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Un nuevo Trump… ¿o el mismo de siempre?

El ataque terrorista que experimentó el ex presidente Donald Trump en Pennsylvania provocó la condena universal de todos los sectores del espectro político.

Y ha generado simpatía por un Trump que queda humanizado al ser visto como víctima de la violencia. Simpatía, hasta entre recalcitrantes oponentes del expresidente.

Su esposa Melania Trump recalcó la dimensión humana del expresidente cuando en un mensaje a la nación menciona “…la pasión de Donald: su risa, ingenio, amor por la música e inspiración… Donald, el hombre generoso y afectuoso…”

El mismo Trump escribió en Truth Social. “En este momento es más importante que nunca estar unidos… y no permitir que el mal triunfe”.

Esas son palabras reconfortantes. Lo que se espera de un líder nacional: promover la unidad.

Un nuevo Trump

¿Estamos entonces ante el surgimiento de un nuevo Trump? ¿Un Trump que renace con un espíritu de tolerancia, fraterno, humanista? ¿Un Trump que, tras estar en la mira de un francotirador que derramó sangre y que por casi una pulgada cambia la historia, repiensa valores, ética?

¿Será que esta experiencia de sobrevivencia cambie a este hombre arrogante de exabruptos ofensivos e hirientes?

Después de todo, cuando se viven experiencias traumáticas, algunas personas quedan marcadas profundamente y generan cambios substanciales en sus vidas.

El zorro

Pero algunos incrédulos, forjados en batallas políticas intensas, no creen en la transformación cuasi religiosa de un Trump al que ven como un artero y maquiavélico hombre de negocios que ha insultado y defraudado a lo largo de su vida.

“El zorro pierde el pelo, pero no las mañas”, dice el popular dicho.

Y si uno se refiere al récord histórico del ´zorro´, pues es difícil creer en una transformación.

Después de todo este es el mismo Trump que insultó a inmigrantes, discapacitados, mujeres, periodistas, musulmanes, mexicanos, afroamericanos, asiáticos, prisioneros de guerra, políticos, jueces.

Es quien dijo barbaridades imposibles de olvidar, como que los supremacistas raciales que marcharon en Charlottesville, Virginia, con antorchas, saludos nazis y cánticos antisemitas eran “buena gente”. El que elogió a Robert E. Lee cuando el “gran general” en realidad luchó por un país con esclavitud.

Y más recientemente, es el Trump que en su primer día en la Casa Blanca piensa deportar a millones de migrantes que, según el expresidente, están contaminando la sangre de la nación. Una referencia similar a la de Adolfo Hitler en su ´Mein Kampf´.

“Están contaminando a nuestro país. Están contaminando la sangre de nuestro país”, dijo Trump el 16 de diciembre pasado en un mitin político en New Hampshire. “Vienen de todas partes del mundo. Vienen de prisiones. Provienen de instituciones mentales y manicomios. Son terroristas. Absolutamente eso está contaminando a nuestro país. Eso está contaminando la sangre de nuestro país”.

Por eso si retorna a la Casa Blanca amenazó con que una de sus primeras medidas sería ordenar que la Guardia Nacional y las policías locales congreguen en centros de detención a millones de hombres, mujeres y niños inmigrantes quienes serían sumariamente deportados.

«El primer día de mi nueva administración, sellaré la frontera, detendré la invasión de personas que cruzan nuestra frontera y enviaré a los extranjeros ilegales de Joe Biden de regreso a casa, donde pertenecen», dijo Trump en Wildwood, Nueva Jersey. «Hay que enviarlos a casa».

Para llevar adelante medidas tan devastadoras, Trump tendría que ignorar el orden constitucional. Por eso es que ha afirmado que temporariamente quiere ser dictador. Un dictador, además, con sed de venganza contra sus enemigos políticos.

Un dictador que seguramente liberará a los que asaltaron el Congreso Nacional el 6 de enero de 2021 en un intento de golpe de estado y que actualmente están en prisiones con condenas que incluyen asalto y sedición, pero que para Trump son “patriotas” y no criminales.

No olvidar

No puede caber ninguna duda que se debe condenar el ataque contra Donald Trump perpetrado por un joven miembro del partido republicano, pero al mismo tiempo no podemos ingenuamente olvidar el récord del expresidente que ha contribuido a la polarización de la nación y, en algunos casos, ha servido de inspiración a criminales.

La violencia verbal, las amenazas, generan un clima de tensión y violencia que inspira a la concreción de actos criminales, como lo sugiere el reporte de ABC News en el que se identifica 54 casos criminales en los que los perpetradores hacen referencia a Trump. A continuación, algunos de estos casos.

