El apoyo público a este gobierno se desvanece en las encuestas (39% según una encuesta de CNN del 10 de septiembre). Se hace más y más evidente la ineptitud suya y la de sus personeros. Casi a diario salen a la luz los conflictos internos que acaban hasta con sus más acérrimos simpatizantes. Como ejemplo, el ya ex asesor de seguridad nacional John Bolton, despedido sin pena ni gloria.
Reacción casi instintiva
¿La reacción, casi instintiva, tan característica de la administración Trump? Primero, despotricar contra esas encuestas que le muestran perdiendo contra cualquier candidato demócrata (y solamente cuando no le favorecen) tratándolas de engañifas y fraudes. Y luego, atacar a los inmigrantes. Y festejar cada vez que éstos – los más desesperados, los que escapan de la violencia, los que sueñan con el sueño americano aún – son rechazados.
Así, y sin explicar los razonamientos, la Suprema Corte de Justicia revirtió el martes por 7 a 2 el fallo de un tribunal inferior. Decidió que mientras emite un dictamen final, el gobierno puede poner en práctica su requerimiento de rechazar a los inmigrantes que piden asilo en Estados Unidos a menos que lo pidieron en el país de tránsito y que les fue negado.
Un limbo imposible
No hay que ocultar la realidad. Es una victoria para Trump: cierra nuestras puertas a quienes llegan de zonas de guerra interna, persecución y miedo. Los deja en un limbo imposible de solucionar. Echa por tierra la tradición histórica de nuestro país como centro de refugio y justicia. Como oliendo sangre, este presidente festejó en su cuenta de Twitter, con mayúsculas, incoherencias y exageraciones:
“GRAN VICTORIA en la Corte Suprema de Estados Unidos para la frontera en el asilo”.
Pero es innegable que de esta manera el más alto tribunal del país se alínea con los objetivos del gobierno, que hizo de cerrar la frontera con México una prioridad, sabiendo que es, de lejos, la política más popular entre sus fanáticos en la “base” electoral que lo rodea, aunque hoy sean ya minoría.
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Y mientras tanto, el presidente insiste en que su famoso muro, que en su imaginación prevendrá los cruces, está terminado o casi terminado o en camino a terminarse, cuando en realidad no se ha agregado nuevas barreras a las ya existentes, sino que se reemplazaron por mejores. Además los inmigrantes, en su mayoría, no tratan de cruzar ilegalmente sino que se entregan a agentes de la Patrulla Fronteriza con la esperanza de que presentarán sus pedidos en cortes migratorias.
Un duro golpe
Es por eso que la decisión judicial constituye un duro golpe al sistema de asilo estadounidense cuyo futuro, a partir de hoy, es incierto. El número de quienes calificarían para el asilo es exiguo, casi insignificante. Tal como lo quiere este presidente, que los rechaza por el color de su piel y por su pobreza.
El daño que él causa a nuestra sociedad se sigue extendiendo pese a que la mayoría del pueblo lo rechaza.