Diego Armando Maradona no armó un equipo. Lo armaron a él. Como si supiese algo, se paseó por el espacio reservado al DT y atrajo miradas, cámaras, críticas, simpatía y hostilidad en todo el mundo. Pero entrenador no es, ni fue, ni será.
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
Diego Armando Maradona no armó un equipo. Lo armaron a él. Como si supiese algo, se paseó por el espacio reservado al DT y atrajo miradas, cámaras, críticas, simpatía y hostilidad en todo el mundo. Pero entrenador no es, ni fue, ni será.