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Biden debe declarar una emergencia climática

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Estamos en una emergencia climática global. En Inglaterra y Francia las olas de calor sin precedentes mataron a centenares de personas y sumieron a estos países industrializados en el desconcierto. Las temperaturas globales continúan aumentando, y los países industrializados de Europa sufren una ola de calor mortal que rompe récords y que causó centenares de muertos adicionales. 

Emergencia en medio del absurdo

Su infraestructura está basada en resistencia al frío, no al calor, y la adaptación requiere cambios sociales y económicos estructurales. 

En nuestros estados del sur, la población sufre temperaturas de más de 102 grados Fahrenheit.

Mientras tanto, en Washington, un solo personaje, el senador Joe Manchin de West Virginia, retira su respaldo de una legislación climática echando por tierra un año de trabajo durante el cual hizo creer a sus colegas que apoyaría el proyecto. 

El paquete contenía cientos de miles de millones de dólares en créditos fiscales de energía limpia y numerosas medidas climáticas adicionales. 

Manchin, una vez más, incumplió su responsabilidad ante los otros senadores demócratas y la población estadounidense y declaró que no apoyaría ningún nuevo presupuesto para contrarrestar el cambio climático. 

Parecería que el futuro de nuestro país está en manos de Manchin y sus cálculos, tanto políticos como personales: es el fundador de Enersystems, Inc., una empresa que toma carbón residual de minas abandonadas las vende a una planta de energía contaminante.

Y esto sucede porque en el Senado hay 50 demócratas y 50 republicanos, lo que hace que su voto sea crucial. 

El verdadero escollo

Pero en nuestra democracia, es común que en los dos principales partidos haya diferentes opiniones y que los legisladores actúen como Manchin. 

El verdadero escollo son los republicanos, que al unísono y liderados por Mitch McConnell, están empecinados en rechazar cualquier iniciativa de la administración Biden.

Aunque muchos de los damnificados por el cambio climático sean sus votantes. No importa. 

Un acuerdo entre demócratas y republicanos en el Senado parece imposible, especialmente cuando se acercan las elecciones nacionales de noviembre. 

La única opción en este momento es que el presidente Biden declare en una orden ejecutiva una emergencia climática, lo que desbloquearía recursos federales para proyectos de energía limpia, detener la extracción de petróleo de altamar, y una miríada de avances que son urgentemente requeridos. 

Qué dirá Biden

Hasta ahora la reacción de la Casa Blanca a esta idea ha sido mixta. Por una parte, reconoce la necesidad de medidas presidenciales; por el otro insiste en que el presupuesto del cambio climático depende del Congreso. 

Evidentemente, una legislación es mejor que una orden ejecutiva, que es de alcance limitado y puede ser anulada por el próximo presidente. 

Y es indudable que una orden ejecutiva tal levantará un alud de protestas e intentos de bloqueo en corte por parte de los enemigos del medio ambiente. Pero no hay otra opción. 

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