Narrativa de la frontera en dos cuentos de Ena Columbié

Ena Columbié ofrece una versión contemporánea de la emigración situando en dos de sus cuentos la demarcación territorial, los riesgos de la aventura y las consecuencias del que intenta abandonar sus sociedades para adentrarse en el Primer Mundo Americano

 

El español ha estado presente en la literatura escrita en los Estados Unidos por cientos de años, lo que se evidencia en su publicación simultánea con el inglés u otras lenguas europeas en las primeras colonias inglesas. Como otros emigrantes, los de habla española usaban la imprenta, permitida en estas tierras mientras era prohibida por la colonia española al norte de Cuba y México.

Luego de incorporarse a la  unión americana, territorios como Florida, Luisiana(1) y los antiguos asentamientos hispanos y mexicanos – estos últimos como resultado de los accidentes de expansión, guerra y secesión –  se obtuvo acceso a la impresión antes vedada a los súbditos de de España. Así, esta actividad se vio desarrollada durante el siglo XIX y como nunca antes en la consiguiente centuria del XX y aún cada vez más en la actualidad de un país que tiene ya decenas de millones de hispanohablantes.Los mexicanos, por su lado, aumentaron su presencia en Estados Unidos durante la Revolución Mexicana y así surgieron de este lado periódicos, editoriales y publicaciones que ayudaron a los hispanos endógenos y también a los inmigrantes hispanos de variadas nacionalidades a publicar sus obras en una amplia variedad que incluyen periódicos, libros y panfletos, entre otros hasta la actualidad.
Los  hispano-caribeños, principalmente cubanos y puertorriqueños,  han encontrado en Norteamérica exilio para sus horribles experiencias insulares  a resultas de las acciones  de la corona española primero y luego de turbulencias políticas, revolución u ocupación.  A la misma vez, éstos actuaron bien temprano como fuente de mano de obra barata, en algunos casos incluso capacitada como el caso de los tabaqueros floridanos de Tampa y de aquellos que llegaron incluso a nombrar también el Key West, réplica del barrio habanero de Cayo Hueso.

La literatura de los emigrantes constituyó por regla general un reflejo del cambio de ambiente al que se ve sometido el recién llegado, lo que resulta típico también de muchos emigrantes en otras partes del mundo tales como la Argentina, México, Cuba, Uruguay(2) y Europa,  por sólo citar algunos ejemplos.

En algunos casos el emigrante integrado al nuevo mundo empieza a relatar desde sus ojos a la nueva sociedad. Ejemplo de ellos es el autor colombiano José Manuel Rodríguez(3) quien en sus obras describe y utiliza la asimilación de elementos típicos del nuevo mundo.  Long Beach, Los Ángeles e incluso lo Mesoaméricano se filtran a través  de una extraña amalgama en la que esta otra realidad estilizada por el lente del narrador se torna en un producto original y a la vez  ajeno para muchos de los paisanos que ha dejado detrás.

La narrativa de la frontera ha sido descrita desde el Martín Fierro hasta los viejos cantares y romances castellanos.  Más de un autor del sur ha indicado la transformación de ambientes entre el que viene del continente latinoamericano y el mundo de la potencia del norte(4).

Para muchos hispanos, la isla de Cuba produce una variedad de sentimientos y conceptos diversos que incluyen el rechazo al trato especial que reciben los venidos de ese lugar así como una posición ambivalente ante la llamada Revolución.  Por eso, un autor de ese país que escoge  el tema del cruce de la frontera pudiera desde el punto de vista latinoamericanista provocar recelo y en el mejor de los casos algo de lástima y simpatía.

Ena Columbié ofrece una versión contemporánea de la emigración situando en dos de sus cuentos la demarcación territorial, los riesgos de la aventura y las consecuencias del que intenta abandonar sus sociedades para adentrarse en el Primer Mundo Americano.


Esta autora cubana quien ha publicado varios libros de crítica y poesía, prepara un volumen en el que desarrolla dos pequeñas piezas narrativas adonde recrea esa zona que divide el Norte del Sur, ya sea México o Cuba.  En dos de sus cuentos: Mojados(5) y Mojados II(6) la frontera emerge desde perspectivas diferentes como punto de cruce y también como espacio trágico entre dos realidades.

