Desde pequeño, Freddy Malfavón cuidaba meticulosamente sus carritos de juguete, los mantenía siempre brillantes y sin abolladura alguna. A los 15 años, compró y restauró un Volkswagen Beetle azul de 1960, que luego vendió para comprar un modelo de 1956.
Su amor por los automóviles lo llevó a abrir su propio taller de autos, donde perfeccionó sus habilidades en reparaciones y pintura durante 16 años. Cuando el taller cerró, Freddy encontró un nuevo camino como pintor de autobuses en el Taller Central de Mantenimiento (Central Maintenance Shop o CMS) de Metro. Durante los últimos ocho años, ha aportado a su trabajo la misma pasión con la que aún sigue restaurando sus Volkswagen.
Pasar de pintar pequeños Volkswagens a autobuses de 40 pies de largo no fue tarea fácil. Pero Freddy aceptó el desafío. “Se necesita mucha paciencia y atención a los detalles”, afirma. Durante su tiempo en Metro, Freddy estima que ha pintado alrededor de 700 autobuses.
Cada día, más de 1,800 autobuses mantienen al condado de Los Ángeles en movimiento. Y cuando hay necesidad de reparaciones menores de autobuses generalmente se realizan en los patios de autobuses locales de Metro (llamadas divisiones). Sin embargo, en caso de daños importantes o de desgaste significativo, los autobuses se envían a CMS, donde un equipo especializado se encarga del sistema, de la carrocería y de la pintura. Esto también sucede cuando un autobús cumple tres años en servicio, ya que es el momento en el que se lleva a CMS para un repintado completo con el fin de garantizar que luzca lo mejor posible antes de volver a servicio. Con una flota que recorre casi 70 millones de millas al año, un mantenimiento regular como este es esencial.
Freddy explica que el proceso comienza con la aplicación de una capa de adherente (o prime) el primer día. El segundo día, un equipo de tres personas lijan y protegen con plástico el autobús, cubriendo cuidadosamente todo (desde ventanas, ruedas, llantas, piezas del motor e incluso pequeños orificios para tornillos) para evitar que el rociado provoque manchas. Al tercer día, dos personas trabajan a un ritmo sincronizado para pintar el autobús. Una vez seco, se aplican calcomanías que incluyen el logo de Metro, el número de autobús y otros identificadores. ¡. “Me hace feliz ver al autobús salir de CMS, listo para volver al servicio”.
El colega de Freddy, José Heredia, pinta autobuses en Metro desde hace cinco años. Dice que, si bien pintar un coche suele ser un trabajo que se realiza bien solo, un autobús requiere trabajo en equipo y comunicación. “Dos personas empiezan a pintar en extremos opuestos del autobús al mismo tiempo. Es como un baile sincronizado: nos movemos al mismo ritmo y terminamos de rociar la pintura simultáneamente”, explica José.
Más allá de ocuparse del exterior, su equipo también restaura el interior de los autobuses dañados por los grafitis. Actualmente, están trabajando a toda velocidad en el pintado de las piezas metálicas necesarias para la instalación de las barreras que protegerán a nuestros operadores de autobuses –el objetivo es completar la instalación en toda la flota para finales de 2024.
José comenzó su carrera lavando autos, luego trabajó en un taller de reparación de autos y luego aprendió a pintar camiones de basura. “Quería aprender a pintar correctamente, así que fui a la escuela”, dice. Después de completar sus estudios en pintura de automóviles y obtener la certificación como estimador de daños de vehículos, trabajó en un concesionario donde restauraba autos que aunque llegaban chocados, él dejaba como nuevos.
“Cuando vi en Internet que Metro estaba contratando pintores de autobuses, presenté mi solicitud de inmediato”, recuerda José. “Solía ir en autobús a la escuela, pero nunca imaginé que trabajaría aquí”. José dice que hoy está en el trabajo de sus sueños.
José, esposo y padre, aprecia la estabilidad que le brinda su trabajo. Siente orgullo cada vez que ve un autobús recién pintado en las calles. “A veces me pregunto: ‘¿Pinté ese?’”, dice con una sonrisa.
Nacido en México, José se enorgullece de ser parte de la segunda agencia de transporte público más grande del país. “Llevo mi uniforme con mucho orgullo”, dice. Durante el Mes de la Herencia Hispana, José celebra su cultura a través de la comida, siendo su plato favorito la ‘morisqueta’, un platillo tradicional de su estado natal de Michoacán.
Para Freddy, quien nació en Los Ángeles de padres mexicanos, mantener su idioma es una parte clave para preservar su herencia: “En mi casa, es importante seguir hablando español”.