El ex gobernador de Massachusetts Bill Weld piensa que el Presidente Donald Trump es un traidor y para los traidores el único castigo posible es la pena de muerte.
Cuando hizo su comentario, Weld estaba siendo entrevistado por Joe Scarborough, en el programa Morning Joe de MSNBC, junto al representante Joe Walsh y el ex gobernador Mark Sanford. Los tres, junto a Trump, disputan la candidatura presidencial del Partido Republicano.
“No puede ser más claro,” dijo Weld en referencia a la última controversia que afecta a la Administración Trump por las conversaciones telefónicas del presidente con el líder de Ucrania. “Esto ya no es solo socavar instituciones democráticas, esto es traición. Es pura y simple traición. Y la pena para la traición, de acuerdo con el Código Penal de EEUU, es la muerte.”
Una conversación telefónica
Trump reconoció haber mantenido en julio una conversación telefónica con el presidente Volodymyr Zelensky, de Ucrania, en la que se sospecha que lo habría presionado para que se investigue por corrupción al candidato presidencial demócrata Joe Biden y a su hijo Hunter.
Un denunciante, cuya identidad se mantiene en secreto, presentó información sobre la conversación ante el Inspector General de la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos.
Si bien Hunter Biden ha tenido relaciones comerciales en Ucrania y hubo dudas sobre la naturaleza de las mismas, la fiscalía del país del este europeo encargado del caso no encontró ningún tipo de corrupción.
Quid pro quo
De acuerdo a fuentes no identificadas que fueron citadas por el Washington Post, días antes de la llamada telefónica con el presidente ucraniano, Trump le habría ordenado a Mick Mulvaney, su jefe de gabinete, que suspendiera $400 millones en asistencia militar a Ucrania, una ayuda crucial para un país que todavía mantiene un conflicto territorial con Rusia.
Es obvio que, aunque el presidente ahora lo niegue, su intención era presionar al gobierno ucraniano, condicionando la ayuda militar a la cooperación ucraniana en investigar a Biden, su rival más temido en la elección presidencial de 2020.
Ucraniagate
Aunque la presidencia de Donald Trump ha estado plagada de continuas controversias, este Ucraniagate parece haber generado pasiones intensas como lo demuestra la acusación de traición de Weld. Pero la reacción parece extenderse más allá de los republicanos, potencialmente con serias consecuencias políticas para el presidente.
Concretamente, parecería que hay algunos sectores moderados del Partido Demócrata que han llegado a la conclusión que las transgresiones de Trump ya no pueden ser ignoradas con la excusa de que la matemática electoral exige evitar medidas drásticas. Portavoces de estos sectores, piensan que ha llegado la hora de marchar adelante con el juicio político que, vale recordar, hace tiempo exigen los sectores más liberales del partido.
Ya no importa si, como sugiere la última encuesta de CNN/SSRS, Trump continúa con 88% de apoyo entre sus correligionarios.
No importa si los senadores republicanos bloquean un veredicto de culpabilidad. Se acabó el pragmatismo, dicen muchos en los pasillos del Partido Demócrata. ¿Será que comienza un tiempo de principios, de ética política, de moralidad, por encima de consideraciones electorales? Sería más que refrescante en un Estados Unidos dirigido por un hombre que ha demostrado que no tiene decencia alguna.