sabe dónde están exactamente. Se habla de que en una semana y hasta en un mes recién se estaría llegando hasta donde se cree que podrían estar. El yacimiento está socavado en forma de espiral y tiene decenas de kilómetros de caminos subterráneos. Encontrarlos es como encontrar una aguja en un pajar.

Se sabe que eran todos mineros experimentados y se confía en que ante la inminencia del derrumbe se hayan cobijado dentro de un refugio blindado que está a 700 metros bajo tierra. Allí tenían reservas de agua y comida para dos días. Pero no existe la certeza de que les llegue oxígeno, o de que las partículas suspendidas del derrumbe les permitan seguir respirando ni menos de que el calor sea tolerable.

Desde el primer momento, cientos de rescatistas intentaron abrirse paso, pero la inestabilidad de la mina los obligó a suspender sus labores, so pena de perecer ellos también.

Ante la imposibilidad de acceder por el socavón principal, se intentó hacerlo por la chimenea de ventilación, pero al no ofrecer garantías de éxito se suspendió igualmente esa alternativa.

Recién anoche llegó abundante maquinaria con la que se empezaron a hacer varios sondajes simultáneos, pero el trabajo en el terreno rocoso e inestable es difícil, lento y peligroso.

Hay geólogos que plantean la posibilidad de que el conjunto del cerro se haya sentado sobre si mismo. El yacimiento San Esteban existe desde fines del siglo XIX. Siempre fue muy inseguro, pero la alta ley de su mineral daba suficiente impulso económico para seguirlo explotando. Numerosos accidentes se han registrado allí a lo largo de la historia, pero fue en el 2007 cuando los organismos oficiales encargados decretaron su cierre definitivo. Sin embargo, al año después, y gracias a presiones políticas, el yacimiento fue reabierto. Es el argumento predilecto del actual gobierno de Piñera para exculparse ante la ciudadanía y enrostrarle a su predecesor el costo político de las posibles víctimas.

Los mineros del yacimiento San Esteban que no estuvieron en el momento del derrumbe, manifiestan que durante los últimos meses se escuchaba una especie de crujidera ininterrumpida en cada socavón del cerro. Se trabajaba con temor y se informaba de los pormenores a los expertos en seguridad, pero nunca se ordenó detener la actividad minera.

Las medidas de seguridad en este y en el resto de los yacimientos es precaria, como lo manifiesta el mismo Presidente de la Confederación minera, Javier Castillo: «La forma de ver el trabajo de minero en Chile es con precarización del empleo, sin escuchar la voz de los trabajadores cuando dicen que hay peligro o riesgo».

Desde el derrumbe nunca ha existido contacto con los mineros. No hay señal de vida de ellos, más que la creencia de que se encuentren vivos o muertos a más de 700 metros de profundidad. De cualquier forma, nadie se atreve a hacer un pronóstico negativo, aunque en las miradas de los rescatistas, los funcionarios de gobierno y los familiares de los atrapados se adivina otra cosa.

Los familiares de los 33 mineros atrapados miran sin pestañear el trajín de maquinarias y especialistas. Se sientan en las piedras del desierto, hacen dibujos en la tierra, miran el infinito desolado y se aferran a sus últimas esperanzas. Han llegado sacerdotes, psicólogos, trabajadores sociales, funcionarios de gobierno y personas comunes a darles consuelo. Desde todo Chile han viajado más familiares y amigos a engrosar la vigilia. Muchos niños pequeños, medianos, adolescentes, universitarios, hermanos, padres, abuelos, esposas, cada uno rogando a su manera por la vida de su ser amado.

No hay pronósticos realmente optimistas. El gobierno demuestra estar preocupado para que las encuestas de popularidad no le pasen la cuenta, pero frente a un suceso así, el éxito no lo asegura nadie.

Escritor chileno. Licenciado en Historia en la Universidad de Chile. Nació en San Fabián de Alico en 1972. Ha publicado ensayos, crónicas y relatos en diversos medios americanos y europeos. Es autor de las novelas Ameba y El odio, y de los libros de relatos La vida continúa y El insomnio de la carne. Todas sus obras han sido publicadas por Sanfabistán Editores. Columnista en HuffPost Voces (EEUU) e HispanicLA (EEUU) y controvertido bloguero político cuya voz independiente se ha expandido a todo el mundo hispanohablante. Se le ha descrito como un autor de pluma corrosiva, provocadora y amarga.

6 comentarios

  1. Amados, si hay algún familir de los minero que lea este sitio quisiera expresar con estas palabras lo inexpresable: consuelo para sus corazones. Estamos clamando por ellos. Hay una canción que habla de fe y libertad verdadera donde Dios habla que Él puede hacer lo imposible, está en el siguiente sitio : http://www.myspace.com/soledadlagos , ver video. Dios nos pone a cada momento el sentir de orar sin cesar por ellos. El mas grande amor para ellos

