Pato negro, cisne negro

Ese pato, tenía las tres características básicas que mencionaba Taleb en su libro “El Cisne Negro”, fue de gran impacto, difícil de predecir y sobrepaso las expectativas aceptadas.

Año 2009…. caminaba por el distrito de Watts (Los Ángeles) con un libro bajo el brazo del gurú de las finanzas Nassim Taleb, que a decir verdad me costó mucho conseguir, pero no porque sea muy popular….. creo que era porque nunca supieron como clasificarlo dentro de las estanterías. Podría encontrarse en los anaqueles de: historia, finanzas, predicciones, autoayuda, literatura, idiomas, geografía, lenguas o ciencia ficción, pero simplemente lo encontré en una caja….. y por esas cosas impredecibles de la vida al pato lo encontré nadando por un lago artificial del parque de Watts, donde me recluía a leer todas las mañanas (El Cisne Negro), mientras trataba de pasar desapercibido en ese barrio donde los blancos eran confundidos con narcotraficantes. A la inversa de cómo sucede habitualmente. Puesto que estaba en un barrio de afroamericanos y un blanco en ese lugar era vendedor o comprador de droga, lo cual me generaba dos problemas; primero me convertía en un dealer que quería imponerse en un territorio nuevo, lo cuál iba a ser mal visto por los chicos y el segundo problema era la K9 (Perros policía antidrogas) que antes de hacerte una pregunta, muerden.

Ahí comprendí “obligado” la utilidad de la capucha en las camperas, algo que en la Argentina solo está de adorno (como la mayoría de las cosas en nuestro país, son solo etiquetas falsas para una postura un poco más cómoda…). En fin: me gustaba el desafío, creo que le ponía un poco más de pimienta al libro. Pero no solo estaba en el lugar equivocado, sino que también tenía el libro equivocado, que con letras muy grandes sobre un fondo totalmente “blanco” decía: “negro”, por el cisne.

Según Taleb: No nos gusta aceptar el hecho que vivimos en un mundo que no lo entendemos, con eventos que ocurren constantemente fuera de lo imaginable. No queremos aceptarlo. Por ello inventamos historias para convencernos a nosotros mismos de que si entendemos el mundo”.

Cuánta cantidad de historiadores, periodistas, pensadores, enlazan acontecimientos simples sobre fenómenos complejos y variados, programados bajo una estructura que los obliga a falsear la realidad para comprenderla. Como si de armar un rompecabezas de 100 piezas con solo 25 se tratara, o una ensalada a gusto de millones de personas, algo sinceramente vomitivo.  No existe una ensalada mundial con el sabor de multitudes, condimentada con el porcentaje exacto de cada sentimiento, idea, pasado y presente.  La historia no era lo que pensaba y el futuro, quién sabe. Existe en todo esa intención de “falacia narrativa” que se refiere a que es fácil encontrar las razones luego de que ocurren los hechos.

Estamos programados para ver más orden del que hay. 

“Creemos contar con la verdad, puesto que partimos de modelos “científico-matemáticos” de validación, pero no nos damos cuenta de que las premisas que aceptamos como válidas no siempre lo son” dice Taleb.

Con esto ahora podemos entender que el programa que traíamos estaba desactualizado, la versión ya no corría bajo este sistema operativo, ocasionado varios fallos que obligaban a formatear el rígido. O para no ser tan extremo, directamente puedes tomar un libro estampado con palabras provocadoras y caminar con el rostro descubierto pintado con los colores del equipo rival mientras te diriges a una multitud de desconocidos, generándoles a ellos más desconcierto de tu acto que la misma razón de tu postura, con lo cual muy probablemente nada pase.  Pero no debemos dar nada por seguro, escrito o realizado, puesto que en cada momento podemos torcer el rumbo.

Dice Taleb: La realidad demuestra día a día que “el movimiento no viene de las cátedras, sino del dinamismo vivo. Seamos más críticos y partiendo de una vasta pluralidad de fuentes, montemos nuestro propio criterio, el cual puede ser más o menos acertado; pero será el nuestro».

“Nadie está preparado y puede que sólo se trate de un Pato con Capucha Negra. Al final nada es predecible, todo lo afirmado es relativo y como hombres nos cuesta el plumaje llegar a aceptarlo.”

Joaquín Lisandro Bravín, 33 años, se recibio de Licenciado en Diseño en 1999 en la ciudad de Santa Fe y desarrolló su carrera profesional en la ciudad y zona de Coronda. Creó el primer Portal en Internet regional en 2000. Nutriéndose luego de varias capacitaciones en tecnología, ofreció una novedosa manera de comunicación profesional a la sociedad, para más tarde incursionar en sus estudios de Management Empresarial en la Ciudad de Córdoba y volcar su labor en diferentes proyectos nacionales e internacionales.

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