Una lección de macroeconomía

Asi dice: “La recesión de 2009 –el año que se nos viene en pocos días- reclamará dos millones de empleos en todo el país y será el peor golpe a la economía desde comienzos de los 80’, predice un grupo de economistas de la Universidad de California. A esos dos millones, California contribuirá 185,000.”

Así publicó el 11 de diciembre  Pete Carey del Mercury News.

El mismo  día, el gobierno federal anunció que el mes pasado se agregaron a las filas de los desocupados más de 520,000 nuevos nombres. El ritmo parece ser mayor que incluso lo pronosticado. El total en tres meses, en el ámbito nacional, es de más de 1.25 millones de personas.

Y eso que se habla solamente de aquellos que se presentan en las oficinas del gobierno para solicitar empleo y beneficios de desempleo.

No están registrados los que desistieron del esfuerzo.

Ni aquellos a quienes se les acabó el beneficio y ya no tienen nada.

Ni los que trabajan en puestos de tiempo parcial.

Y menos a los indocumentados, los que se emplean en la economía informal, los vendedores de algo.

De considerar todos estos, el porcentaje de cesantía nacional, que subió este mes a 6.7%, sería de casi el doble.
Siguiendo la nota de Carey sobre los expertos del Pronóstico Anderson de UCLA, dicen que la economía se contraerá durante la primera mitad del año entrante a causa de un bajo nivel de consumo y actividad empresarial, una crisis crediticia y una caída en las exportaciones.

“Es difícil ver alguna fuerza que nos impulse fuera de esto”, dijo Edward Leamer, director de este pronóstico trimestral.
“Será un año de contracción económica con California, con una cesantía del 8.7%”.

Lo cierto es que ya ahora hay mayor proporción de desocupación oficial en California que en cualquier otro estado.

Un padre de familia con tres hijos me dice que le redujeron las horas en su trabajo, a 40, lo que es el tiempo normal. “Es que antes hacía 65 por semana”, detalla. Trabaja en una planta que procesa cartón reciclado para enviarlo a China.
“Los chinos ya no compran nada, porque ya no venden nada”, me explicó.

Este hombre acababa de darme una lección de macroeconomía.

“El cartón que la gente lleva al recycle nosotros lo procesamos y vendemos a China, que lo usa de vuelta y lo manda envolviendo lo que nos vende”.

“Pero ahora no compran nada, porque ya no nos venden”.

Además, me explicó, los 35 trabajadores de la planta decidieron de común acuerdo reducir sus propias horas de 65 a 40 para evitar el despido de algunos de ellos. Ahora, no ganan horas extras. Pero al menos tienen empleo.

“Es que todos tenemos familias y renta que pagar”.

Los expertos de UCLA dicen que California perderá empleos a un ritmo menor que el resto, proque ya los perdió: en construcción, finanzas, etc.

“No esperábamos el Pánico de 2008”, explica el informe su nueva posición de que se vienen tiempos malos para California.
“El gasto del consumidor se derrumbó, la industria automotriz suplica por una ayuda que la salve de la bancarrota, los bonos del Tesoro de corto plazo tienen 0% de intereses, y la bolsa de valores perdió otro 20%”, dice Carey.

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