Niños migrantes: trauma, tristeza, desolación, lágrimas

Nos criaron pensando que es de mala educación hablar de dinero o de sexo en la mesa; esos son temas para la alcoba, en la intimidad, entre adultos. Frente a los niños uno se calla la ruina y el deseo (o la falta de él); no, eso no lo pueden saber ni ellos ni la sociedad, ¡Dios nos libre!

Somos de una generación de tapujos y doble moral; pero la crisis nos ha servido un plato que no podemos saltar antes del postre: el dolor. 

A los niños migrantes ya no se les puede pedir que vayan a su habitación para poder hablar de cárceles, coyotes y deportaciones.

No, ahora su infancia está marcada por abogados, fianzas, un cuestionario de 50 preguntas, leyes de asilo y política. Entre un bocado y otro mastican un comentario de Trump. Le tienen miedo y mucho coraje. Si tan solo pudiera sentir lo que es que te separen de alguien que quieres tanto, piensan.

Nunca han visto ni tocado al presidente, pero lo culpan por las noches casi hipotérmicas en “las hieleras”, los piojos, la pérdida de peso, los gusanos en la panza y las caras sucias marcadas por la sal de las lágrimas que se han secado noche tras noche, en el mismo lugar de las mejillas empolvadas y pegajosas.

Niños migrantes: trauma, tristeza, desolación, lágrimas…
Niños migrantes: trauma, tristeza, desolación, lágrimas

Me dijeron que mi papá no me quería, que me había abandonado, que nunca iba a volver. Esa frase se repite entrevista tras entrevista. Los separaron engañados. A unos se los llevaron a Nueva York, o Arizona, y a otros, a celdas diferentes. A veces estaban a unos cuantos metros, pero en mundos distintos. A los padres les decían que no los volverían a ver. ¿Pa’ qué te lo trajiste? ¡Ya lo perdiste!

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En la ironía, con buena suerte, la separación duraba unas horas; otros tienen meses aún esperando el reencuentro. En medio pasa de todo: los llantos ahogados, los gritos ensordecedores, el frío, la fisura familiar, el desmoronamiento del ser y el empoderamiento de la vulnerabilidad. 

El reencuentro es igual de traumático que la separación forzada. Lo peor fue cuando me lo entregaron, tenía un color que no sé cómo explicarle, como el color de la tristeza… y su mirada, ¡ay, Dios mío!… pero ya estás aquí, mijo, ya estamos juntos. 

Niños migrantes: “si supieran lo que se siente”
Centro de Detención Ursula, en McAllen, Texas. Foto: Wikipedia.

Ahora se sientan a la mesa en silencio; en la silla vacía se sientan las “r”: los recuerdos, los remordimientos, la rabia, la ruptura y la reconciliación; invisibles, pero palpables. Tratan de no alimentarlas. Los padres ruegan en silencio no volver a hablar del tema, pero los niños no se quieren callar: Miedo, demasiado; coraje, acumulado y traicionero; culpa, hasta para repartir; esperanza, solo un hilo… todo se sirve aún caliente. 

Los pequeños comen con las manos y la conciencia limpia, pero el corazón enlodado por el trauma. Sus caritas maduraron y algunas no vuelven a sentir el sonrojo de la inocencia. Quieren sacar los reclamos que tienen atorados en el cuello; se están ahogando con palabras, se atragantan de recuerdos. Pero duele mucho escucharlos. 

Abrázame, me da miedo despertarme y ver que no estás, otra vez, que te llevaron sin mí… no me vuelvas a dejar, por favor. 

*.*

Maritza L. Félix es una periodista, productora y escritora independiente galardonada con múltiples premios por sus trabajos de investigación periodística para prensa y televisión en México, Estados Unidos y Europa.

Maritza Lizeth Félix es una periodista, productora y escritora independiente en Arizona. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, México. La frontera ha sido su hogar y su inspiración por más de 15 años.
Su trabajo ha sido publicado en importantes periódicos de Estados Unidos, México y otros lugares del mundo, así como en las principales cadenas de televisión de habla hispana Univisión y Telemundo. Actualmente trabaja de manera independiente para la Organización Editorial Mexicana, Channel 4, Proyecto Puente, Uniradio Noticias, Telemax y Prensa Arizona. Fue reportera en el documental “Misterios de la Fe”, de Discovery Channel y fungió como productora del documental de la frontera de Estados Unidos y México para la serie televisiva “The Wall”, un trabajo investigativo mundial realizado por Rondo Media, del Reino Unido. También ha sido productora de proyectos especiales como coberturas políticas, electorales y de inmigración para Al
Jazeera y fue la productora de investigación en el galardonado reportaje “Risking It All For America – Riding The Train Of Death”, de Channel 4 en Inglaterra.
En 2011 fue nombrada por Chicanos Por La Causa como una de los “40 Líderes Hispanos menores de 40 años” en reconocimiento a su trabajo periodístico e influencia en el estado. Félix ha ganado cinco premios Emmy y fue la primera ganadora del premio a la “Mejor Crónica Escrita en Estados Unidos”, de Nuevas Plumas. También ha recibido múltiples galardones del Arizona Press Club por sus reportajes. En 2012 y 2013, la revista Phoenix New Times la nombró como la “Mejor Periodista de Habla Hispana” en Arizona.
Maritza está felizmente casada y es mamá de unos mellizos curiosos que retan y alimentan su imaginación todos los días y llenan su vida de alegría, amor y carcajadas.

Un comentario

  1. Fuera de la realidad, ni las películas de Marvel’s Avengers, superan tanto dolor. Todo esto tendrá consecuencias, algunas serán de fuerza sobrenatural sobresaliente y otras lo contrario! Cómo podemos cambiar esta triste realidad? Gracias por tu trabajo Sra. Periodista y que sigas llenando con tu cámara y tu pluma, con los acontecimientos de los “albergues” ?

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