Criptomonedas, grandes ganancias, riesgos y estafas

Desde el lanzamiento de Bitcoin en 2009, las criptomonedas se han consolidado como una nueva frontera para generar riqueza e intercambiar valor fuera del sistema financiero tradicional. Este fue el tema de la conferencia semanal de American Community Media (ACoM), que presentó y moderó Pilar Marrero.
“Sus defensores argumentan que las criptomonedas pueden empoderar a las personas, especialmente en comunidades minoritarias que durante mucho tiempo han estado marginadas por los bancos, al ofrecer nuevas vías para la inclusión financiera y la autonomía económica», dijo Marrero. «Algunos defensores incluso lo ven como una herramienta para desafiar y reformar la arraigada estructura financiera estadounidense. Pero los críticos advierten sobre graves dificultades, extrema volatilidad, falta de supervisión y un patrón de dirigirse a poblaciones vulnerables con promesas de alto riesgo. A esto se suma un aumento en las estafas, preocupaciones ambientales sobre el consumo de energía y respaldos éticamente turbios”.
Democratiza el acceso a servicios financieros
El primer invitado en tomar la palabra fue Tyrone Ross, cofundador de Turnqey Labs y director de 401 Financial, quien reflexionó sobre su experiencia personal con el sistema financiero tradicional, destacando cómo creció en un hogar sin acceso bancario y enfrentó muchas barreras económicas. Según él, al descubrir Bitcoin mientras trabajaba en Wall Street, encontró en las criptomonedas una herramienta poderosa para democratizar el acceso a servicios financieros.
“El problema –consideró Ross- es que se les llame criptomonedas, ya que eso genera confusión, y explica que su verdadero valor está en permitir transferencias de valor directas, rápidas y sin intermediarios, algo especialmente útil para personas excluidas del sistema bancario. Lo bueno es que Bitcoin y otras tecnologías blockchain desafían la infraestructura financiera actual, que muchas veces es costosa y excluyente”.
En ese sentido, continuó analizando: “En Estados Unidos se han dado avances tardíos como los pagos en tiempo real (FedNow), probablemente influenciados por la existencia de Bitcoin. Por todo esto, las criptomonedas no van a desaparecer y su principal valor es ofrecer acceso financiero equitativo a todas las personas, sin importar su origen o ubicación”.
En ese punto, otra editora de ACM, Sunita Sorabji, preguntó: “Usted mencionó las remesas como un medio, usando Bitcoin para enviar dólares a su país de origen. ¿Cree que la gente usará Bitcoin para evadir el impuesto propuesto del 3,5% sobre las remesas?”.
La respuesta de Ross fue: “Sí. O sea, si nos fijamos en los 13 mil millones de dólares en remesas del año pasado, creo que la gente hubiera preferido que ese dinero se hubiera puesto a disposición de sus familiares en el extranjero. Primero, debemos entender que las criptomonedas y Bitcoin en sí son un activo global. Les daré un ejemplo real. Mi papá es de Guyana, Sudamérica. Siempre enviábamos dinero de un lado a otro.
Les explicaba que existe una plataforma donde podemos enviarle valor, el que decidamos, en Bitcoin, y la plataforma lo convierte a la moneda local en tiempo real. Así que sí, creo que ya sea Bitcoin o monedas estables, que son simplemente criptomonedas, son dólares en internet. Permite enviar ese dinero más rápido y más barato, y luego se empiezan a eliminar las comisiones. Así que sí, es una opción viable”.
La volatilidad afecta más a los más pobres
En segundo término, tomó la palabra Cantrell Dumas, director de Política de Derivados, de Better Markets, quien, retomando el discurso de su antecesor, reconoció: “Las criptomonedas han sido promocionadas como herramientas para la inclusión financiera, especialmente entre comunidades marginadas”. Pero a renglón seguido, agregó: “Aunque muchos afroamericanos y latinos muestran mayor interés en ellas que los blancos, el uso real sigue siendo bajo en Estados Unidos y mayormente con fines especulativos, no para transacciones cotidianas”.