El aire es agradable ahí en la orilla, huele a frescor y libertad (…) Sin embargo el  nuevo paisaje reconforta.
—Chále hijo, no vinimos aquí a divertirnos- Si no quiere que nos cargue la chingada ¡ándele!…

Inicialmente, en este  título: Mojados, la presencia del mexicano sugiere un típico cuento de indocumentados, el mismo de la tragedia repetida de los que arriesgan todo con el sólo objetivo de encontrar mejor vida. Lo novedoso se encuentra en la combinación de orígenes. Junto a ese primer personaje hay un compañero de  viaje quien sorpresivamente es cubano.  La justificación para la atrevida odisea de quien hubiera recibido una bienvenida en otras circunstancias , se encuentra en el pasado de ese hombre sin nombre  quien lo manifiesta cubierto de crímenes comunes lo cual podría convertirse en obstáculo para su inmediata aplicación de la Ley de Ajuste Cubano. La caracterización a través del diálogo se eleva no sólo a la altura semántica sino que establece las diferencias lingüísticas y culturales de cada uno de los dos personajes:

-¡Coño asere qué bueno! Estoy partío del hambre…

El personaje mexicano,  menos inspirado por los cantos de sirena y quien se muestra como más conocedor de la naturaleza de los blancos racistas  así como de la sociedad que lo engendra le grita al otro la verdad simple y cruel y entonces el clímax de la historia se vuelve más coherente para los dos latinos en apuro:

-¡No seas güey! Eres latino, indio, africano que sé yo, pero para el
pinche gringo racista no hay diferencia, somos mojados y ellos no nos quieren.

Ambos se adentran en territorio americano; pero la bienvenida no puede ser más cruel. Frente a ellos, un grupo de cazainmigrantes. El cubano se creyó libre de peligros por su especial condición, generalmente protegida por el gobierno estadounidense. No obstante, la cacería de estos desdichados individuos se resuelve como hecho trágico al observar un cartel que reza :

Muerte al inmigrante.

Son obligados a correr por sus vidas cuando el dueño de una hacienda y sus empleados arremeten contra ellos. De este modo, lo que concluiría con una bendición se transforma en desgracia. El gringo sonríe y ordena el fire que sugiere un trágico final y con ello el fin de sus sueños al mismo pie de la frontera.


El  Mojados II no describe una situación novedosa para el público cubano, aunque  resulta algo inusual para el lector de  Latinoamérica. En esta ocasión,  la frontera deviene también puerta de escape, pero no de México sino del mundo de la Revolución, hacia “la democracia y la abundancia” según los sueños del que huye.  La frontera no  se localiza entre países sino entre una nación que para unos representa sueño de progresos y para otros simboliza una gran cárcel mientras el otro lado contradictoriamente es un territorio ocupado bajo control estadounidense.
Durante años, la bahía de Guantánamo ha sido parte de una división artificial de Cuba y la base estadounidense del mismo nombre. A través de ella escaparon miles de personas cuando la suerte les permitió llegar al lado estadounidense  donde la mayoría de ellos recibían el estatus de  refugiados.

-Realmente no sé, creo que un kilómetro o menos, en Guantánamo me dijeron que río abajo llegaríamos rápido, que incluso podemos ver las luces de la Base Naval y ellas nos guiarán.

El espacio descrito ha separado ya por décadas los varios kilómetros de frontera entre el país y el enclave militar extranjero, inmutablemente vigilado por guardacostas cubanos.  El territorio se encuentra también asegurado por uno de los campos minados más extensos del mundo y que impide el paso ya sea a nado o por tierra. A pesar de ello, incontables individuos llevaban a cabo una jornada de hasta cientos de millas para arribar a la única zona en la que el país tenía una frontera real y que para los desafectos se convirtió en puerta de escape. En esta ocasión,  los personajes de Columbié son del mismo país; aunque también se describe aquí en Mojados II una dualidad de acción  a través del diálogo entre los dos emigrantes.

La bipolaridad se evidencia claramente entre el hombre intelectual y un ente del pueblo menos educado.  Al ingeniero, de lenguaje cultivado, a veces pedante y erudito le sobran expresiones como:

-Lo que pasa es que aquí hay un proceso de eutrofización.

Mientras éste se empeña en explicar los elementos de la naturaleza circundantes con palabrillas de diccionario a su compañero, un sujeto sin educación,  el otro, también sin nombre propio como sucede en Mojados I,  expresa a través del lenguaje un conflicto de personalidades.  En esta situación de Mojados II se desarrolla el debate entre nacionales,  a diferencia del cubano y el mexicano descrito en la primera historia.  Por eso, en esta ocasión, el hombre humilde también discrepa  a través de su dialecto callejero:

-Y dale Juana..”ex profeso” ¡ja! Habla en cubano asere!

