Si una cosa se puede decir con toda certeza es que la historia de los latinos en los Estados Unidos es una de tenacidad, de lucha, de ganas sobrehumanas, o quizás muy humanas, de vencer toda adversidad, de sobreponerse a todos los obstáculos de una vida dura donde nada se les ha dado de gratis. Es una historia de valentía, de heroísmo, que a través de un enorme esfuerzo personal, familiar y a menudo colectivo, han sabido sobreponerse una y otra vez a la discriminación, el racismo, la falta de oportunidades y el continuo esfuerzo de invisibilización a que han sido sometidos por el grupo hasta ahora dominante.
Es una historia de más de 500 años como hablantes del idioma español, la lengua colonial europea más antigua en lo que es actualmente el territorio de los Estados Unidos, y por cierto, del continente americano. Y aunque su presencia y contribución históricas hayan querido suprimirse y pordebajearse una y otra vez, EE. UU. no podría explicarse, y su historia quedaría mutilada por entero, si no se incluye lo que los latinos han representado desde siempre, hasta llegar a ser hoy una de las comunidades gestoras de las mayores fuentes de riqueza de este país.
Mirada solamente desde el punto de vista económico, la actividad productiva de los latinos es actualmente la de mayor incremento a nivel nacional. Esta realidad factual es de la que han venido dando cuenta al menos desde 2017 grupos de investigación de varias universidades. Según el Informe de 2023 presentado por un consorcio entre la Universidad de California de Los Ángeles, UCLA, y la Universidad Luterana de California, que recoge estadísticas de 2021, las más recientes disponibles de los programas de datos de agencias del gobierno, el Producto Interno Bruto (PIB) total de los latinos que viven en Estados Unidos fue de $3.2 billones (trillones en inglés), lo cual representó un aumento significativo en relación con los $2.8 billones de 2020, $2.1 billones de 2015 y $1.7 billones en 2010 (1).
El PIB es una medición que abarca el valor de todo lo producido por todos los individuos, empresas y organizaciones gubernamentales dentro del país, o como en el caso de estas estadísticas, de una población específica. Y junto a estas cifras hay que destacar que el aumento del PIB latino de 2021 ocurrió justo en medio de la pandemia del Covid-19, cuando los latinos fueron una de las comunidades más afectadas y con más alta mortalidad, en parte por la dificultad en el acceso a las vacunas, desatención primaria, falta de tratamiento oportuno, y en otros casos por trabajar en puestos de primera línea en hospitales y centros de salud donde estaban expuestos al contagio.
A su turno, el grupo investigativo liderado por la Universidad Estatal de Arizona y The Latino Donor Collaborative, una organización sin ánimo de lucro, indicó en un estudio similar al mencionado anteriormente: “el Poder Adquisitivo Latino (PAL) es impresionante con $2.4 billones (trillones en inglés)”; y añade: “Si los latinos en EE. UU. fueran un país, serían la quinta economía más grande del mundo, solo detrás de EE. UU., China, Alemania y Japón. Los latinos en EE. UU. no son un mercado de nicho, ni pequeño, ni como a veces se describen como un mercado del futuro. Ya es la tercera economía de más rápido crecimiento en el planeta, y pronto podría rivalizar con las tasas de crecimiento de China” (2).
La Office of Advocacy, de la Administración de Pequeños Negocios de los EE. UU., indicó en septiembre del año pasado que los hispanos poseen más de 4,5 millones de empresas pequeñas que dan trabajo a más de 2,9 millones de personas a nivel nacional (3), siendo los estados del suroeste, junto a Florida, Illinois y Nueva York donde se concentra el mayor número de estas empresas de enorme diversidad de producción y servicios. Resulta interesante notar que todos los estados del suroeste, donde vive el mayor número de latinos del país, eran estados mexicanos hasta 1848 cuando fueron tomados por la fuerza por EE. UU., obligando a México a la rendición de ese enorme territorio por la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo. El hecho de que la población y el desarrollo económico latino sean más grandes en estos estados demuestra la enorme resistencia histórica latina, sobre todo mexicana, en dicha región.
Una consecuencia predecible de esta monumental iniciativa empresarial es la creciente movilidad económica y social de las comunidades latinas tanto urbanas como suburbanas. Tim Anderson, periodista del periódico Stateline y experto en demografía, destaca que en la década 2012-2022 “el porcentaje de hogares hispanos en el país que calificaban como de clase media creció aproximadamente del 42% al 48%, mientras que la proporción de hogares blancos de clase media se mantuvo aproximadamente igual en 51%. La proporción de hogares negros de clase media creció más lentamente, del 41% al 44%”, entendiendo por clase media “una familia de tres personas que gane en promedio $46,000 en Nuevo México, o $53,000 para una familia del mismo tamaño en Florida, o $72,000 en Massachusetts y Nueva Jersey”. Elestudio se basó en los 15 estados con al menos 10% de población hispana (4).
