En una misiva dirigida a ambas cámaras del Congreso y publicada el 7 de octubre, el Comité de Reporteros para la Libertad de Prensa urge a los legisladores a aprobar la propuesta de Ley PRESS o Ley de protección a los periodistas del espionaje estatal,(Protect Reporters From Exploitative State Spying Act), la HR 4250.
Se unieron a este petitorio 107 medios de comunicación y organizaciones de derechos de la prensa.
Actualmente la propuesta se encuentra en manos de comité en el Senado después de ser aprobada en la Cámara Baja en enero.
Se trata de una moción de ley bipartidista iniciada en el Congreso anterior que busca “mantener el libre flujo de información al público”. De ser aprobada y luego rubricada por el presidente, “haría ilegal que el gobierno federal obligue a periodistas (así como a proveedores de servicios de telecomunicación como ser empresas telefónicas y de internet) a revelar información concretamente protegida”, incluyendo sus fuentes confidenciales, con excepción de circunstancias tales como “prevenir actos de terrorismo o violencia inminente”.
Esta ley protegerá también a quienes sirven al interés público denunciando irregularidades del gobierno.
La propuesta, iniciada en 2023 por el congresista republicano de California Kevin Kiley y el demócrata Jamie Raskin de Maryland, cuenta con el apoyo de la gran mayoría de los miembros, con la excepción de la facción más fanática de congresistas MAGA, los admiradores de Donald Trump y los más hostiles contra los medios de comunicación. Esta facción ha logrado paralizar el progreso de la legislación. En el Senado la promueven el demócrata Ron Wyden de Oregon y el republicano Mike Lee de Utah.
Esta ley es necesaria porque aunque la protección de los periodistas está vigente en la legislación de 49 estados, no hay legislación federal actualizada al respecto, sino precedentes de la Corte Suprema.
Es importante que la ley sea aprobada lo antes posible, antes del fin de la sesión actual. Por sus amenazas e insultos, conocemos el odio de Trump y sus secuaces contra la prensa libre en general y la que lo critica en particular. Él ha anunciado repetidamente que de volver a la Casa Blanca, perseguirá a sus “enemigos”. Ha definido al partido Demócrata como “el enemigo interno” y ha prometido encarcelar a sus principales oponentes. Ha demandado el cierre de cadenas noticiosas como CBS. Estas son sus intenciones.
Para neutralizar su intento de destruir Estados Unidos como país democrático, la prensa libre cumple y cumplirá un papel crucial para vigilar a los gobiernos, exponer abusos de poder, denunciar corrupción, criticar la incompetencia y revelar los despilfarros innecesarios del erario.
La protección de los periodistas no es completa, y – recalcamos – sería invalidada si violan las leyes o si sus acciones ponen en peligro la seguridad nacional.
Una de las primeras acciones de los gobiernos autoritarios o dictatoriales es restringir la libertad de prensa. Esta ley será un escollo para prevenirlo.