Además, Dumas destacó varios riesgos asociados: “Por un lado la volatilidad, porque las criptomonedas pueden cambiar de valor drásticamente, lo que es especialmente perjudicial para quienes tienen poco respaldo financiero; por otro lado, la desigualdad estructural, porque las pérdidas impactan más a hogares con menos riqueza, como los latinos y afroamericanos; también el problema del fraude creciente, porque las estafas relacionadas con criptomonedas aumentaron un 66% de 2023 a 2024, con un fuerte impacto en adultos mayores; el marketing dirigido, porque las campañas publicitarias, muchas veces con celebridades, apelan a sentimientos de empoderamiento, pero pueden ocultar los verdaderos riesgos; y finalmente los cajeros automáticos de Bitcoin, comunes en barrios de bajos ingresos, cobran comisiones altas y son un canal frecuente de estafas, además de limitar la conversión de cripto a efectivo”.
En conclusión, Dumas dijo: “Aunque las criptomonedas tienen potencial, no deben reemplazar la reforma financiera estructural. Se necesita un marco regulatorio sólido que priorice la seguridad del consumidor, educación financiera y acceso equitativo a servicios financieros regulados y confiables”.
A su turno, el periodista de ACM Peter Sherman, preguntó: “Los titulares indican que la administración Trump está considerando políticas para aumentar la inversión federal en criptomonedas o criptoactivos. La Ley Genius aparentemente forma parte de un gran y atractivo paquete de gastos. ¿Podría hablarnos sobre la dirección que está tomando el gobierno y cómo cree que podría cambiar el debate sobre las criptomonedas y su relativa seguridad para los usuarios?”
En su respuesta, Dumas dijo: “Puedo decirles que las protecciones al consumidor de ese proyecto de ley son muy similares a las de la Ley Genius actual. También puedo decirles que presenta deficiencias, ya que muchos de quienes promueven estas leyes están a favor de la innovación. Y una de las cosas para ser a favor de la innovación es una regulación poco rigurosa, porque creen que cuanta más regulación haya, menos innovador será el producto. Y quieren que las criptomonedas sean un producto innovador. Bitcoin y Ether, las dos principales criptomonedas, están siendo reguladas por la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas, y no es un sistema de protección al consumidor. Se trata más bien de un regulador del mercado y de la protección de los inversores institucionales, ya que la mayoría de sus clientes, y la mayoría de quienes utilizan sus servicios, son mercados de contratos designados (OCD), que supervisan los contratos derivados designados. En resumen, lo que quiero decir es que no se ofrece protección al consumidor para los inversores”.
Los estafadores apelan al FOMO
La tercera invitada fue Elizabeth Kwok, directora general de FTI Consulting, quien abordó los riesgos y precauciones al usar criptomonedas como Bitcoin o Ether, destacando que deben tratarse como efectivo: una vez enviadas, solo el receptor puede devolverlas. Según ella: “Al no estar respaldadas por ninguna autoridad central, estas monedas son altamente volátiles y su valor puede fluctuar drásticamente en poco tiempo, lo que representa un gran riesgo, especialmente para quienes tienen recursos limitados”.
Kwok también detalló: “Muchas estafas relacionadas con criptomonedas no son nuevas, sino versiones actualizadas de fraudes antiguos, que ahora aprovechan la novedad y el desconocimiento sobre los activos digitales. Los estafadores apelan al miedo a perderse una oportunidad (FOMO en inglés) y a historias de riqueza rápida para engañar a las personas”.
Y yendo a lo concreto, contabilizó los signos de alerta más comunes: “Contactos inesperados con ofertas de inversión o solicitudes urgentes de dinero; exigencias de pago solo en criptomonedas, lo cual es una señal clara de posible fraude; sentido de urgencia extrema, como emergencias familiares falsas que exigen acción inmediata; uso de lenguaje técnico o confuso para desalentar preguntas y hacer que la víctima se sienta incapaz de entender o cuestionar”.
“El mensaje principal –concluyó- es fomentar la cautela, promover la educación financiera y reconocer que si algo suena demasiado bueno para ser verdad —sobre todo en el mundo de las criptomonedas— probablemente lo sea”.
Una de las periodistas de ACoM, Henrietta Burrows, hizo una pregunta: “¿Qué efecto cree usted que tendrá el creciente uso de criptomonedas en el valor y la generalización del uso de las monedas tradicionales?”
La respuesta de Kwok fue: “Hasta ahora, el uso principal de las criptomonedas ha sido como inversión especulativa. Existe un floreciente nicho de mercado donde se puede usar para realizar transacciones. Algunas grandes empresas han comenzado a aceptar criptomonedas como forma de pago. Y ya se puede ver el pequeño icono de las billeteras de criptomonedas en algunos sitios web de comercios. Aun así, diría que, en general, muchos de esos vendedores, incluso si pagas a alguien, por ejemplo, si vas a tu cafetería local y aceptan Bitcoin, el dueño de la cafetería suele usar un procesador de pagos que convierte inmediatamente la transacción a moneda fiduciaria, como el dólar estadounidense. Por lo tanto, creo que aún no se está generalizando lo suficiente como para que se observe un efecto adverso, porque, en definitiva, se necesita una aceptación generalizada, no hay una aceptación lo suficientemente generalizada como para poder reemplazar el uso de las monedas tradicionales respaldadas por los gobiernos”.
Conflictos de interés entre Trump y sus empresas cripto
Como último orador, Pilar Marrero presentó al periodista Zeke Faux, experto en el tema y autor del libro Number Go Up, Inside Cryptos, Wild Rises, Staggering Fall, considerado como uno de los mejores del 2023. Faux abordó el tema de las criptomonedas en relación con Donald Trump.
Empezó contando: “Durante su primer mandato, Donald Trump fue crítico con las criptomonedas, calificando a Bitcoin como una estafa. Sin embargo, su postura cambió tras una intensa campaña de cabildeo por parte de influyentes defensores del Bitcoin, encabezados por David Bailey. Este grupo recaudó 20 millones de dólares para la campaña de Trump, quien entonces empezó a apoyar públicamente las criptomonedas.
Y continuó: “En contraste, bajo la administración de Joe Biden, la Comisión de Bolsa de Valores (SEC, por su sigla en inglés) presentó demandas contra grandes empresas del sector cripto por presuntas violaciones a las leyes de valores, lo que representaba una amenaza legal para la industria”.
Viniendo más acá en el tiempo, Faux recordó: “Una vez que Trump asumió nuevamente el poder, nombró a un ex cabildero cripto como jefe de la SEC y su administración retiró muchas demandas contra empresas del sector. Al mismo tiempo, Trump y su familia comenzaron a lanzar sus propias empresas y monedas digitales, como World Liberty Financial y varias monedas meme, generando cientos de millones de dólares en ganancias, aunque sin ofrecer claridad sobre su valor o función real. Estas acciones han generado preocupaciones por conflictos de interés, ya que la administración Trump ahora establece las políticas que afectan directamente a sus propias empresas cripto. La situación ilustra cómo la política, los negocios familiares y el sector cripto se han entrelazado de forma polémica”.
Pilar Marrero acotó: “Estaba viendo una noticia que dice que los bienes raíces ya no representan la mayor parte de la fortuna de Donald Trump. Ahora las criptomonedas constituyen la mayor parte de su fortuna. Eso es interesante. ¿Y qué hay sobre el impacto ambiental de las criptomonedas?”
A lo que Faux respondió: “Esto solo aplica a Bitcoin. La red Bitcoin funciona gracias a computadoras especializadas llamadas mineros. Básicamente compiten para resolver un problema matemático. En esencia, compiten para ganar nuevos Bitcoins. Y a medida que Bitcoin se vuelve más valioso, tiene sentido usar cada vez más computadoras para intentar ganar uno de esos $100,000 Bitcoins. Así que se ha llegado al punto en que existen compañías especializadas en minería de Bitcoin que operan enormes centros de datos con miles de computadoras especiales, todas dedicadas a la minería de Bitcoin. La última estimación que vi indicaba que toda esta minería de Bitcoin en el mundo consumía tanta energía como un país como Argentina”.
Por último, Faux se refirió a los tráficos de influencia que podrían surgir de las inversiones en las empresas de Trump: “Con esta moneda World Liberty, el mayor comprador fue un experto en criptomonedas llamado Justin Sun. Compró 75 millones de dólares en monedas World Liberty.
Eso significa unos 46 millones en honorarios para los Trump. Y en ese momento, enfrentaba una demanda por fraude de la SEC. Ahora, después de realizar la inversión, la demanda se suspendió.
Sin duda, si alguien busca favores especiales, ahora existe una excelente manera de darle dinero a la familia del presidente. Como en la primera administración de Trump, había mucha preocupación de que la gente intentara congraciarse con él alquilando habitaciones en su hotel, ahora se puede comprar una cantidad ilimitada de monedas, e incluso personas de otros países a quienes se les prohibiría donar a la campaña pueden comprar criptomonedas. Así que definitivamente plantea algunas posibilidades preocupantes”.