Al finalizar el encuentro, las bocinas de los coches, los cánticos de “A por ellos oooooeeeeee, a por ellos”, el ondear de banderas y las caras embriagadas de alegría volvían a ocupar las plazas y calles de las ciudades durante dos horas desiertas y en silencio.
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
Al finalizar el encuentro, las bocinas de los coches, los cánticos de “A por ellos oooooeeeeee, a por ellos”, el ondear de banderas y las caras embriagadas de alegría volvían a ocupar las plazas y calles de las ciudades durante dos horas desiertas y en silencio.