Este martes, el partido Demócrata celebrará su segunda elección estatal primaria, en New Hampshire. Al final del proceso, el 13 de julio, elegirá a su candidato a presidente para el voto del 3 de noviembre.
Dramática transformación
Nuestro país atraviesa una dramática transformación. Dos sólidos campos se enfrentan con hostilidad y rencor. EEUU ha perdido su liderazgo global, retirándose de acuerdos y alianzas históricas. Se perfila un poder ejecutivo autoritario, un Senado sumiso y un Judicial inundado de centenares de nuevos jueces del molde del presidente.
En este contexto, gran parte del público que observa las primarias demócratas lo hace nerviosamente, analizando a los aspirantes con un criterio: seleccionar a quien pueda derrotar a Trump.
Muchos esperan que surja del ya reducido grupo un salvador, con poder de oratoria y carácter fuerte. Subordinan sus posiciones y planes a que en los futuros debates “venza” a Trump.
Hacen esto ignorando, en primer lugar, si se celebrarán debates. Pero más que ello,
Un potente caudillo
Para ganar los comicios, para limitar a Trump a un solo período, se requiere un esfuerzo conjunto, potente, total de toda la población. Se requiere un movimiento social. Porque es el caudillo de un movimiento social contrario e igualmente potente. Porque posee el poder y lo usará mientras pueda contra quienes percibe como enemigos.
Trump no se detiene. Casi inmediatamente después de fracasar el intento de “impeachment” en el Senado, el miércoles, despidió sin ceremonias a dos funcionarios de la Casa Blanca y el Servicio Exterior por testimoniar en su contra durante el juicio político. Abrió así un operativo de venganza e intimidación.
Ya se anuncia la investigación del “whistleblower”, el funcionario anónimo que denunció la conversación telefónica entre Trump y el presidente de Ucrania y que dio inicio al “impeachment”. Esto significará el fin de la protección de denuncias y un golpe a la integridad de las instituciones. Y prohibió que residentes de Nueva York participen en programas que les permiten abordar aviones con mínima espera por el apoyo del estado a los inmigrantes.
Trump intensificó sus ataques verbales contra rivales reales e imaginarios; sus aliados preparan una investigación en el Senado contra el hijo del vicepresidente y precandidato Joe Biden; su abogado personal, desde Ucrania, continúa con la misma intervención que llevó a la acusación contra Trump.
Un rival formidable
El Presidente dispara furiosamente mentira tras mentira y ataque tras ataque. Al mismo tiempo trata de ampliar su caudal electoral apelando al voto afroamericano, aunque en 2016 recibió solo el 6% del mismo.
Ha amasado unos mil millones de dólares para su campaña electoral y sigue recolectando dinero. Trump un rival formidable, organizado y más disciplinado de lo que su verborragia hace pensar. Y en su venganza, es peligroso. Pero no invencible.
Lee también
¿Fuera Trump de la Casa Blanca? No tan rápido
En la era Trump, no tienes excusas para no votar
Donald Trump, el inepto, el incompetente