Ya antes, este individuo se había destacado por utilizar vocablos regionales tales como nagüe, que nos señaliza su procedencia oriental. En el otro polo el ingeniero se caracteriza tal vez como un habanero capitalino.
En contraste con la otra historia, en Mojados II se indaga con más profundidad en la política del país de origen, pues se intenta explicar el fenómeno migratorio desde una postura de exiliado disidente, lo cual supone una definición ideológica de las causas de esa emigración “política”. No siempre comprendidos, los cubanos son descritos en el cuento como típicos individuos que huyen de un sistema social que rechazan. No obstante, la universalidad del problema tratado no deja de enfrentar un conflicto humano universal del que intenta alcanzar mejor vida, venga del país de donde venga.

Contrastando el  primer Mojado, este cuento no  se adentra más allá del espacio de la frontera. Y también a diferencia de otras anécdotas tradicionales, el cruce no es mayormente frustrado por la migra sino por los guardafronteras del gobierno cubano que buscan por todos los medios impedir lo que se conoce allí como salida ilegal del país.

La tragedia siega la vida de los protagonistas. Para un desconocedor de aquel entorno, Mojados II describe el mismo drama de la frontera Norte; pero en osta ocasión la perspectiva proviene más de la vigilancia local que la del lugar a que se pretende emigrar. Por eso, si bien la violencia siega también aquí los sueños del que busca traspasar los límites de su sociedad, lo trágico se desarrolla porque los victimarios pueden ser los mismos paisanos. Con más gráfica descripción, el conflicto nacido de un ambiente bien conocido por la autora  se concluye con violencia como en el primer cuento; aunque éste es menos sugerente y la violencia mucho más gráfica:

-¿Dónde estás? (…) Ingenierooo, ¿dónde estás?

Varias ráfagas de plomo y luz rompen el silencio y las aguas…
El halo de luz fijo en un punto del mar, refleja las siluetas de dos cuerpos arrastrados por la corriente.

El  tema de la frontera descrito por Ena Columbié expresa la perspectiva del emigrante y de la violencia mortal ejercida sobre él.  Con estos dos cuentos, ella personifica una temática desgarradora y actual. En su caso particular de exiliada, su innovadora, perspectiva narrativa desarrolla una problemática localmente cubana como en el caso de Mojados II.  En contraste a lo anterior, el primer Mojado  describe una curiosa combinación del escapado de la isla con el emigrante mexicano. Ambos relatos, con sus puntos de contacto y diferenciación,  demuestran  la pujanza de una literatura en español en Estados Unidos, una tradición que continúa hoy con más fuerza que nunca.

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Fuentes

1. Karnellos, Nicolas. Panorama de la literatura hispana de los Estados Unidos.
sur.com/revista/revista dossier.

2. González, María: Inmigración y Literatura (1830-1960)- http: letras Uruguay.espacio latino.com.

3. Rodríguez Walteros, José Manuel. “En la noche de Venus” Filando Cuentos de Mujer. V Certamen internacional de Relatos Cortos p. 67-77. Colectivo Sociedad Cultural Le Filanderes. Oviedo, 2007

4. Iturbide Moisés. Literatura Inspirada por la Emigración. Wed,, December 26,2007

5, 6. Ena, Columbié: “Mojados:” http://www.elateje.com/0721/narrativa feb 2008.

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Ena Columbié, poeta, ensayista, crítica, narradora, fotógrafa y artista, nació en Guantánamo, Cuba en 1957.  Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982),  Lauros (Cuba 1989),  Epigramas (Cuba1994), Muestra Siglo XXI  de  la  poesía  en  español    (USA  2005), La Mujer Rota (México 2008). Codirige la editorial Ediciones EntreRíos.

Fue asesor literario y profesor de la Universidad Pedagógica de Guantánamo, Cuba, y educador en Los Ángeles, California. Obtuvo premios nacionales como narrador en los concursos Rubén Martínez Villena, Frank País y el Regino E. Boti así como distinciones en poesía y crítica. Ha publicado La Reunión de los Dioses Cuba (cuentos, 1991). En USA, El Rey Mago (poesía 2007) y la novela La Reunión de los Dioses (2007). Su obra crítica se encuentra en publicaciones de Cuba y Los Estados Unidos. Miembro del consejo editorial de la revista electrónica La Luciérnaga.

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