En Boston, el 19 de agosto de 2015, después de golpear con una barra de metal a un vagabundo de ascendencia mexicana que dormía, Steven Leader, de 30 años, le dijo a la policía: «Donald Trump tenía razón, todos estos ilegales deben ser deportados». La víctima, sin embargo, no era una persona indocumentada.

Cuando agentes del FBI arrestaron a John Martin Roos, en White City, Oregón, por amenazar a funcionarios federales, encontraron varias bombas caseras y armas de fuego en su casa. En los tres meses previos a su arresto en abril de 2016, Roos publicó al menos 34 mensajes en Twitter sobre Trump, amenazando repetidamente a afroamericanos, musulmanes, inmigrantes mexicanos y a los «medios liberales», y en documentos judiciales, los fiscales señalaron que el partidario declarado de Trump publicó esta amenaza en Facebook: «El establishment está tratando de robarle las elecciones a Trump… Obama ya está en una lista de asesinatos… Tu [nombre] también puede estar allí».

El 10 de noviembre de 2016, un joven de High Springs, Florida, supuestamente agredió a un hispano desprevenido que estaba limpiando un estacionamiento afuera de una tienda de alimentos local. «De repente lo golpearon en la parte posterior de la cabeza», dice un informe policial sobre la víctima. «[La víctima] preguntó al sospechoso por qué lo golpeó, a lo que el sospechoso respondió: ‘Esto es por Donald Trump’.”

Clifton Blackwell, de Milwaukee, fue arrestado en noviembre de 2019 por la policía después de supuestamente arrojar ácido en la cara de un peruano-estadounidense y acusarlo de estar ilegalmente dentro de los Estados Unidos. Antes de atacar a la víctima afuera de un restaurante mexicano, Blackwell supuestamente le preguntó: «¿Por qué invades mi país?». y «¿Por qué no respetas mis leyes?» El ataque fue captado en vídeo por cámaras de vigilancia y la víctima sufrió quemaduras de segundo grado en el rostro y el cuello. Cuando la policía registró la casa de Blackwell, encontró piezas de armas y “tres cartas dirigidas al presidente Donald Trump”, según un informe policial. Y cuando la policía entrevistó a un empleado de una tienda de comestibles frecuentada por Blackwell, el empleado le dijo a la policía que Blackwell “habló muchas veces de su apoyo político al presidente Trump”, según un informe policial.

El 3 de agosto de 2019 un hombre armado abrió fuego en un Walmart en El Paso, Texas, matando a 22 personas e hiriendo a otras 24. El FBI calificó la masacre como un acto de «terrorismo interno» y la policía determinó que el presunto tirador, Patrick Crusius, de 21 años, publicó en línea una larga diatriba antiinmigrante antes del ataque. «Atribuimos ese manifiesto directamente a él», según el jefe de policía de El Paso, Greg Allen. Al describir el próximo asalto como «una respuesta a la invasión hispana de Texas», el autor del escrito dijo que «los medios» «culparían a la retórica de Trump» por el ataque, pero insistió en que sus puntos de vista antiinmigrantes «son anteriores a Trump», un aparente reconocimiento de que al menos algunas de sus opiniones se alinean con algunas de las declaraciones públicas de Trump.

El FBI arrestó a Eric Lin, de Clarksburg, Maryland, por enviar mensajes amenazantes y llenos de odio a través de Facebook prometiendo matar a una mujer del área de Miami y a “todos los hispanos en Miami y otros lugares”, como lo describió el Departamento de Justicia.  Durante dos meses, la mujer recibió 150 páginas de mensajes de Lin, dijo el FBI. En junio de 2019, Lin supuestamente escribió: “En 3 cortos años, toda tu raza, toda tu cultura perecerá, solo entonces, después de que mate a tu familia [epíteto], te permitiré morir colgada de un alambre de metal”. Un mes después, el 19 de julio de 2019, supuestamente escribió: “Agradezco a Dios todos los días que el presidente Donald John Trump sea presidente y que lanzará una guerra racial y una cruzada para mantener a los n—-rs, S—s , y musulmanes y cualquier grupo peligroso no blanco o étnico o culturalmente extranjero ‘En Línea’”. En su cuenta de Facebook, Lin dice que «estudió en la Universidad Trump» y elogia repetidamente a Trump por, entre otras cosas, «fomentar el odio racial» y “hacer que el racismo vuelva a estar bien”.

Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Martín Ocampo

    Escritor y periodista de Paysandú, Uruguay, quien actualmente reside en Nueva York, EE.UU., en donde ha trabajado en diversos medios. Su corazón es charrúa y su pluma es latina.

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