Recuerdo aquel día en que cerré mis ojos para observar tu mundo ensayado y ciego, o aquel momento en que cerré la puerta de la tradición para imaginar tus propuestas, creadas por una búsqueda incesante, atravesadas por la daga de la intemporalidad y la revolución.
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
Recuerdo aquel día en que cerré mis ojos para observar tu mundo ensayado y ciego, o aquel momento en que cerré la puerta de la tradición para imaginar tus propuestas, creadas por una búsqueda incesante, atravesadas por la daga de la intemporalidad y la revolución.