Desesperado está Waldo Quiñones sin novia. Para más remate es verano y las mujeres andan casi sin ropa por la calle y a él se le cae la quijada de las ganas. Se inscribe en la Internet, concierta citas virtuales. Pero cuando aparecen las hembras no sabe qué decir. Entonces se le van, se le escapan.
En otra triple entrega de sus Máximas y Mínimas, Rafael Carvajal nos despierta con estos aforismos que inducen a pensar, rabiar, amar, rechazar o simplemente, sorprendernos
Desesperado está Waldo Quiñones sin novia. Para más remate es verano y las mujeres andan casi sin ropa por la calle y a él se le cae la quijada de las ganas. Se inscribe en la Internet, concierta citas virtuales. Pero cuando aparecen las hembras no sabe qué decir. Entonces se le van, se le escapan.