Icono del sitio HispanicLA: la vida latina desde Los Ángeles

Elecciones en México: ¿otra gran oportunidad o más de lo mismo?

Claudia Sheinbaum.

En la actual coyuntura electoral todas las encuestas dan por ganadora a Claudia Sheinbaum.

En pocas horas, los mexicanos irán a las urnas y decidirán su futuro. Más de 100 millones de ciudadanos, tanto en las 32 entidades federales como en el extranjero, se registraron para votar, con más de 20,000 puestos, ambos récords históricos. 

Otro récord son los 100,000 mexicanos que desde Estados Unidos y otros países se registraron para votar el 2 de junio, lo que pueden hacer a través del internet, por correo o en los consulados habilitados. 

Y México tendrá, a partir del 1 de agosto, una mujer presidenta. 

Las principales candidatas son Claudia Sheinbaum Pardo, Ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en representación del gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y la ex senadora federal Xóchitl Gálvez, para la coalición Fuerza y Corazón por México, conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Sheinbaum encarna el continuismo del gobierno de AMLO y Gálvez, la oposición al oficialismo. Una de ellas será  la Señora Presidenta. 

En todo el mundo, sólo un 6% de países tenían a una mujer como jefe de Estado, por lo que México se puede sentir orgulloso. Es una oportunidad para el país vecino de romper el “techo de cristal” – la desigualdad laboral – y atacar las bases del patriarcado social y esperamos que cumplan en ese sentido con sus promesas electorales. Por otro lado la experiencia histórica nos indica que el hecho de tener una mujer en el poder no necesariamente ha obrado en beneficio de las mujeres en general. 

Según los últimos sondeos, Sheinbaum lleva una ventaja en la preferencia con 53% contra 34% para Galvez. Un tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez del Movimiento Ciudadano, recibe el 14%. 

Sin embargo, el festejo por la dimensión del evento electoral, la celebración de que nuestro vecino romperá prejuicios se ve disminuido por otro récord: el de múltiples candidatos asesinados, heridos o intimidades, así como sus familiares y miembros de su partido.

Con todos sus logros y sus controversias, la presidencia de Andrés Manuel López Obrador no tuvo éxito en pacificar al país. 

En los últimos doce meses, 36 candidatos han sido asesinados, según un análisis del New York Times. 

Este número ya supera los 32 candidatos muertos en todo el período de los comicios de 2021, según el análisis Urnas y Tumbas del Colegio de México.  El número de víctimas, sin embargo, es muchísimo mayor. Muchos de estos crímenes no han sido resueltos. 

Se cometieron más de 15,000 homicidios en 2023. Solo una fracción fueron esclarecidos, derivando en un cuadro espeluznante de violencia, caos e injusticia. 

De ellos, hubo más de 3,000 mujeres muertas por razones de género. La elección de una mujer a la presidencia podría augurar una estrategia activa nacional contra esta lacra. 

En general, son ataques perpetrados por los sindicatos del crimen organizado, que en los últimos años se fragmentaron en jurisdicciones estatales y locales, sumidos en sangrientas batallas entre sí por los territorios donde ejercen el narcotráfico, la trata de personas y múltiples actividades delictivas adicionales. 

Recurren a cooptar e intimidar a las autoridades locales, expandiendo la corrupción para controlar las comunidades.

Esperamos que pese a esto todavía se den en México las condiciones para garantizar elecciones libres, porque la violencia preelectoral adelanta una democracia vigilada y bajo asedio por parte de la delincuencia. 

Los últimos presidentes han probado diferentes aproximaciones: la confrontación militarizada, las negociaciones y la solución de los causantes de la violencia. con el ojo puesto en el desarrollo económico y la creación de fuentes de trabajo. A esta altura es difícil sopesar cuáles de estas combinaciones funcionaría. 

Si Estados Unidos quiere ayudar, o cooperar, debería empezar por cerrar el flujo de armas de fuego compradas legalmente y sin límite aquí y enviadas a México.

Autor

Salir de la versión móvil