La Beata Laura Vicuña, niña muerta bajo extrañas circunstancias el 22 de enero de 1904 y venerada desde entonces por los fieles católicos, no tenía en realidad el cuerpo alto y esbelto, el rostro pálido, los ojos azules, ni las facciones de una modelo de pasarela italiana, sino que era una indiecita pequeña, de rasgos toscos y el pelo semirapado.
Las personas que reúnen los requisitos para recibir la vacuna contra el coronavirus nos dicen que se están topando con barreras que están diseñadas en los mismos sistemas destinados a atender a las personas con mayor riesgo de morir por la enfermedad. Tenemos previsto continuar el seguimiento de estos obstáculos.
La prioridad en vacunar es para trabajadores sanitarios, mayores de 65, docentes y trabajadores de los servicios de emergencias, alimentación y agricultura.
La Beata Laura Vicuña, niña muerta bajo extrañas circunstancias el 22 de enero de 1904 y venerada desde entonces por los fieles católicos, no tenía en realidad el cuerpo alto y esbelto, el rostro pálido, los ojos azules, ni las facciones de una modelo de pasarela italiana, sino que era una indiecita pequeña, de rasgos toscos y el pelo semirapado.