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Encuesta: republicanos se quedan con el Senado

Encuesta: republicanos se quedan con el senado

Mitch McConnell seguirá al frente del Senado

Las últimas encuestas nacionales, 90 horas antes de las elecciones, afirman que en la votación nacional de medio término en Estados Unidos, los republicanos se quedan con el Senado.  En este momento hay 51 republicanos y 49 demócratas (contando a dos independientes que votan con ellos) en la Cámara Alta. Después de esta elección, la ventaja del partido de gobierno podría realmente crecer.

Lógica aritmética

El análisis no es sorprendente, ya que de los 35 puestos en el Senado que – como cada dos años – que se postulan para la reelección en este ciclo (incluyendo 33 más elecciones especiales en Minnesota y Mississippi), 26 corresponden a senadores demócratas y sólo 9 a republicanos. Es decir que los demócratas tienen tres veces más desafíos que sobrepasar.

Además, 10 de los 26 senadores demócratas que buscan su reelección viven en estados que Donald Trump ganó en su sorpresiva victoria de noviembre de 2016. Según los analistas, cinco de ellos son especialmente vulnerables porque el apoyo allí al Presidente no ha mermado. Estos son Indiana, Missouri, Montana, North Dakota y West Virginia. 

Ventaja estratégica del GOP

El apoyo a Trump tiene una característica demográfica peculiar: una división estratégica de una manera que incrementa el peso de su influencia. Son mayoría, aunque fuese estrecha, en estados pequeños. No les molesta. Porque si bien la ley dice que cada persona (ciudadano) tiene un voto, respecto al Senado la pureza democrática no es tal. Alcanza con señalar el absurdo de que California tiene 40 millones de habitantes y dos senadores y Montana también tiene dos, coun solo un millon de habitantes. De modo que múltiples estados del Sur republicano ejercen un poder desproporcionado a su población.

Este, por supuesto, es el resultado de las negociaciones en los primeros años del país, cuando para convencer a los estados pequeños a unirse a la Unión, los estados grandes debieron hacer esta significativa concesión.

Los republicanos poseen una mayoría en el número de Senadores, pero éstos representan una minoría.

Pese a las dificultades, hasta hace tres semanas y por un momento parecía que la ola de descontento y rechazo a la gestión del presidente sería tal que los demócratas barrerían incluso en contiendas donde no lo habían siquiera anticipado. Y que quizás, quizás, recuperarían el Senado.

Trump y los republicanos se fortalecen

Esta impresión ya no existe. Las cosas cambiaron.

Según John Cassidy del New Yorker, hubo un vuelco pro Trump en la opinión pública en los últimos días, similar al que el actual presidente logró para su elección en 2016:

«El voto republicano parece estar fortaleciéndose en regiones del país donde Trump venció fácilmente en 2016. Esto ayuda a republicanos en funciones, como Ted Cruz en Texas, y Cindy Hyde-Smith, en Mississippi. Y genera problemas para demócratas que sobreviven en estados rojos (republicanos), como Heidi Heitkamp, en North Dakota, y Claire McCaskill, en Missouri.

Según Harry Enten de CNN, es más probable que los republicanos aumenten su representación en cuatro senadores, para una mayoría de 55-45. Y es posible aunque no probable que lleguen a aumentar en 12, a 63 contra 37. Con la misma baja probabilidad, que los demócratas suban en dos escaños, a 51-49.

Custodiado por expertos

Así como los expertos afirman con alto grado de seguridad que los republicanos retendrán el control del Senado (donde se aprueban jueces, donde se deciden los enjuiciamientos a presidentes, etc.), también dicen que los demócratas recuperarán la Cámara Baja.

¿Por qué sucede esto? Tiene que ver la habilidad increíble de Trump para dominar el debate público, para sorprender, para atreverse a extremos antes inusitados, para apostar en cada movida. Y tiene que ver con la incitación, el odio, el rencor, la hostilidad y en último término la violencia, alentada por el primer mandatario, que domina la campaña electoral republicana.

Mas todo esto es predicción estadística. Algo que falló en 2016, cuando casi ningún encuestador atinó al resultado correcto. Pero al menos la unanimidad de sus cálculos muestran una tendencia.

El fin de semana próximo lo sabremos.

 

 

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