Los hermanos Castro: Perro que muerde la mano

Los hermanos Castro se comportan como el perro malagradecido que muerde la mano de quien le da de comer. Llaman “mafia de Miami” y “gusanos” a los emigrados cubanos que al enviar a sus familiares en la isla unos $1,100 millones de dólares anuales y llevar en sus bolsillos otros $250 millones más cuando van de visita, son los que mantienen a flote la economía que ellos arruinaron.

A eso hay que sumar los hononarios exorbitantes que cobra el gobierno por los pasaportes cubanos y sus prórrogas , las “cartas de invitación”, los permisos a los cubanos para visitar su país –que economistas y agentes de viajes calculan en 400,000 en 2011– la “tarjeta blanca” para viajar desde Cuba, pasajes con precios astronómicos, gabelas exigidas a las líneas aéreas y los turoperadores.

Se deben añadir también los $65 que tiene que pagar mensualmente cada residente en la isla cuando viaja al extranjero para poder regresar a la patria, el cobro en las aduanas cubanas de excesos de equipaje inexistentes, chequeos médicos a emigrantes, o a los ya emigrados en la clínica “Cira García”, la renta de automóviles, taxis, los chantajes de Consultoría Jurídica Internacional para “acelerar” tras bambalinas los trámites para viajar al exterior, o las fiestas y banquetes que organizan los emigrados en restaurantes, hoteles y piscinas de la isla para que familiares y amigos tengan un momento de felicidad.

Todo ese dinero, que con las remesas puede alcanzar entre $1,500 y $1,700 millones, convierte a la emigración en la industria que genera el mayor ingreso neto “cash” en divisas para Cuba. Es, además, la única fuente de financiamiento que tiene el “cuentapropismo”, pues el régimen ni tiene fondos ni quiere fomentar en serio el sector privado.

El gobierno de Raúl Castro sabe bien que la economía cubana ha logrado sobrevivir hasta hoy por dos razones: 1) los subsidios de Hugo Chávez, y 2) las remesas que envía la diáspora cubana, que vía shopping, hoteles, restaurantes y clínicas van al estado.

Pero mientras las subvenciones venezolanas llegan a la isla en especie, las remesas constituyen dinero en efectivo y conforman la “caja chica” del gobierno para sus gastos cotidianos y las importaciones de todo tipo que tiene que hacer dada la improductividad inaudita del sistema comunista.

Menosprecio oficial

Sin embargo, el gobierno cubano es el único de Latinoamérica que no agradece nada, y ni siquiera da cifras de dichos envíos. Encima insulta a los donantes. Expresa así su soberbia ante tan estratégico aporte financiero de los emigrados cubanos.

Venezuela, que sustituyó a la Unión Soviética como el tío rico que mantiene al sobrino bribón, obsequia a Cuba unos $6,000 millones de dólares anuales que incluyen 36.5 millones de barriles de petróleo con un valor que oscila entre $3,300 y $3,700 millones de dólares. Con ese petróleo gratuito los Castro se dan el lujo de exportar gasolina y crudo, igual que en los años 80.

En aquella época Cuba tenía en el CAME una “cuota de consumo” de 13 millones de toneladas (90 millones de barriles) de petróleo, de las cuales consumía 10 millones y reexportaba el resto. Lo más escandaloso me lo dijo en privado el entonces presidente de JUCEPLAN (ministro de Economía), Humberto Pérez: el petróleo no consumido ni siquiera iba físicamente a la isla, sino que la URSS lo vendía a países capitalistas y enviaba las divisas a La Habana, unos $500 millones de dólares, cifra superior a la que aportaba el azúcar.

En 2010 el consumo cubano de crudo fue de 54.7 millones de barriles (7.8 millones de toneladas), según el Ministerio de la Industria Básica, y la producción fue de 21.4 millones de barriles. Si se agrega el crudo venezolano la cifra da 57.9 millones de barriles. Es decir, no se consumieron 3.2 millones de barriles, que fueron reexportados probablemente ya refinados, como gasolina, por unos $350 millones. Si la cantidad fue superior alguien miente: o Chávez regala más de 100,000 barriles diarios, o la isla consume menos petróleo de lo que dice. Es pura aritmética.

Otros ingresos provenientes de Caracas se basan en prácticas esclavistas. De acuerdo con “desertores” el gobierno chavista paga $3,000 mensuales por cada médico cubano (unos 15,000) en Venezuela, pero al galeno le dan $300 y los otros $2,700 son para la cúspide castrista. Eso ocurre en el siglo XXI, y ni la ONU, ni ninguna organización internacional dice nada al respecto. Pero ese despojo salarial, junto al de miles de técnicos, espías , militares y oficiales cubanos de inteligencia que operan en Venezuela, no va a la isla, sino que el régimen lo descuenta de su deuda por el petróleo recibido.

