Trump y la hidroxicloroquina: mentiras que cuestan la vida

Trump quiere crear, también desesperadamente, la falsa sensación de que existe un remedio, de que la vacuna está a la vuelta de la esquina, de que la salvación ha llegado, de que la crisis se ha superado y que él puede clamar “¡Victoria!” en noviembre. ¿Qué mejor que una cura mágica?

De tantas veces que el presidente Trump ha dicho mentiras, o forumulado ataques salvajes, o inventado conspiraciones alocadas, pretensiones inexistentes, ofensas contra todo quien lo contradiga o no le adule, de tanto que habla, ya nos marea, nos ahoga. Tratamos desesperadamente de ignorarlo y hacer como si no existiera.

Oportunidades desperdiciadas

De tantas escándalos diarios, parece que estamos viviendo una pesadilla. Que no puede ser.

Pero lo es. Y va de mal en peor.

Este hombre es un riesgo. En vez de sus acciones, declaraciones, tuits e inacciones equivocadas, con un liderazgo correcto y una administración medianamente eficiente se podía haber evitado la muerte de miles de estadounidenses. Si la orden de confinamiento en las casas se hubiera dado 15 días antes. Si se hubiera declarado el estado de emergencia para incrementar la producción de respiradores. Si se hubiera suministrado a los estados lo que los estados pedían – ¡máscaras!, ¡batas!…

Pero ni existe el liderazgo correcto ni una administración medianamente eficiente.

Hidroxicloroquina o no

Esta semana se publicó la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que suspende “temporalmente” el uso de la hidroxicloroquina para tratar el COVID-19. Se veía venir y solo confirma la evidencia médica a los ojos de todos.

Como se recordará,Trump promovió incesantemente las supuestas y falsas virtudes de la hidroxicloroquina, un medicamento para tratar la malaria, en la prevención y tratamiento del coronavirus. Llegó al punto de afirmar que lo estuvo tomando, personalmente, de manera preventiva por tres semanas.

Muy probablemente, lo hizo.

Y peligrosamente, algunos médicos trumpistas se revolcaron en el barro para encontrarle algún lado de autenticidad a la afirmación de su ídolo de que «funciona».

Pero el estudio muestra la falacia de las afirmaciones de la Casa Blanca sobre la hidroxicloroquina, la hipocresía en las loas a esta medicina, la realidad imaginada en la que quiere vivir el 40% del país.

La primera vez que alabó la hidroxicloroquina lo hizo quizás sin demasiados miramientos ni atención ni despropósitos. Quizás ni siquiera se dio cuenta. Fue criticado por su ignorancia. Y como no soporta que le descubran un error, ahí es cuando insistió (“doubled down”) sin límites.

La cura mágica

Pero no solamente eso. Trump quiere crear, también desesperadamente, la falsa sensación de que existe un remedio, de que la vacuna está a la vuelta de la esquina, de que la salvación ha llegado, de que la crisis se ha superado y que él puede clamar “¡Victoria!” en noviembre. ¿Qué mejor que una cura mágica, sea inyectarse lavandina, ingerir un químico con largo nombre, junto con alentar a que otros vayan a la iglesia, so peligro de contagiar unos a los otros, mientras que él juega al golf? ¿Eh?

Sin contar su defensa – en Twitter – en la que agresivamente alega que «¡por tres meses no jugué al golf!» Podemos reírnos.

Esta insistencia casi demencial en la hidroxicloroquina es perniciosa y hace que miles de sus fanáticos la tomen. Piensan que eso los protege y se arriesgan a ser contagiados, enfermar, contagiar a otros y hasta morir. Independientemente de que quienes realmente lo usan para tratar el paludismo ahora no lo encuentran.

¿Qué les ha sucedido a los seguidores incondicionales de Trump que corrieron a abastecerse de la droga? ¿Quién lleva la cuenta de contagios?

Un verdadero peligro

Simultáneamente, la división política en el país llega a extremos angustiantes, que se reflejan en playas y bares repletos de gente sin máscara y sin distanciamiento, que están ahí arrimándose unos a otros como a propósito, y que inevitablemente resultan en más contagios.

La OMS, para explicar su decisión, citó un estudio de la prestigiosa revista médica The Lancet que muestra más, y no menos mortalidad, en pacientes que tomaron hidroxicloroquina que en los que tomaron un placebo.

Hasta en FoxNews, la red de noticias de cable que sirve como megáfono del Presidente, lo han desmentido y alertado a la población del daño que se pueden causar.

Enfrentamos un verdadero peligro con este presidente. Un peligro inimaginable si llegamos a las elecciones y si las gana. El COVID-19 no tenía por qué matar tanta gente. Y encima de la ineptitud de su gobierno, el presidente insiste en incitar a su gente contra sus críticos. y convertirlo en arma electoral. Es inaceptable.

Para ganar, todo le vale.

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Gabriel Lerner

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent. More »

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