De pronto sobrevino un fuerte ruido subterráneo y las sonrisas se esfumaron de los rostros. La tierra empezó a temblar con una furia ascendente. Fue un sismo largo, interminable, y las enormes lámparas del Congreso oscilaron amenazadoramente sobre las cabezas de los dignatarios.
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
De pronto sobrevino un fuerte ruido subterráneo y las sonrisas se esfumaron de los rostros. La tierra empezó a temblar con una furia ascendente. Fue un sismo largo, interminable, y las enormes lámparas del Congreso oscilaron amenazadoramente sobre las cabezas de los dignatarios.