  2. Se cumple el séptimo día desde que quedaron atrapados los mineros. Una persistente lluvia en el desierto chileno (fenómeno que ocurre con intermitencias de décadas) no hizo sino complicar la difícil situación del rescate. La oscilación térmica en el desierto puede superar los treinta grados en invierno y los cuarenta en verano. Las noches son tétricas, con temperaturas bajo cero y en el día el sol golpea con inclemencia los rostros curtidos de los que esperan o trabajan. Los familiares seguían a la intemperie hasta ayer, en que el ejército recién se dignó a instalar carpas de campaña y baños químicos para que pudieran guarecerse. Las personas pobres no generan respuestas institucionales inmediatas como sí sucede cuando algo le sucede a un rico. Hay muchos niños, madres y ancianos que esperan aferrados a sus esperanzas religiosas. No quieren moverse, no quieren quitar sus ojos de la mina. Varios equipos trabajan simultáneamente, pero ninguno se atreve a dar señales auspiciosas.
    Un experto en seguridad que trabajó durante años en ese yacimiento, confidenció ante las cámaras que siempre la empresa ahorró recursos en seguridad. Las columnas de soporte no estaban a medio metro una de la otra, como lo estipula la ley, sino a dos metros. Incluso, se encendían las mechas de los explosivos cuando los trabajadores aún estaban dentro de la mina y confiando en que pudieran salir a tiempo en un tosco carromato. Nunca se respetó la vida de los trabajadores, nunca le importó a nadie, ni siquiera a las desprolijas autoridades que no realizaban su tarea fiscalizadora.
    Hoy jueves, hace un par de horas, el ministro de minería se sinceró ante una radioemisora afirmando que las posibilidades de rescatarlos con vida prácticamente no existen. Los familiares recién están empezando a reaccionar ante esas declaraciones. Hay estupor, perplejidad, descontrol, ira, mucho dolor en cada rostro, pero también hay muchas personas que porfían en un optimismo obcecado, insuflándose energía, llamando a seguir la faena del rescate, pero sin poder desprenderse de las lágrimas aflorantes en sus ojos.
    Respecto a lo que planteas, Lorena, desde el lado chileno se han cometido las mismas irregularidades en esa zona periglaciar. Hay presiones tan descabelladas que pretenden incluso trasladar el glaciar completo hacia otro sitio, pisoteando y terminando de destruir lo que la naturaleza se tardó cientos de miles de años en formar. Y todo por la codicia inaudita que despierta la explotación de recursos mineros.
    Confiar en las autoridades de turno no es garantía de nada, pues sabemos que basta sobornar a los funcionarios claves y las labores seguirán su curso.
    Al menos nos queda esta voz para que la impunidad no sea total.

  3. Una verdadera tragedia… Qué más se puede agregar al respecto… El asunto me deja pensando en las irresponsabilidades y negligencias que se cometieron en este caso en partiacular, y en muchas otras cuestiones colindantes.
    Hace poco ví en canal 13 de Argentina una investigación periodística que denunciaba la realización de perforaciones en zonas periglaciares por parte de empresas que se dedican a la explotación minera. Se apuntaba a proyectos que se vienen realizando en territorios mixtos, es decir, cedidos por argentinos y chilenos. La denuncia hacía especial incapié en los trabajos observados en la provincia argentina de San Juan. Según los geólogos consultados se está perforando ilegalmente glaciares de roca, también llamados escombros de glaciar, ignorando por completo las leyes provinciales que lo prohiben. En la superficie estas formaciones parecen rocas corrientes pero son reservorios de agua en forma de hielo cuya masa se estima 10 y 17 mts.
    Poco les importa estar dañando el ecosistema, estar infringiendo la ley y lo que representan estas reservas de agua para el futuro. Poco les importa las numerosas vidas que están en riesgo hoy en Chile. Supongo que nada les importa más que las ganancias que obtendrán de esta actividad…

  4. La codicia va de la mano con la subvaloración de la vida de los trabajadores, Jenny. El costo de las indemnizaciones a los deudos es irrisorio al lado de la inmensa ganancia que produce la explotación de los yacimientos mineros. La vida de los obreros latinoamericanos sigue a la baja en las bolsas inhumanas del capitalismo.

  5. Ufff… incrreíble que a pesar que este yacimiento fué clausurado en el 2007 debido a tantos accidentes ocurridos, se reabra al año siguiente por «presiones políticas» que son la presión del dinero, el egoismo, la avaricia, el enriquecimien …to de unos cuantos…
    Para que existian o existen expertos en seguridad si hacian/hacen caso omiso a los informes de los trabajadores antes del /de un accidente??
    Pobres Sres. mineros y sus familias!
    Es lo mismo que ocurre en diferentes lugares del mundo, donde la necesidad económica obliga a muchos tantos a tomar trabajos con el riesgo de sus vidas, de su salud. Vemos en el mundo no solo gente adulta en estos casos sino también niños trabajando en fábricas, pequeñas industrias, artesanias, mineria,… se les dá trabajos relativamente ligeros pero muchos representan un gran riesgo para su salud y seguridad, participan en la fabricación de cohetes, soplado de vidrio, transporte de vidrio incandescente, expuestos a materiales altamente tóxicos por ejemplo en las tintorerias, expuestos al polvo dañando sus pulmones en fábricas textiles, etc, etc, niños del Sur de Asia, de Latinoamérica, del Africa,……., niños que quizas tuvieron un padre que también murió haciendo trabajos pauperrimamente remunerados mientras a otros no les importó el velar por su seguridad…Ufff!!!!

Comenta aquí / Comment here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba

Descubre más desde HispanicLA: la vida latina desde Los Ángeles

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo