Se piensa que hay dos principales razones por lo que la gente no iría a los concesionarios. Una, que se produciría una recesión, como la ocurrida en el 2009. Otra con esta pandemia que nos azota. El problema es que las dos llegaron al mismo tiempo.
Desde que COVID-19 comenzó a extenderse rápidamente por los Estados Unidos, las ventas de automóviles se han desacelerado considerablemente. Han puesto en jaque a muchos fabricantes.
Se piensa que esta recesión automotriz causada por la pandemia, haga que el propietario promedio de un automóvil en Estados Unidos, que conserva su auto por unos 12 años, lo mantenga por unos años más. Sería devastador para la industria.
Hoy hay 278 millones de automóviles en las carreteras del país. Sus propietarios conservan sus vehículos en un promedio de 11.8 años, según la firma de investigación IHS Markit.
Pero la cifra que aterra a los fabricantes y es reveladora, es que la cantidad de automóviles que estará en la propiedad de sus propietarios aumentará a 16 años o más llegando hacia el 2023.
La gente mantiene los autos por más tiempo porque duran más debido a una mejora en la calidad de los vehículos. También porque muchos ya están optando por trabajar desde sus casas. Así, dejan el vehículo como un elemento para compras o paseos, y no para llegar y regresar del trabajo.
Pero el peor efecto que podría ser devastador para la industria, es que la compra de automóviles se derrumbe durante una recesión, o por una inusitada pandemia, como las que nos azota.
En 2007, se vendieron más de 16 millones de automóviles en Estados Unidos. Ese número se redujo a unos 10 millones durante la recesión del 2009. Los consumidores se quedaron con la única opción de mantener sus autos por más tiempo del que consideraban hacerlo.
Entre los 70 y 80, las automotrices estadounidenses fabricaban autos con fiabilidad (si el propietario los cuidaba bien), de entre 3 y 5 años. Con la llegada de los modelos Japoneses más fiables, el mercado empezó a cambiar. Los consumidores se acostumbraron a poseer más tiempo sus autos, como se estila en otros países.
Una de las razones por la cual las personas extenderán la propiedad del automóvil es el lapso que lleva pagar los préstamos. Estos se extienden regularmente hasta 84 meses. Los propietarios necesitan mantener estos autos durante esos siete años solo para pagar la obligación. Venderlos antes les resultaría en una pérdida.
Este nuevo lapso que los consumidores mantienen sus automóviles afectará profundamente a las compañías automotrices, que ya están en problemas. Deberán sacar algún conejo de la galera. Hacer alguna magia y poder salir de su inventario.
Se espera que el período de tiempo que los consumidores mantienen sus automóviles ciertamente aumentará este año. Hasta que esta pandemia que llama a una recesión, se detenga.
Mientras tanto los fabricantes deberán hacer malabares para colocar toda su producción. Será como el juego de las cinco sillas con 10 personas dando vueltas a su alrededor, esperando que cese la música para sentarse. Algunos se quedarán parados, y deberán de claudicar.
Y como pasó con Scion, Saturn, Pontiac, Hummer, Mercury, Plymouth y antes Suzuki, Isuzu, Oldsmobile, Daihatsu, Yugo, algunas automotrices deberán hacer las maletas y salir por la puerta de atrás.
Lee también
Los idiotas no desaparecen, solo se reciclan: los antimáscaras de 1918
¿Qué país es Estados Unidos?, por Samuel Schmidt
Coronavirus crea oportunidades para propietarios de autos nuevos
