Un mensaje resplandece en el freeway

A unas cuadras de mi casa en el Este de Los Angeles, exactamente a la salida de la autopista 10 y casi sobre el bulevar – así llamado aunque no sea tan ancho ni tenga una medianera sembrada de árboles – City Terrace, yace un cartel publicitario.

Es gigantesco, muy visible, seguramente caro, y escenario inevitable para todo aquel que, como yo, emerge de la carretera rumbo al barrio.

Los carteles publicitarios han constituido durante décadas una presencia contínua y natural en Los Angeles, como las mismas supercarreteras y calles.

Un mensaje resplandece en el freeway
Dia del Juicio, anunciado para el 21 de mayo de 2011.

Más que productos, pregonan conceptos, ideas. Tratan de sobrevivir a la feroz competencia por los segundos perdidos de nuestra atención bombardeándonos con imágenes sobrecogedoras y frases supuestamente certeras e impresionantes. Dicen de todo.

Por eso, el vecino de mi cartel vende un lote en el cementerio. La foto es de una abuela. El fondo es negro. La anciana, de origen oriental, sonríe. ¿Por qué?

Entre las ideas así difundidas las hay políticas, como el “¿Dónde está mi certificado de nacimiento?” que pobló la carretera interestatal 5 a la altura de la ciudad de Commerce en julio de 2009, atacando al presidente Barack Obama.<

O de carácter policial, como los 300 carteles en donde Lamar Advertising puso, gratis, la imagen del sospechoso del ataque contra el fan de baseball en el estadio de los Dodgers en marzo pasado. Aunque no llevó directamente a la captura del por ahora sospechoso del ataque, millones de personas lo vieron.

Y pululan no solamente en los freeways: sobre el boulevard Sunset en West Hollywood se ve intermitentemente y desde hace muchos años la figura curvilínea de la misteriosa artista Angelyne, de quien se sabe que nació en 1957 en Idaho y poco más.

Es decir: los carteles publicitarios cuentan la historia de Los Angeles en tiempo real. La relatan al angelino en su entorno mas natural: los freeways.

Un artista, Steve Martin, lo captó en una tiernísima película de 1991, “LA Stories”, creando el personaje de un cartel publicitario inteligente con quien el protagonista se aconseja acerca de sus verdaderos sentimientos.

Y volviendo a estos tiempos: rápido, ¿cuál es la inmensa ventaja de los “billboards” de Los Angeles? ¡Correcto!: la congestión en las carreteras. Gracias a ésta florecen. Es que mi ciudad tiene el índice más alto de congestión vehicular del país: 1.8 millones de horas de tiempo de espera, cada día.

En 2010, de los 50 principales “cuellos de botella” del país, 14 se encontraban aquí, así como 29 de los primeros 100, en cruces como el cruce de las autopistas 405 y 101, la misma 101 a la altura de Vermont, o Spring, la ruta 5 en la salida de la calle 7…

Después de todo, somos la capital mundial del automóvil.

Entonces: las empresas publicitarias confian en que, mientras esperamos a que se muevan las ruedas del carro delante de nosotros, y ya que no es más legal hablar por el celular utilizando las manos, y ya que segun el censo de 2000, en el 70% de los automóviles del condado de LA está solamente el conductor… miremos su anuncio publicitario. Dependiendo del lugar y el tamaño, usted pagará, entre 600, 2500 y leo que en San Francisco, hasta 30,000 dólares por mes. El precio del cartel sobre la Sunset, de Clear Channel: unos 10,000 dólares por mes. Eso incluye nada más que el tiempo de exposición.

Es buen negocio, y por eso su tecnología avanza a pasos agigantados: carteles luminosos que se ven claramente desde la distancia; carteles con breves videos publicitarios; carteles con un nuevo aviso cada tres segundos.

Y con cada vez mayor frecuencia, los carteles se usan para difundir ideologías, pensamientos y comunicación social.

Vuelvo finalmente a “mi” cartel, el de la empresa CBS, el que veo en “mi” salida de regreso del trabajo, para contar que durante semanas mostró el anuncio del supuesto Día del Juicio que sobrevendría el 21 de junio. Lo antecedió otra muestra de mal gusto: la foto repetida tres veces de una mujer en paños menores vista por atrás y en pose sensual, como excusa para la venta de ropaje de una fábrica angelina antes conocida por la sensibilidad política progresista de sus dueños y acusaciones de que empleaban hasta 1,500 indocumentados.

¿Y qué muestran ahora? Para balancear, nos presentan la imagen de un jovencito latino uniformado y en posición de firmes, en el acto de cumplir un sueño y un destino: ser un voluntario en la Infantería de Marina de Estados Unidos.

Como dijo el Rey Salomón en Eclesiastés: 3:1 «Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol».

Aunque también dijo esto: «vanidad de vanidades».

Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito.
Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio.
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Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then.
Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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