«La hiperinflación lo cambiará todo», escribió en un tuit que se hizo viral el cofundador y CEO de Twitter Jack Dorsey. Trataba de llevar agua a su molino, ya que es uno de los principales inversionistas en Bitcoin, junto a otros multimillonarios. Entre ellos buscan crear terror entre los ciudadanos para que vuelquen su dinero al Bitcoin, incrementando la fortuna de más ricos y llevando a una trampa a los más pobres.
Considero que el Bitcoin y otras monedas virtuales son el nuevo sistema piramidal estilo Ponzi, donde pocos ganan y muchos pierden.. pero de esto hablaremos en otro momento.
Inflación si, hiperinflación no
Si bien los precios interanuales en los Estados Unidos subieron un 5,4% falta mucho para alcanzar las predicciones de Jack Dorsey, incluso tomando en cuenta que en 1974 llegó a 12,34% y en 1979 a 13,29% y, a pesar de todo, la economía de los Estados Unidos salió airosa.
Debemos reconocer que la crisis energética, los problemas logísticos y el reacomodamiento laboral provocarian desabastecimiento y algunos puntos más de inflación, incluso el Presidente de la FED, Jerome Powell, explicó que las presiones inflacionarias se prolongarán hasta «bien entrado el próximo año», pero de allí a una “hiperinflación” hay un largo trecho.
Por otra parte, la economía global está realizando grandes esfuerzos para recuperarse de la post pandemia. Desde el G20 los principales países miembros analizaron con preocupación la amenaza de la inflación global, por la gran emisión de dinero que debieron efectuar, para lograr que los ciudadanos del mundo se queden encerrados en sus domicilios por casi un año.
El tema es la energía
Existen dos puntos clave para analizar, y ambos se basan en el costo energético…
El primero es el costo de transportar un contenedor de China a USA, que en el 2019 era de $900. Hoy subió a $2.000. Lo mismo ocurrió con el incremento de costos del 25% de la gasolina del camión que lleva o trae ese contenedor.
El segundo punto es la falta de trabajadores, tanto en los puertos como en las empresas. Esto hace que las fábricas suspendan líneas de montaje, como el caso de las automotrices, ante la escasez de chips semiconductores.
El tema es la salida laboral
El problema actual es volver a la “normalidad”, buscando el repunte en la actividad económica, cuando una gran parte de la población activa descubrió que puede trabajar en forma independiente, sin horarios ni jefes, vendiendo por internet o cocinando en su casa. Por esto, el mercado del “self employed” o trabajadores por cuenta propia, se ha expandido más allá de los límites previstos.
La llamada alfabetización digital se expandió geométricamente durante la pandemia. No solo el acceso a la tecnología, sino también cómo usarla y qué relevancia tiene en la escuela, como capacitación y salida laboral.
Este nuevo mundo es un desafío para los legisladores, educadores y empleadores. Emprendimos un camino sin retorno hacia el declive del dinamismo empresarial y en busca de un futuro del trabajo creativo y personal.
El tema del “self employed”
Las personas debieron aprender e implementar tecnologías digitales y de automatización en forma acelerada. El trabajo se volvió remoto. Las compras, el entretenimiento e incluso la medicina se conectaron al internet, y las empresas de todo el mundo se apresuraron a implementar sistemas digitales para adaptarse al nuevo mundo.
Estos cambios en el comportamiento de los consumidores y en los modelos comerciales, ya no retrocederán. Prometen grandes beneficios en términos de mayor productividad, eficiencia e innovación.
Todas las actividades y funciones que podían moverse en línea lo hicieron. Esto impulsó una migración digital masiva. Las empresas eliminaron los viajes de negocios, suplantados por reuniones virtuales. Los consumidores se conectan al internet para satisfacer necesidades que van desde comprar alimentos y tomar clases hasta hacer ejercicio y citas con el médico.
Las empresas recurrieron a herramientas digitales como mensajes de texto, Zoom y Facetime para contactar a empleados, proveedores y clientes. Por ejemplo, los restaurantes de comida rápida crearon cocinas «fantasma» dedicadas únicamente a cumplir con los pedidos de entrega en línea, recurriendo a la automatización y la inteligencia artificial para hacer frente a los aumentos repentinos de la demanda y la necesidad de reducir la densidad del lugar de trabajo.
Estos cambios brindaron más conveniencia y mayor eficiencia y, por lo tanto, es probable que duren en post pandemia.
Por esta razón, muchas personas que han recibido algún tipo de apoyo de su gobierno durante la pandemia, lo han invertido en computadoras, programas, luces, etc., creando su propio sistema de sustento económico. Hasta se han relacionado con personas en otra parte del mundo que comparten sus mismos objetivos. Así comprobaron que sus nuevos ingresos individuales superan con creces a los de pre pandemia, donde debían transitar por tres trabajos, sin lograr completar un salario digno.
Es muy difícil que estas personas regresen a su área de confort o status quo, ya que descubrieron un universo muy diferente, donde el equilibrio entre la vida personal y laboral es su prioridad.