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Para terminar con su novia de cinco años, Wilfredo Lara, natural de Lima, se encuentra con ella en el restaurante Pío Pío donde ordena una jalea y una Inca Cola para agilizar el golpe que ha de asestarle a su futura ex, camarera.
Karina, antioqueña, de 25 años de edad, responde a la cita ignorando lo que se le viene encima. Al salir del Pío Pío, el Blackberry de Lara comienza a bipear descontrolado. Mira la pantalla y recibe una diarrea de mensajes: Te amo, te adoro, no puedo vivir sin ti, intentémoslo otra vez.
Después de 100 mensajes de texto que recibe durante la semana, decide cambiar su teléfono. Pero llegan los e-mails en cadena, 50, 100, 178 e-mails recibe Lara, cada uno con un mensaje distinto tratando de convencerlo «Volvamos» «No puedo vivir sin ti» . En cuanto la bloquea de su cuenta de correo electrónico, comienza la artillería de mensajes por Facebook.
A la semana de terminar, Karina es borrada de Facebook, del correo electrónico y del fono de Wilfredo tras lo cual este se va de fiesta, se coge a dos mujeres por noche que recoge en un bar a la vuelta de su casa en Woodside hasta que se le pasan las ganas.
Wilfredo goza vida de soltero por cinco años hasta que un día conoce a Sarita, una caleña cajera de Tierras Colombianas que tiene 20 y cuyas curvas lo dejan prácticamente sin aire.
Lara la invita a salir a bailar vallenatos a los boliches colombianos, aprende vallenatos y finalmente, bailando vallenatos con ella la conquista. Tras la primera pelea, por celos, ella lo cita un día que está libre en Tierras y sencillamente le dice que lo deja, que no se vuelva a aparecer por allí que se acabaron los vallenatos y las citas.
En cuanto sale del restaurante, Sarita la caleña recibe 100 mensajes de texto. Como se siente medio acosada, decide cambiar su número de teléfono.
Pero llegan los e-mails en cadena, 50, 100, 178 e-mails recibe Sarita, cada uno con un mensaje distinto tratando de convencerla «Te amo, te adoro, no puedo vivir sin ti, intentémoslo otra vez». En cuanto la bloquea de su cuenta de correo electrónico, comienza la artillería de mensajes por Facebook…