Jacques Mesrine, hijo de un industrial parisino, decidió convertirse a los 23 años en un asesino. “Uno de esos salvajes animales criminales que matan a sangre fría, una criatura de carne y hueso que no siente el menor remordimiento”
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
Jacques Mesrine, hijo de un industrial parisino, decidió convertirse a los 23 años en un asesino. “Uno de esos salvajes animales criminales que matan a sangre fría, una criatura de carne y hueso que no siente el menor remordimiento”