Ni el turismo ni el níquel

El turismo es el principal generador de ingresos brutos en moneda extranjera, pero de cada 100 dólares que entran en la isla salen de nuevo entre 60 y 70 dólares que son el componente importado del costo de operación de esa industria, para la cual hay que importar hasta frutas y vegetales frescos de República Dominicana. En 2010, según la Oficina Nacional de Estadísticas, el turismo aportó $2,221 millones. Pero $1,488 regresaron al extranjero.

El níquel, primer producto de exportación, tampoco supera a las remesas. La producción cubana de níquel más cobalto ha venido declinando –¿qué raro?– y en 2009 fue de 70,100 toneladas. El coronel Marino Murillo, ministro de Economía, reveló que en 2010 se produjeron 6,700 toneladas por debajo del plan. Sin embargo, el problema aquí no es de producción sino de costos y precios.

Este metal no ferroso, esencial para la fabricación de acero inoxidable y otras aleaciones resistentes a la corrosión, se llegó a cotizar a $54,000 dólares la tonelada en mayo de 2007, en el Mercado de Metales de Londres. Luego se desplomó debido a la recesión mundial.

El costo de producción niquelífera en Cuba es probablemente el más alto del mundo (se gasta demasiado petróleo). Por eso, cuando en abril de 2009 el precio cayó a $10,000 la tonelada, José R. Machado Ventura (segundo en la jerarquía dictatorial) anunció –según Reuters—que si el precio bajaba a $9,000 sería incosteable producir dicho mineral, del cual Cuba tiene las mayores reservas probadas a nivel mundial, con unos 900 millones de toneladas.

Si Cuba vende 63,000 toneladas –China compra casi toda la producción cubana– a unos $22,500, que es la actual cotización de la tonelada de níquel en Londres , obtiene $1,417 millones. Se le resta el costo de producción de $567 millones (al multiplicar $9,000 por 63,000 TM) y el ingreso neto es de $850 millones de dólares.

Con respecto a la biotecnología, lo último informado por el gobierno fueron los $350 millones exportados en productos farmacéuticos en 2007. El silencio oficial subsiguiente sugiere un descenso de esa cifra. Además, el costo de producción en dicha industria es muy alto y las ganancias no deben ser muy elevadas.

En tabaco, en 2010 fueron exportados puros por $368 millones de dólares. A eso le restamos el costo de producción y comercialización y el ingreso baja notablemente.

Las remesas, en cambio, no tienen costo de operación alguno para Cuba. Llegan libres de polvo y paja. Conclusión, que los “gusanos” tan vilipendiados y subestimados oficialmente son la única mina de oro que tiene la empobrecida nación.

 

Roberto Alvarez Quiñones (1941), periodista, economista y licenciado en Historia cubano residente en California, con 40 años de experiencia como columnista en el área económica, primero en Cuba en el periódico “Granma” (1968-1995), y simultáneamente en la Televisión Cubana, donde fue comentarista de economía internacional, desde 1982 a 1992. Profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana desde 1982 a 1992.
Llegó a EEUU en 1995, y en 1996 comenzó a trabajar en el diario “La Opinión” de Los Angeles, donde fue editor y columnista de las secciones de Negocios, Latinoamérica, El Mundo, y el suplemento “Tu Casa” (bienes raíces), hasta 2008. Actualmente es analista económico de Telemundo (TV), y escribe columnas y artículos para varios medios en español de EEUU y España. Es autor de 6 libros, 4 publicados en La Habana y 2 en Caracas, Venezuela. Ha recibido 11 premios de periodismo.

4 comentarios

  1. Felicito a Alvarez Quinones por esta clase magistral de economia cubana. Como bien dice en el articulo, los Castro son perros que muerden la mano de quien les da la comida diariamente. Viven a costa y gracias a la emigracion cubana y sin embargo la insultan y la desprecian. Nunca en Latinoamerica se habia visto nada igual.

  2. Que tres patas para una mesa la de la foto que ilustra este articulo formidable. Es dificil encontrar en America tres personajes mas malevolos y tan azotes de sus propios pueblos como ellos tres. El articulo prueba lo que muchos cubanos sabemos, pero con datos concretos y eso vale mucho. Felicidades al autor

  3. El articulo este es una excelencia, como una conferencia sobre economia cubana. Yo sabia que eso de que la emigarcion cubana es la que mantiene la economia cubana, pero este articulo lo prueba de una forma cientifica, matematica, economica y no se que argumento pueda tener algun alabardero del regimen para decir lo contrario. Verdad que hay que ser muy poca verguenza para calificar de mafia a quienes hacen posible que el gobierno castrista pueda subsistir

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