Fue para la cama y comenzó a arquear, como cualquiera que tuviera una ingesta, y así hasta la noche en que pudo vomitar, qué, no sé, algo en su estómago que se le revolvía. Y la fiebre, el mercurio que sube y anuncia que algo nefasto ya estaba ocurriendo.
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
Fue para la cama y comenzó a arquear, como cualquiera que tuviera una ingesta, y así hasta la noche en que pudo vomitar, qué, no sé, algo en su estómago que se le revolvía. Y la fiebre, el mercurio que sube y anuncia que algo nefasto ya estaba ocurriendo.