Quien puede decir
fue el aire
quien destruyó mi casa.
Mis hijos esparció
y mi mujer ahogó
en los brazos de otro.
Para mi son fantasmas
fantasmas en manada
enfurecidos buscando
las sábanas blancas
para cubrir sus miserias.
Se les ve en su fiereza
hasta su niñez
en su desnudez.
Se estrellan contra mi cara
árboles y casas
juegan con mi pelo
esparcen todo lo que encuentran.
A su patria les recuerda esta tierra
se llaman a distancia
hacen conjuros
estridentes fiestas
remolinos de orgía
entre tornados y ciclones.
Eolo, su hija me envía
me seduce e insiste
soy parte de ellos.
Un dia me quitaré la ropa.
Me iré.
Seduciendo muchachas
Cohabitaré en sus entrañas.
Y asi viviré.
