El Sindicato de Campesinos, o UFW, según sus siglas en inglés, realizó su XX Convención en Bakersfield, California, del viernes 20 al domingo 22 de este mes.
Este evento, ahora cada cuatro años, expuso cambios significativos en objetivos de la organización, al tiempo que se observa un resurgimiento de su capacidad organizativa.
Es que la UFW, creada en 1965 en Delano, California, dio un giro radical en los 80 cuando puso más énfasis en crear una organización no lucrativa y ofrecer servicios, dejando su tarea sindical organizativa en segundo plano.
Sin embargo, en la última década, la UFW volvió lentamente a su actividad tradicional de organizar a los trabajadores del campo y lograr contratos laborales. Para esto, incluso contrató activistas de origen indígena mexicano para adaptarse a los cambios demográficos en la composición de la mano de obra campesina —ahora también de origen indígena, especialmente de Oaxaca, México, y quienes en su mayoría no hablan español.
Estos cambios están empezando a dar frutos y, por ejemplo, en el condado de Madera, en el centro de California, la UFW ha logrado organizar a cientos de “tomateros”, o trabajadores del tomate.
Incluso, durante la Convención, se anunció que una gran mayoría de los trabajadores del arándano (blueberry) de una empresa agrícola del condado de Kern había votado por el sindicato después de varios días de huelga.
Valor historico de la UFW y el momento actual
Desde su creación, la UFW ha logrado grandes triunfos sindicales. Sus acciones pusieron en evidencia la fuerza que los trabajadores organizados pueden llegar a tener, poniendo de rodillas a la poderosa industria agrícola a la que obligó a negociar contratos de trabajo con importantes concesiones a los jornaleros, hasta entonces jamás tenidos en cuenta.
La influencia de la UFW trascendió las fronteras de California y aún hoy tiene presencia en estados como Texas, Washington y Oregon. En sus primeros años, la UFW fue mucho mas que un sindicato: fue un verdadero movimiento que ligado al de los derechos civiles, empoderó a los latinos y destacó la importancia cultural de estos.
Durante esta XX Convención se destacaron dos aspectos: primero, que el sindicato está pasando por un buen momento con la sindicalización de nuevos miembros y contratos ganados. Y segundo, que la UFW ha entrado en una etapa acorde a la globalización de la economía y la sociedad.
“Queremos discutir los cambios en la industria agrícola actual debido a la globalización”, dijo Arturo Rodriguez, presidente del Sindicato de Campesinos. “Tenemos que considerar también a los consumidores”.
Rodríguez puntualiza que si bien la UFW seguirá haciendo su trabajo de representar a los jornaleros, en la actualidad no se pueden ignorar las presiones de los consumidores por mejores alimentos, lo que a su vez involucra a empresas como supermercados y tiendas de alimentos.
“Hay empresas que quieren trabajar con nosotros, quieren asegurarse que venderán productos seguros”, agregó Rodriguez. “Los consumidores buscan eso y por lo tanto podemos combinar y que compren productos de empresas que tienen contratos laborales”.
Esta tendencia se expresó en la presentación de un proyecto piloto que la UFW está realizando en Nicaragua, donde entrena a campesinos que trabajan en una plantación de café y busca conectar a la empresa con supermercados. La cadena Whole Foods firmó un acuerdo y próximamente distribuirá este café nicaragüense en EE.UU.
Otra sorpresa fue la presentación de un proyecto dedicado a prevenir o actuar en casos de abusos sexuales en los campos agrícolas —lamentablemente muy comunes.
También se rindió homenaje a los veteranos de la marcha Delano-Sacramento de 1966.
Como es tradicional en las convenciones de la UFW, numerosos politicos, funcionarios y artistas estuvieron presentes, mientras delegados de diferentes regiones y empresas agrícolas discuten el rumbo del sindicato y votan por sus representantes y se informan de nuevas leyes y oportunidades.
La convención culminó el domingo 22 de mayo con la participación del expresidente Bill Clinton, quien habló a una entusiasta audiencia. Obviamente promocionó la campaña electoral de su esposa, Hillary Clinton, a la presidencia.