Sin embargo, como indica Anderson, aunque las familias latinas bien establecidas muestran estabilidad financiera, también son las que experimentan mayor vulnerabilidad a la hora de mantener condiciones de vida estable y están más expuestas a situaciones constantes de inequidad y de retroceso social y económico. Por otra parte, pese a los millones de pequeños negocios de propiedad de los latinos, no quiere decir que sus dueños generen grandes ganancias, ni que contraten necesariamente a personas latinas. Aunque la cantidad de latinos, hombres y mujeres que trabajan en esas empresas sea un porcentaje importante, es todavía pequeño comparado con los más de 63 millones de latinos que viven en el país. Lo que sí significan estos datos es que los latinos son los actores y responsables directos en la generación de esta riqueza distribuida en las empresas e individuos (muchos de ellos no latinos) para quienes trabajan o cuyos productos consumen.
Este músculo productivo y de consumo latino en los Estados Unidos está lejos todavía de traducirse en una mayor participación, relevancia y presencia latina, y ni siquiera en términos de igualdad laboral. Como lo destaca un estudio reciente de McKinsey & Company, una empresa independiente de consultoría de negocios globales, “los latinos estadounidenses ganan solo 73 centavos por cada dólar que ganan los estadounidenses blancos y se enfrentan a la discriminación a la hora de conseguir financiamiento para crear y ampliar empresas. Los latinos tienen dificultades para acceder a los alimentos, a la vivienda y a otros elementos esenciales. Y su nivel de riqueza familiar —que afecta directamente a su capacidad para acumular y transmitir la riqueza de generación en generación— es solo una quinta parte del de los estadounidenses blancos no latinos” (5).
Comentando sobre el Informe del PIB latino en 2021, Ana Nieto, del canal alemán DW en Nueva York, enumera las distintas sombras que arrojan estas estadísticas, incluyendo que cerca de 10 millones de latinos viven en pobreza, que las mujeres ganan salarios más bajos que el de los hombres en las mismas actividades y profesiones, y que las dificultades para obtener créditos con bajos intereses limitan la iniciativa empresarial de la comunidad latina (6). Estas desigualdades son sentidas de manera preponderante entre la juventud latina que tiene que enfrentarse diariamente a la discriminación sistémica tanto en el acceso a la educación superior como en el mundo laboral.
En su libro Citizens but Not Americans: Race and Belonging among Latino Millennials (Ciudadanos, pero no estadounidenses: Raza y pertenencia entre los latinos mileniales), Nilda Flores-González presenta una serie de entrevistas en la que jóvenes latinos expresan cómo se sienten excluidos y limitados en sus aspiraciones, tanto por su apariencia física como por los prejuicios contra la cultura a que pertenecen. “Sentir que son ciudadanos, pero no estadounidenses, es el tema subyacente que encontré en mi investigación sobre los mileniales latinos de segunda y tercera generación”, dice la autora. Pero si los latinos nacidos en los EE. UU., que hablan inglés y han vivido siempre en esta sociedad, experimentan discriminación, es aún más traumático para los millones de latinos indocumentados que ya están establecidos en el país y también para los recién llegados, que no experimentan la misma bienvenida que reciben migrantes de países europeos, como pueden verlo con los ucranios que entran por la frontera con México.
Pese a todas estas desventajas, la población latina, acostumbrada a la resistencia y la lucha, encuentra los medios para proseguir en su búsqueda de estabilidad financiera personal y familiar. Este año 2024 más de 9 millones de latinos residentes serán candidatos a la ciudadanía. A través de ella tendrán no solo la posibilidad de mejores trabajos y movilidad social, sino la oportunidad de votar por candidatos que les favorezcan, o involucrarse directamente en la política para actuar a favor de la comunidad latina. Un promedio de 36.2 millones de latinos podrán votar este año, un aumento de casi 4 millones en relación con el año 2020.
En este año de elecciones presidenciales, donde nuevamente la campaña anti-inmigrante y anti-latina vuelve a ponerse tendenciosamente en el centro del debate, y a encender la llama del racismo y la estigmatización contra los latinos, la visibilización del poderío económico latino es una manera de ayudar a desmantelar la propaganda racista y oportunista. Para los latinos es una simple cuestión de justicia social y un golpe de realismo incontestable sobre el bienestar que producen a este país, a pesar de todo.
Fuentes citadas:
1) 2023 Latino GDP Report. Hard-working. Self-sufficient. Optimistic. Center for the Study of Latino Health and Culture of UCLA, and Center for Economic Research & Forecasting of California Lutheran University.
2) The 2023 Official LDC U.S. Latino GDP Report. 6th Annual Edition. The Role of the U.S. Latino Community in the U.S. Economy. By Dennis Hoffman, Ph.D. and José A. Jurado, Ph.D. Arizona State University.
3) “Datos sobre las pequeñas empresas: Estadísticas de propiedad hispana”. SBA. Office of Advocacy, 26 de septiembre de 2023.
4) “More Hispanic families are reaching the middle class”, por Tim Henderson, Stateline, enero 2, 2024.
5) “La situación económica de los latinos en Estados Unidos: El sueño americano aplazado”, por Lucy Pérez, Bernardo Sichel, et al. McKinsey Insights, 9 de diciembre de 2021.
6) “Latinos de EE. UU. serían la quinta economía mundial si fueran un país”. DW Español, 30 de septiembre, 2023.
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